Por Mario Villegas, 27/04/2014
Por complicada que sea la ciencia económica, sus efectos sobre la vida ciudadana siempre arrojan señales que permiten hasta al más despistado de quienes no somos economistas saber cuando las cosas marchan bien o mal por causa de las políticas públicas.
La propaganda oficial, por muy profusa y rimbombante que sea, jamás logrará tornar en exitosa una política económica, o más bien un modelo económico, cuyos nocivos efectos están a la vista y al padecimiento de la inmensa mayoría de la población.
No porque el gobierno pretenda, por ejemplo, vendernos como revaluación lo que la elemental matemáticas confirma como devaluación va a modificar los fieros efectos que tiene sobre la economía de las familias el salto de la paridad cambiaria oficial de 6,30 a 50 bolívares por cada dólar.
El cierre de empresas, la inaudita reducción de la producción interna, la mega dependencia nacional respecto a las importaciones, la pavorosa inflación y el alto costo de la vida, la drástica e indetenible depreciación del bolívar, el desabastecimiento de alimentos y medicinas, el crecimiento del desempleo abierto y encubierto, los bajos salarios, el contrabando interno y de extracción, las corruptelas en el aprovisionamiento oficial de divisas, el injustificable endeudamiento externo y otras consecuencias de la estrategia económica oficial son mandarriazos que golpean la vida de las familias y que no pueden ser ocultados por mucho que el gobierno proclame un ilusorio exitazo económico y esconda su cabeza de avestruz en la arena de la supuesta guerra económica.
Resulta ofensivo a la inteligencia popular, incluida la del pueblo chavista, que la burocracia gobernante disfrace de fiesta lo que para las grandes mayorías huele más a tragedia o a velorio, sobre todo si se toma en cuenta que ello ocurre en un contexto de crecimiento de la criminalidad e inseguridad ciudadana, grave deterioro del sistema de salud y otros servicios públicos, exagerado gasto militar y monumental derroche en proselitismo partidista, exclusión y persecución a la disidencia política y sindical, restricciones inconstitucionales al derecho a la protesta pacífica, limitaciones a la libertad de información y violación sistemática de derechos humanos.
Que el presidente Nicolás Maduro haya tenido que invitar a Miraflores, montar equipos de trabajo conjunto y adoptar esquemas de cooperación con su tan odiada Fedecámaras y un grueso número de empresarios privados es el más rotundo mentís a la engañosa tesis del éxito económico gubernamental.
Pero lejos de criticarle al gobierno que haya optado por dialogar con el empresariado y apoyarse en este para lanzar su recién anunciada ofensiva económica, debemos anotarlo como una saludable rectificación. Lo cuestionable es que lo haya hecho tardíamente, forzado por la comprometedora situación política, económica y social, a un elevado costo para el país y sus gentes, y con la notable exclusión del movimiento sindical en sus distintas vertientes.
Es mucho lo que los trabajadores pueden aportar en cuanto a la marcha de la economía, las políticas gubernamentales y el manejo de las instituciones y las empresas públicas y privadas.
BREVES
El martes 22 se cumplieron cuatro años del fallecimiento del reportero gráfico Jorge Durán, quien encontró la muerte en un peligroso paraje de la frontera colombo-venezolana mientras cubría una absurda rueda de prensa cuasi nocturna organizada por el Ministerio de Interior y Justicia, para el cual prestaba servicios profesionales. Gravemente afectado de salud, Durán fue abandonado a su suerte por un helicóptero de la Guardia Nacional, pese a las súplicas de sus compañeros de trabajo ante oficiales militares al mando de la nave. La denuncia pública fue presentada por mí y corroborada por un informe suscrito por periodistas del MIJ ante el entonces ministro Tareck El Aisami. Días más tarde, el gremio periodístico y organizaciones de derechos humanos solicitaron la apertura de una averiguación por parte del Ministerio Público, el cual parece haberse lavado las manos como Pilatos lavó las de él.
