Última Hora 15 de diciembre de 2021
@UltimaHoraWeb
En una
reciente publicación realizada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Refugiados, ACNUR en España en la que reconocen a las personas que
mantuvieron una labor excepcional durante la Pandemia, destacan a un refugiado
venezolano, catalogándolo como un héroe.
Se trata de Sergio Contreras, ex preso político venezolano, quien huyó de Venezuela luego de haber pasado por las celdas de la Policía Nacional Bolívariana, PNB, Servicio Bolivariano de Inteligencia, SEBIN, Dirección General de Contrainteligencia DIGCIM y Ramo Verde y desde que llegó a España, hace casi 4 años, creó, junto a Jesús Alemán, Mariana Barrios y Susan Torres la organización humanitaria Refugiados Sin Fronteras.
Esta
organización comenzó a dar apoyo e información a refugiados e inmigrantes
venezolanos, pero desde el inicio de la Pandemia sus creadores entendieron la
necesidad de crear un plan de ayudas de emergencia para refugiados y emigrantes
venezolanos en España, siendo una de las muy pocas organizaciones que trabajó
en los momentos más duros de la referida crisis de salud mundial, cuando el
confinamiento y el miedo era lo común.
Con la
crisis del COVID-19 y el confinamiento obligatorio, las peticiones de
información que llegaban a diario a la asociación se multiplicaron y comenzaron
a cambiar. Entre esos mensajes estaba el de Jhoana y su familia, una mujer
venezolana con quien Sergio había coincidido a su llegada a España en un
refugio para solicitantes de asilo.
Ante
esta nueva situación, y desbordados por peticiones similares, Sergio y el resto
de miembros de Refugiados Sin Fronteras decidieron actuar.
“Si ya
huiste de una crisis humanitaria en Venezuela, de la violencia en Colombia, de
situaciones extremas en Nicaragua, en otros países donde la violencia genera
destrucción y hambre, y llegaste al primer mundo, nunca te esperabas que esto
te fuera a pasar: Que el hambre se te metiera por la ventana o te tocara la
puerta”, cuenta este venezolano afincado en Madrid, que tiene ya el estatuto de
refugiado.
Convencidos
que la solidaridad es la única forma de enfrentar las crisis, decidieron
implicarse aún más y buscar soluciones para hacer llegar alimentos a las
personas que habían recurrido a ellos en busca de ayuda.
Conscientes
que solos no podrían llegar a cubrir las necesidades, buscaron contactos con la
ayuda de un grupo de voluntarios, para recabar apoyo y entre todos marcar una
diferencia real.
Así
lograron sumar diferentes colaboraciones como la de la parroquia madrileña de
Santa Elena, que les cedió un local, varios restaurantes y empresas como Glovo,
que les apoyó en la distribución de comida para que llegara directamente a las
casas de las familias de refugiados venezolanos.
Gracias
a la red de voluntarios y colaboradores que en poco tiempo han ido tejiendo,
Refugiados Sin Fronteras lograron distribuir unas 1.150 comidas calientes a la
semana y paquetes de alimentos a más de 300 familias que se encuentran en una
situación desesperada.
Son en
su mayoría familias refugiadas, solicitantes de asilo, migrantes, pero también
hogares españoles a quienes el COVID-19 ha despojado de sus medios de vida.
“No
queríamos permitir que a la gente se le metiera el hambre sin permiso en casa”,
explica Sergio para quien esta labor solidaria fue una forma de enfrentar el confinamiento.
“Sabiendo
que mucha gente está pasando por una situación muy crítica, no podíamos
simplemente encerrarnos en casa, teníamos que hacer algo”, añadió.
La
ayuda de Refugiados Sin Fronteras ha sido una tabla de salvación para muchas
personas como Jhoana:
Aunque
la Pandemia del Coronavirus es algo nuevo a nivel mundial, no lo fue para
Sergio la necesidad de no permanecer impasible y convertirse en un motor del
cambio.
En su
Venezuela natal ya había organizado proyectos de comedores comunitarios, cocinando
y ofreciendo comida a personas refugiadas de Colombia y compatriotas
venezolanos que estaban en una situación de necesidad.
A
pesar de las vicisitudes a las que ha tenido que ir haciendo frente a lo largo
de su vida, Sergio lo tiene claro: “La solidaridad es una condición propia del
ser humano, que te permite apartar las crisis y los momentos duros. En este
momento es más necesario que nunca ser útil”.
Justo
en medio de la Pandemia lograron crear el primer banco de alimentos para
refugiados, migrantes y desplazados venezolanos en Europa logrando acreditarse
como organización de reparto de alimentos de BAMADRID y para diciembre de 2021
Sergio, Jesús, Mariana y Susan, junto a todos los voluntarios de Refugiados Sin
Fronteras, han repartido más de 120 toneladas de alimentos beneficiando y
40.000 prendas de vestir a 550 familias, han realizado 40 conciertos con
músicos refugiados venezolanos y formado en panadería tradicional venezolana a
400 venezolanos para que salgan adelante en España.
Tanto
ha sido el impacto que recientemente una cervecería española Doce Sesenta ha
lanzado una edición especial y benéfica en homenaje a los migrantes venezolanos
para apoyar a organizaciones humanitarias y Refugiados Sin Fronteras ha sido
elegida como una de esas organizaciones por su trabajo en España.
En la
serie “Volver a Empezar” del ACNUR dieron un homenaje a los héroes de la
Pandemia, a todas esas personas que a pesar del miedo y de la incertidumbre no
se quedaron atrás, como Sergio quien fue una de las personas esenciales junto a
Jesús, Mariana y Susan y que tienen una historia de superación y resiliencia
para contar, compartir y llenarnos de orgullo como venezolanos.
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