Rafael Veloz García 23 de febrero de 2024
@Rafaelvelozg
La
candidata María Corina Machado ha insistido en que nuestra lucha trasciende el
tema meramente electoral. Se trata del supremo objetivo del cambio político, el
cual obedece a unas acciones estratégicas y a un proceso que selló de manera
histórica la soberanía popular expresada el 22 de octubre pasado.
La dictadura se vuelve a equivocar al pensar que por medio de sus oscuras jugadas inhibiría y provocaría la desconfianza del ciudadano, por considerar erroneamente que esas condiciones forman parte de su naturaleza. Por el contrario, los venezolanos, dentro y fuera de nuestro país, han entendido que esta es una lucha que va más allá del mundo político y del tema electoral, pues es un ejercicio del bien contra el mal. Por supuesto, se alinean en el primer segmento y sin miedo. Bien lo afirmó María Corina en Puerto La Cruz: “El pueblo perdió el miedo, y por eso estamos aquí. Estamos decididos a hacer lo que haga falta, pero este año los sacamos de Miraflores”.
Muchas
interpretaciones se derivan de lo ocurrido el 22 de octubre, pero quiero
dedicar a una en especial y tiene que ver con la expresión de la soberanía de
los ciudadanos, ya citada, donde se entendió que con la participación de cada
uno de ellos y de su grupo familiar es que podemos establecer la verdadera
unidad más allá de las organizaciones políticas. Además, la importancia del
papel que tiene cada uno de los ciudadanos que es clave para provocar el cambio
político.
Lo
anterior significó a su vez un empoderamiento a María Corina Machado, lo cual
solo es posible con unos niveles de confianza elevados en dos sentidos: primero
como líder del proceso del cambio político, como nuestra abanderada para la
elección presidencial que se va a realizar este año. Y, por otro lado, ante el
hecho histórico del 22 de octubre, que dejó una huella y se configura como una
orden por parte de la soberanía popular. Ese mandato ha sido asumido por
nuestra candidata y se refleja cuando nos habla de que esta lucha es “hasta el
final”, lo cual representa una estrategia dentro del marco del trabajo que
nosotros estamos realizando.
El
régimen pretende confundir a la gente y generar el desánimo. Esto hace que el desenlace
de este cambio político no esté predeterminado, vale decir, porque no están
dadas las condiciones electorales, que son por las que nosotros estamos
peleando con todo. Ahí es que toma valor el mandato político de nuestra
candidata María Corina Machado de ir hasta el final, lo cual se refiere a una
continuidad de decisiones tácticas para cumplir con nuestros objetivos.
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Un
factor determinante, en el cual se delega y se empodera a una persona para el
liderazgo y también para la candidatura, es el de la confianza, que se traduce
en el altísimo porcentaje de votos por el cual salió electa. Esa confianza es
la que le ha otorgado la Venezuela democrática a Maria Corina Machado. Y cuando
vamos hasta el final es que estamos conscientes que ante el terreno difícil por
el cual transitamos, las tácticas son necesarias para desmontar los obstáculos
que nos coloque la dictadura. Y nuestra líder las tiene.
En
este punto, quiero rememorar un hecho histórico. En el desarrollo de la guerra
de independencia hubo una batalla donde se estableció una maniobra con
elementos tácticos. Fue en la batalla del 2 de abril de 1819, en las cercanías
del río Arauca, en el hoy estado Apure, que fue llamada la de las Queseras del
medio. Allí, José Antonio Páez, quien lideraba la conducción de esta batalla,
solo tenía 153 lanceros a caballo y a pesar de ese bajo número, los enfiló
contra las tropas realistas del general Pablo Morillo, que estaban muy por
encima, con más de mil jinetes de caballería, lo cual conformaba una mayoría en
teoría aplastante. El coronel patriota Juan José Rondón atacó a los realistas
con las tácticas de Páez y el Centauro de los Llanos, frente a la situación,
expresó su famosa frase de “Vuelvan caras”, que fue una táctica de combate de
contraataque para hacer creer al enemigo que los patriotas emprendían la
retirada. Esto produjo un corajudo ataque lleno de empuje de los patriotas
contra los realistas, quienes fueron atrapados por el caos y la confusión. El
balance final fue de 400 bajas para el ejército realista por solo dos caídos y
seis heridos para los patriotas.
Imaginemos
que hubiese sucedido en esta batalla si el coronel Rondón hubiese vacilado y
optado por un plan B en vez de seguir las líneas estratégicas de Páez. El caso
es que había una estrategia en unas condiciones de minusvalía, pero el elemento
de confianza y liderazgo que inspiraba Páez resultó determinante en esta
inolvidable e histórica gesta de la independencia, que el Libertador Simón
Bolívar calificó como “la proeza militar más extraordinaria que puede celebrar
la historia militar de las naciones”.
Estamos
próximos a otra batalla por la libertad y les aseguro que tan grande como la
confianza que le tenía su ejército a Paéz, es la que hoy le tenemos a las
líneas estratégicas que se ha trazado nuestra candidata. En este caso, es alto
el nivel de confianza mutua: el pueblo confía al máximo en María Corina y ella
confía al máximo en el pueblo, una fórmula que nos hace poderosos.
Rafael
Veloz García
@Rafaelvelozg
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