Voz de América 25 de febrero de 2024
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El
chavismo afirmó esta semana que las conversaciones deben seguir sólo en
Venezuela. El riesgo de manipulación y filtración de información confidencial
de las negociaciones es parte de las razones de trasladar esos diálogos a un
tercer país, explican especialistas.
La
propuesta de negociar acuerdos entre el gobierno de Nicolás Maduro y sus
opositores sólo dentro de Venezuela no es aconsejable por los riesgos de
manipulación y filtración de información que minarían el éxito de esos diálogos, en espacios controlados por una de las partes,
advierten expertos consultados.
El
oficialismo condicionó esta semana la continuidad de las negociaciones
facilitadas por Noruega y respaldadas por múltiples países a que se celebren de
ahora en adelante en Venezuela, como ocurrió el lunes, en el palacio federal
legislativo, en Caracas.
Ese día, con la presencia de delegados noruegos, una parte de las delegaciones del gobierno madurista y de la Plataforma Unitaria opositora se vieron cara a cara para conversar sobre violaciones a los acuerdos firmados en octubre en Barbados.
Se
prevé que el antichavismo presente una propuesta de calendario electoral, pero
el oficialismo conversa asimismo con otros factores políticos en el país, entre
ellos dirigentes que critican las estrategias de la Plataforma Unitaria.
Un día
después, el delegado jefe del chavismo para las negociaciones, Jorge
Rodríguez, advirtió a su contraparte opositora, Gerardo Blyde,
que los diálogos serían en el país.
“Vamos
a hablar con todos los sectores (…) a partir de ahora en Venezuela, papá, si
quieres. Si no quieres, chao pescao’ (…) No viajamos a ningún lado”, dijo
durante una sesión en la Asamblea Nacional, donde el chavismo tiene mayoría.
Según
el vocero oficialista, ambos bloques se reunieron 14 veces en Caracas en los
últimos 8 meses. Las negociaciones se instalaron en Ciudad de México en agosto
de 2021, si bien se vieron interrumpidas por poco más de un año por el reclamo
del chavismo del “secuestro” del empresario colombiano Alex Saab.
Desde
entonces, la prensa reportó reuniones en el Caribe e incluso se firmaron dos
acuerdos políticos en Barbados, en octubre pasado. Ha habido asimismo reuniones
en Bruselas, Bélgica, y París, Francia, incluso con participación de jefes de
Estado.
También,
informes de la prensa han revelado encuentros de alto nivel entre delegados del
gobierno de Estados Unidos y de Venezuela en Doha, Qatar, y otra nación
caribeña no especificada en el marco de esos diálogos.
La
presión interna y la diplomacia de micrófonos
Las
frecuentes reuniones en Caracas confirmadas por Rodríguez hablan de una
negociación “dinámica”, pero con resultados “mediocres”, apuntó el politólogo
Ricardo Ríos.
El
director de la firma consultora Poder y Estrategia explicó que, históricamente,
las negociaciones políticas de alto nivel entre dos actores en conflicto se
celebran en un tercer país como mediador para evitar que factores internos
afecten esos diálogos.
La
primera razón de peso es que las conversaciones transcurran “de bajo perfil”,
en un ambiente más privado que el que existiría en el país de interés, aseguró.
“No es
fácil reunirlos de manera secreta o informal de manera permanente. La
diplomacia de micrófonos contamina mucho la posibilidad de acercarse con
rapidez a un acuerdo”, expresó Ríos en entrevista con la Voz de
América.
Uno de
los 9 miembros de la delegación opositora para las negociaciones,
Roberto Enríquez, habló esta semana del asunto. “En los medios de comunicación
(del país), no se puede dar un debate donde lo que estás buscando es volumen,
decibles, no soluciones”, dijo desde el comando de campaña presidencial de la
oposición.
Giulio
Cellini, abogado versado en procesos de transición y analista de relaciones
internacionales, subrayó que es usual y “aconsejable” mantener las
negociaciones fuera del país, a pesar de los beneficios logísticos de
realizarlas dentro de él.
“Se
minimizan los riesgos de que la negociación sea manipulada, de que se ejerzan
presiones o se ejerza influencia por parte de otros actores políticos, los
medios de comunicación o sectores interesados en que la negociación no tenga
éxito”, expresó.
En las
últimas semanas, el gobierno venezolano dijo haber frustrado una conspiración
cívico militar magnicida, se ratificó judicialmente la inhabilitación de la
candidata opositora María Corina Machado y varias ONG denunciaron el incremento
de la persecución política contra disidentes.
Jugada
política de Maduro
Piero
Trepiccione, politólogo del centro de pensamiento venezolano Gumilla, evaluó
que la negociación venezolana se situó en el extranjero para “decantar la
presión” de dialogar “en el lugar del conflicto” y “con la mirada atenta del
país”.
“Se
buscó hacerlo fuera del país para decantar esa presión y ampliar un poco el
tema de la confianza entre las partes. Implica hacerlo con más tranquilidad y
eso puede hacer fluir mejor las ideas y las posibilidades de acuerdos”,
manifestó a la VOA.
A su
juicio, la demanda oficialista de que los diálogos sean domésticos e incluso
con la participación de otros factores políticos es “una jugada inteligente”
del presidente Nicolás Maduro, que busca “generar contrariedad en la
contraparte”.
“Con
esto, él granjea un apoyo interno y busca potenciar una legitimidad alternativa
a la que se considera en el proceso de negociación internacional”, es decir, a
la Plataforma Unitaria, comentó Trepiccione.
Injerencia
y desconfianza
Otra
desventaja de negociar en el país en conflicto es la desconfianza de que se
filtren las comunicaciones privadas entre los actores, dijo Ríos, por su parte.
“Es
mucho más fácil para el negociador que controla los medios coercitivos y las
policías que tienen dispositivos de escucha hacer interferencia de algún modo
(en la negociación), eso quita la confianza a la reunión”, advirtió el
analista.
“Cuando
se va a un tercer país mediador, esa capacidad de injerencia queda inhibida y
genera un poco más de confianza”, añadió.
Cellini
coincidió con que se pueda “manipular” la negociación mediante el acceso a
información y declaraciones privadas. “Es absolutamente inconveniente”, valoró.
El
especialista dijo entender que haya reuniones “privadas” y “positivas” entre
los delegados jefe de oposición y oficialismo en Venezuela, “con la mayor
discreción y en un escenario encriptado” para agilizar algunos procesos.
Sin
embargo, insistió en que la tradición es trasladar las negociaciones al
extranjero para “minimizar los riesgos de que se ejerzan presiones o
influencia” sobre quienes dialogan y en cuanto al fondo de lo conversado, es
decir, lo que ambas partes aspiran a lograr.
La
recomendación del facilitador, Noruega, es que esos diálogos se hagan fuera del
país, remarcó. Su delegación no se ha manifestado sobre los dichos del
oficialismo en cuanto a los futuros sitios de reunión de las delegaciones
negociadoras.
Noruega
“ha formado parte de procesos exitosos de negociación en el mundo”, incluido el
diálogo entre la guerrilla de las FARC y el gobierno colombiano, mencionó
Cellini, recordando que la negociación entre el gobierno de Colombia y el
Ejército de Liberación Nacional (ELN) se celebra en Venezuela, Cuba y México.
“La
verdad es que trasladar las negociaciones a Venezuela no trae ningún beneficio
desde el punto de vista del fondo de la negociación”, concluyó el analista.
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