por otra parte la mayoría
de trabajadores no partidarios del aumento mostraron su sorpresa y
admiración, por tan repentino anuncio del aumento en el salario mínimo,
ya que éste sin un análisis previo de la economía del país, en la era de
la inflación, fue decretado.
El aumento del 32.25% en el
salario minino, aunque este aumento de hecho y de derecho forma parte de
la seguridad social de los trabajadores, no les alcanzará, ni siquiera
para cubrir las necedades primeras de la población que vive de un salario
minino, ya que el costo, por ejemplo de las medicinas, para un jubilado,
que a partir del Primero de Mayo, va recibir en su liberta 1.750 BsF, no
les alcanzarán sino para adquirir una o dos medicamentos, de los que
suele consumir, por el alto valor que esos productos hoy tienen. Los
otros trabajadores, que recibirán ese tan esperado aumento, solo podrán
ir al mercado una sola vez y comprar los productos de mayor necesidad en
el hogar, ya que el costo de canasta básica hoy es tres veces mayor a lo
que se recibirá. Es decir que ese aumento del 32.25%, se les volverá como
dice el refrán, “sal y agua”, sin ningún valor agregado a lo que
representa la seguridad social en el buen vivir del ciudadano.
Ese aumento en el salario
minino, que debe corresponder a los planes de la seguridad social, que la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, prevé para todos y
cada uno de los ciudadanos que en esta tierra de gracia habitamos, ya que
no solo nos garantiza un justo salario mínimo, sino que debe ser una
garantía verdadera y real de seguridad social, este pírico aumento de 32.25%
no se corresponde, con las entradas actuales que el precio del petróleo le
produce a las arcas públicas.
Cuando, se habla de seguridad
social, este concepto, no solo se puede llevar a la parte material de un
salario, sino que debe verse y sentirse con mayor profundidad, es decir,
la seguridad social, abarca mayor cobertura humana, es la seguridad
física y de los bienes de los ciudadanos, es el derecho a tener mejores
servicios públicos de salud, de educación y el compromiso del Estado a
brindarle al ciudadano la satisfacción de poseer un vida de alta calidad,
por tanto pensar que solo con aumentar el 32.25% del salario minino el
Estado ha cumplido con la seguridad social del ciudadano, es ser
irreflexivo y contradictorio con lo que es la seguridad social, en un
país, con tantas riquezas que el país posee.
Los aumentos en los salarios
a los trabajadores, no se pueden ver como una concepción graciosa y de sacrificio
del Gobierno, sino como una responsabilidad constitucional que el Estado
Venezolano, tiene con quienes con su esfuerzo, dedicación y amor le
ofrecen su trabajo al desarrollo, al progreso y al bienestar de la nación
y ser una de las tantas formas de cumplir con la seguridad social.
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