Rafael Veloz García 01 de diciembre de 2021
@Rafaelvelozg
No hay
nada más cierto que aquella expresión que dice que todo tiene su final. Nadie
ni nada escapa a ello. Los que más lo olvidan son los tiranos y quienes los
rodean en un esfuerzo por llenarlos de adulación, con el objeto de alimentar
los delirios de grandeza y de eternidad que distinguen a los déspotas.
Los líderes de la gran mayoría de las tiranías en la Historia de la humanidad, por el voraz apetito al poder y la necesidad que tienen de aferrarse a él, cometen violentos desafueros contra la justicia, el imperio de la ley y contra los ciudadanos, especialmente aquellos que son contrarios a sus ideas. Estas acciones por regla general van de menor a mayor, lo cual es observado cada día con mayor preocupación por un mundo globalizado e interconectado.
Un
mundo, sobre todo el libre, que por cierto está en deuda en la responsabilidad
de proteger a los pueblos de muchas naciones que son gobernados por violadores
de sus derechos más fundamentales e incluso el que tienen a la vida misma. Esta
situación, sin embargo, asoma la tendencia a un cambio, que ojalá llegue
pronto.
Todo
lo anterior nos coloca en contexto con el caso de Venezuela y la dictadura que
encarna Nicolás Maduro, cuya tiranía podemos decir que transita rumbo a su fase
terminal, si analizamos bien sus acciones más recientes.
Muchos, presas de la desesperanza y ante la compleja crisis humanitaria que
viven, no creen que esto sea así, porque han pasado los años y no hemos podido
recuperar la democracia y la libertad, lo que solo puede suceder con la salida
del régimen, a través de elecciones presidenciales libres, transparentes y
verificables.
A esos
venezolanos queremos recordarles lo dicho por uno de los dirigentes políticos
más brillantes y admirados del mundo, Mahatma Gandhi, quien dijo: “Cuando me
desespero, recuerdo que a través de la historia, los caminos de la verdad y del
amor siempre han triunfado. Ha habido tiranos, asesinos, y por un tiempo pueden
parecer invencibles, pero al final, siempre caen”. Tengan la seguridad que
Maduro no será la excepción, porque existen señales que así lo indican.
Cuando
la suma de tus traspiés aumentan, irremediablemente vas a morder el polvo. Y
eso le está pasando a Maduro por sus erráticas decisiones, lo que lo ha llevado
a que las cosas le salgan muy mal. Veamos, grosso modo lo más reciente: 1)
Decisión del fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, de pasar
el expediente de Venezuela a la fase de investigación, pese a los esfuerzos
para hacer ver que se hace justicia en los casos de crímenes de lesa humanidad
cometidos por funcionarios al servicio del usurpador. 2) No poder impedir la
extradición de Alex Saab, presunto testaferro del régimen, acusado por la
justicia estadounidense de blanquear cientos de millones de dólares. 3) Por lo
anterior, la infantil decisión de pararse de la mesa de negociaciones de Ciudad
México, que avala la comunidad internacional, incluida Rusia. 4) El informe
preliminar de la misión de observadores de la Unión Europea, tras el evento
electoral del 21 de noviembre, que determinó que en Venezuela no existen
condiciones electorales ni estado de derecho, ergo democracia.
La
guinda del pastel fue precisamente lo ocurrido con el resultado del proceso del
21N en el estado Barinas, donde el pueblo en un ejercicio de rebelión del voto,
que fue lo que se planteó Voluntad Popular en su llamado a la participación,
eligió a Freddy Superlano como gobernador, para poner el punto final a 20 años
de dominio en el cargo de la familia de Hugo Chávez. Pero al cabo de 8 días, el
Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que está al servicio exclusivo del régimen,
sentenció la noche de este lunes, tras un recurso de amparo interpuesto por un
diputado alacrán, que las elecciones de Barinas eran nulas y que se repetirían
el 9 de enero 2022, porque pesaba sobre Superlano una inhabilitación de fecha
17 de agosto de 2021, dictada por la Contraloría General de la República, que
le impedía ejercer cualquier cargo público. Superlano se enteró el mismo lunes
en la noche de la existencia de la presunta inhabilitación.
El
candidato electo de la MUD denunció que lo acontecido en Barinas tras las
elecciones del 21 de noviembre deja claro que en Venezuela no hay estado de
derecho, no existe independencia de los poderes públicos y que el TSJ desconoce
los indultos que da Maduro, pues el 31 de agosto de 2020 le otorgó uno que fue
el que le permitió postularse al cargo de gobernador.
“El
propio Tribunal Supremo está deslegitimando al CNE”, explicó Superlano, porque
es el órgano que le corresponde llevar adelante el proceso electoral en
Venezuela y que lo dejó participar en las elecciones. Eso solo quiere decir una
cosa: el CNE tampoco sabía de la existencia de la inhabilitación de Superlano,
porque no existía, así de simple.
Entretanto,
el Presidente legítimo y encargado de Venezuela, Juan Guaidó, señaló que
“quienes controlan la Fuerza Armada, no se ponen de acuerdo con quienes tutelan
CNE, que a su vez no controlan al bufete de abogados del PSUV”, en clara
referencia al TSJ. Y agregó que “urge una solución, retomar un Acuerdo de
Salvación Nacional que dé garantías reales a los venezolanos. No esperar buena
fe, porque no la tienen”.
Esta
aberrante situación comenzó cuando los militares se apoderaron de tres actas
para trasladarlas a Caracas, que en nada cambiaban el resultado a favor de
Superlano. “Más de ocho días los militares del Plan República tuvieron las
actas. Y qué casualidad que cuando tuvimos las actas en nuestro poder y no
teníamos posibilidades de perder, sale un ente del país y le dice a otro ente
que detuvieran la proclamación”, narró el candidato ganador de la elecciones a
la gobernación de Barinas, durante una rueda de prensa en la Plaza Bolívar de
Chacao, en Caracas.
El costo de estas acciones será muy alto para Maduro y su régimen, pues
evidencia que lo señalado por los observadores de la Unión Europea es cierto y
muestra hasta donde son capaces de llegar para pisotear la voluntad del pueblo
y aferrarse al poder.
La
rebelión del voto en Barinas debilitó mucho más a Maduro, aparte de demostrar
que existe un proceso de fragmentación en el chavismo, producto del descontento
generado por sus pésimas políticas. Esto se observa en las declaraciones de
Argenis Chávez del Psuv, el exgobernador de la entidad y que resultó perdedor
ante Superlano. El hermano del fallecido Hugo Chávez al presentar su renuncia
al cargo dijo que la abstención el 21N tuvo que ver con la “realidad del país”,
la falta de combustible, la deficiencia en los servicios públicos y no poder
construir viviendas como antes.
¿Y
quien es el culpable de la triste realidad del país de la que habla Chávez?
Solo Nicolás Maduro, un dictador que muy pronto se verá obligado a despedirse
de Miraflores, no sin antes hundirse más en sus propios desaciertos, como el
golpe constitucional cometido en Barinas.
Dr.
Rafael Veloz García
@Rafaelvelozg
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