Por Marino J. González R.
Luego del desarrollo de
vacunas contra covid-19 a finales del año pasado, la estrategia para el control
de la pandemia resulta evidente: se debe vacunar a la mayor cantidad de
población en el menor tiempo posible para que se reduzcan los impactos más severos,
tales como hospitalizaciones y muertes. Esto se debe a que las vacunas no
eliminan la posibilidad de infección, sino que contribuyen de manera
significativa a reducir los casos graves y la mortalidad por covid-19.
Para analizar los efectos de las vacunaciones
en el impacto más negativo, esto es, la mortalidad por covid-19, se pueden
establecer dos premisas de inicio. La primera es un porcentaje de referencia de
la población vacunada completamente, por ejemplo, 50%. Es decir, tomar este
porcentaje para comparar con la evolución de la mortalidad por covid-19. La
segunda premisa es la tasa de mortalidad objetivo. De acuerdo con la
experiencia internacional, se puede señalar que una tasa de mortalidad de una
(1) muerte diaria por covid-19 por millón de habitantes puede ser razonable.
Esta es la tasa que en este momento tienen muchos de los países con mayor
porcentaje de población completamente vacunada. En América Latina, en los
períodos de mayor afectación de la pandemia, la tasa de mortalidad diaria alcanzó
entre 15 y 20 muertes por millón en algunos países de la región.
En el ámbito europeo, el 50% de cobertura
de vacunación completa fue alcanzado por el Reino Unido el 7 de julio de 2021,
en España el 15 de julio, y en Portugal el 19 de julio. Estos dos últimos
países son los que tienen actualmente la mayor cobertura de vacunación completa
en la Unión Europea entre los que tienen más de un millón de habitantes de
población total. En Portugal la cobertura completa es 85%, y en España 78%.
En Portugal
y España se redujo la tasa de mortalidad por covid-19 por debajo de una (1)
muerte por millón de habitantes, dos meses después de haber alcanzado el 50% de
cobertura completa de vacunaciones.
En ambos países esta reducción se ha mantenido en el último mes. Sin embargo, en el Reino Unido, a pesar de tener en la actualidad el 66% de cobertura completa, la tasa de mortalidad diaria es cercana a 2 muertes por millón (el doble de la considerada como referencia). Es posible que las diferencias en las medidas de distanciamiento social, efectividad de las vacunas, y diferentes tasas de transmisión, estén involucradas en los distintos resultados de mortalidad en los países.
En América
Latina, cinco países (de un total de 20) son los que tienen al día de hoy una
cobertura de vacunación completa superior al 50% de la población (Uruguay,
Chile, Ecuador, El Salvador, y Panamá). Todos estos países, por cierto, tienen
reportes regulares de pruebas diagnósticas de covid-19, de manera que la
confiabilidad de los registros es mayor que en aquellos países que no las
reportan.
En estos países de la región, el tiempo
transcurrido entre el momento que alcanzaron el 15% de cobertura completa y el
momento en que llegaron al 50% de cobertura completa, es de 2 a 3 meses.
Ecuador es el único país del grupo que lo hizo en un mes. Ahora bien, el tiempo
transcurrido entre la cobertura completa de 50% y la reducción de la tasa de
mortalidad por debajo de 1 muerte/millón de habitantes fue un mes en Uruguay y
Ecuador, y tres meses en Chile. En El Salvador la tasa de mortalidad diaria no
se ha reducido por debajo de 1 muerte por millón (más bien está aumentando). En
Panamá, se ha reportado una tasa menor a 1 muerte/millón una semana después de
haber alcanzado el 50% de cobertura completa. Habría que observar si esta
variación se mantiene en las próximas semanas.
De acuerdo con la experiencia de los países
que marchan más adelantados en la cobertura de vacunación contra covid-19 en
América Latina, se pueden señalar algunas características. En primer lugar, el
tiempo que se requiere para alcanzar el 50% de cobertura. Se puede establecer
que se requiere entre dos y tres meses, asumiendo que el sistema de salud
mantiene la efectividad del programa de vacunaciones. En segundo lugar, se debe
destacar que alcanzar el 50% de cobertura completa no implica necesariamente
alcanzar la tasa de mortalidad diaria deseable. De allí que mantener el
objetivo del 70% de cobertura completa debe ser una prioridad de política
pública. Lamentablemente, con el ritmo de vacunación actual, la mayoría de los
países de la región no cumplirán esta meta en lo que resta de 2021.
Marino J. González es PhD en Políticas
Públicas, profesor en la USB. Miembro Correspondiente Nacional de la Academia
Nacional de Medicina.
06-10-21
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