Por Ing.
Sebastián Paz Codecido, 08/04/2012
Boletín
84 AIPOP
Este
Jueves Santo, los venezolanos fuimos fuertemente sorprendidos con las
palabras que desde una iglesia del Estado Barinas, el presidente de la República
acompañado de familiares y personas de su entorno íntimo dirigió al país a
través del sistema de medios controlados por el gobierno. Efectivamente, en
desgarradas y emotivas palabras se dirigió a Cristo para pedirle más tiempo
de vida, sin importarle el dolor y sufrimiento físico que esto implicara para
su persona. Dijo estar dispuesto a soportar su corona de espinas y cualquier
dolor siempre que le diera más vida.
Sin
embargo y sin dejar de expresar nuestros reales deseos de su pronta
recuperación como es lo propio en el caso de todo ser humano, hubo ciertas
palabras que nos llevaron inevitablemente a pensar y recordar muchos hechos
ocurridos en sus años de gobierno, cuando le pidió a Cristo en ese acto del
jueves santo, que le diera más vida porque tenía: “cosas por hacer”
Fue
en ese momento cuando a muchas personas nos vino a la mente la terrible duda
de si esas “cosas por hacer” serían la continuación de ciertos hechos que se
han producido en los largos años transcurridos durante este gobierno. Inmediatamente
muchos ciudadanos recordamos las cosas ya hechas en esta administración. Y
fue así como nos recordamos de:
-
Los venezolanos muertos durante los celebrados golpes del 4 de Febrero y el
27 de Noviembre.
- Los cientos de miles de
venezolanos asesinados impunemente por el hampa
- Las agresiones durante el
entierro de Monseñor Velasco.
- Los
muertos y heridos del 11 de Abril.
- Los
22.000 empleados a quienes se les despidió de PDVSA, negándoles sus derechos
laborales y fueron echados de sus casas en la madrugada con sus niños en los
brazos.
- La
muerte de la joven Keyla Guerra en la Plaza Altamira a manos del “Caballero
Guveia”
- Los
soldados quemados en condiciones extrañas en instalaciones militares y sobre
las cuales no se ha sabido mas nada.
- El
asesinato de la señora que salió a protestar a la plaza Altamira al día
siguiente del referendo y cuyo actor del hecho anda suelto.
- Lo
ocurrido a la familia de Antonio López Acosta, quien además de perder su
hijo, fue detenido y esposado salvajemente junto a su esposa.
- La
frenética persecución a las empresas privadas y a las personas emprendedoras
y de trabajo de todos los estratos sociales.
- La
orden televisada de encarcelar a la jueza Afiuni, en franca negación de la
separación de poderes.
- El
mal trato y la negativa de atención medica humanitaria, justa y adecuada a
los presos políticos.
- La
decisión de darle casa por cárcel a su amigo el psiquiatra Chirinos.
- El secuestro y posterior
muerte en el Hospital Militar de Franklin Brito.
Y
así de muchos hechos más que no cabrían en este formato.
También
el Presidente reconoció en ese acto que antes había hablado mucho de muerte
y que ahora hablará de vida. Ante estas palabras, expresamos
nuestros más vivos y fervientes deseos de que ese propósito pase de las
palabras a los hechos y se traduzca a un cambio real y sincero en los actos
del gobierno, comenzando por la liberación de los presos políticos y por una
efectiva implementación de Políticas Públicas que conduzcan a Venezuela por el
camino del progreso, la igualdad, la democracia y el respeto a la persona
humana.
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