ENTREVISTA
Carlos Raúl Hernández, sociólogo
“Maduro no dejará de ser Presidente porque le nieguen el título”
-¿Cuál es su balance del primer año de gobierno del presidente Maduro?
-¿Qué les reconoce y qué le reprocha a María Corina Machado y a Leopoldo López?
-El trabajo en equipo es necesario, imprescindible y eso obliga con mucha frecuencia, como dicen los sicólogos, a someter el yo al nosotros. Tiene de fastidioso que la gente que te lleva la contraria, está en desacuerdo contigo y tienes que afilar los argumentos. Si a alguien se engaña creyéndose predestinado, podría romper y tirarse por el barranco. La política solo se aprende en la política y cuando se carece de experiencia y lejos de reconocer la de los pares, se la descalifica como “colaboracionismo”, se comete un acto infantil que pone en peligro la seguridad de todos. Ellos han demostrado su espíritu de lucha, pero desde el primer día escribí que eso de “la salida” era más bien un callejón sin salida. Les pediría, como al compadre, que no me defiendan. Le causó perjuicios terribles a la oposición y pese a que los dirigentes se ocupan del control de daños, generó un insólito odio contra los “burócratas de la MUD” y reverdeció el abstencionismo.
-¿Cuál es la salida que le queda a los promotores de “La Salida”?
-La MUD ha demostrado que pese a todo los defiende y protege. Pero por desgracia sembraron mucha desconfianza alrededor de sí mismos.
-¿Qué siente cuando le cuestionan simultáneamente desde el chavismo y desde la oposición?
-He tenido una vida intelectual larga e intensa y he participado en muchos debates. Y entre las cosas que he hecho siempre es decir lo que creía cuando pensé que debía hacerlo, desde los debates sobre la lucha armada en el MIR hasta hoy. Los insultos sino más bien me divierten, porque muchos que me agredían en su momento, después hemos coincidido. Además llevo demasiado tiempo viendo pasar estrellas fugaces. El primer texto que leí cuando comencé a estudiar sociología fue el Compromiso del intelectual de Paul Baran y me marcó. Weber decía también que un intelectual debe decir la verdad y no lo que sea agradable.
-¿La Mesa de la Unidad tiene ahora más vigencia que nunca?
-El darwinismo político la obliga a mutar. Darwin decía que lo que deja de cambiar comienza a morir.
-¿Justifica la negativa de algunos dirigentes de oposición de llamar Presidente a Maduro?
-Esas son posiciones emocionales, no políticas, pero lo peor es que son inútiles. Maduro no va a dejar de serlo porque le nieguen el título, le digan maburro o cualquiera de esas tonterías (además el burro es un animalito muy querido). O lo de la partida de nacimiento. Los que pusieron ese tema a rodar deberían hacernos un balance de los éxitos políticos que consiguieron. Peor aún el caso de un general retirado domiciliado en Florida, que quiso aplicársela también a Capriles.
-¿Cuáles son las verdaderas motivaciones oficialistas para dialogar con la MUD?
-La presión de Lula es porque él y Raúl Castro están preocupados por un colapso económico de Venezuela que afectaría todos los países de Unasur, a los que debe mucho dinero. Y el amigo maula es también gatillo alegre y su gobierno mató 40 personas. Necesitan evitar un viernes negro.
-¿Nicolás Maduro y Diosdado Cabello juegan al policía bueno y al policía malo o lo son efectivamente?
-Creo que tienen diferencias serias, como se vio en la risa pícara de Cilia cuando Ramos Allup pechereó a Cabello en el debate.
-¿Del diálogo saldrá humo blanco o siempre será gris?
-Si el gobierno actúa políticamente, deberían ocurrir cosas buenas.
-¿Aconseja esperar al 2018 para cambiar al gobierno o sugiere otra fórmula anticipada?
-Si la oposición gana masivamente la Asamblea Nacional el año que viene, en medio de la debacle económica y social, creo que Maduro estaría tentado a renunciar para dejar el muerto a otros.
Mario Villegas
mariovillegas100@gmail.com
@mario_villegas
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