Lester Toledo 13 de mayo de 2022
@LesterToledo
Desde
el mismo momento en el cual el presidente de México, Andrés Manuel López
Obrador, se atreve a condicionar su participación a la Cumbre de las Américas,
si no invitan a sus amigos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, no dejó margen a las
dudas, AMLO se declaró oficialmente fanático de los dictadores y criminales que
dirigen los regímenes en esas tres naciones no invitadas.
Ciertamente la administración de Joe Biden, país anfitrión de la Cumbre, no ha convocado a todos los países del continente, pues hasta ahora sigue excluyendo a Cuba, Venezuela y Nicaragua de la próxima Cumbre de las Américas, que se realizará en Los Ángeles del 6 al 10 de junio, alegando que “no respetan” la democracia, y eso no es un secreto para nadie, ni siquiera para López Obrador.
A esta
circunstancia se suma la reciente ratificación que hiciera Estados Unidos sobre
la vigencia de las sanciones económicas impuestas contra el régimen de Nicolás
Maduro para proteger al sistema financiero estadounidense de funcionarios
corruptos y restringir el acceso a recursos utilizados para la represión en
Venezuela.
Pero
lo que más nos llamó la atención, y revela las verdaderas intenciones de López
Obrador, es que esta ratificación la da un portavoz del Departamento de Estado
precisamente al ser cuestionado sobre las declaraciones del presidente
mexicano, quien a la par de condicionar su presencia en la Cumbre, habría
asegurado la existencia de un presunto acuerdo para que una empresa
estadounidense extraiga un millón de barriles de petróleo venezolano.
Entonces
la defensa de López Obrador, en particular en el caso venezolano, ¿Tiene que
ver con hermandad y solidaridad, o con intereses económicos y ambición pura?,
creo que al hacer estas declaraciones, sencillamente, se dejó ver las costuras.
Pero al
margen de sus reales intenciones, nos preguntamos por qué López Obrador se la
da de guapetón ante Estados Unidos al abogar por regímenes tan nefastos como
los tres citados, y no se atreve a emplazar, por ejemplo, a Daniel Ortega a
liberar a los 181 presos políticos que están en sus mazmorras y a aceptar una
investigación de los Crímenes de Lesa Humanidad, o exigir mayores libertades
para Cuba, o se pone del lado de los venezolanos y reclama a Nicolás Maduro por
el éxodo que ha provocado, y que está afectando singularmente a México, por su
situación al ser paso fronterizo hacia Estados Unidos.
El
diablo los cría y ellos se juntan. Definitivamente una muy infeliz y desatinada
declaración de alguien quien en su propia República está sintiendo y sufriendo
las consecuencias de la represión, de la falta de libertades, el acoso,
persecución a la disidencia, crisis humanitaria que han desatado “sus amigos”,
y que han provocado que sus ciudadanos busquen cobijo o salida en tierras
mexicanas o intenten pasar, como lo están haciendo de forma masiva e ilegal,
hacia Estados Unidos.
Tal
vez surjan más dolientes y defensores de los dictadores, pero lo que deben
tomar en cuenta, antes de convertirse en adeptos y fanáticos de dictadores
criminales, es que podrían terminar convirtiéndose en aquello que tanto
defienden además de cómplices de sus crímenes de Lesa Humanidad ¡Cuidado pues!
Lester
Toledo
@LesterToledo
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