Por Victor Amaya
El economista Francisco
Rodríguez fue jefe de investigación de la Oficina del Informe sobre Desarrollo
Humano de la ONU (2008-2011) y economista jefe de la AN (2000-2004).
Profesor del IESA y varias
universidades extranjeras, se desempeñó como economista jefe para la Región
Andina de Bank of America, y es ahora economista jefe de la banca de inversión
Torino Capital, en Nueva York.
Se ha dicho que el cambio
económico pasa por el cambio político. ¿Es la única manera?
Es una concepción extrema. Bajo la actual administración sería muy difícil implementar reformas fundamentales, tanto porque hay elementos que se oponen fuertemente como porque este es un gobierno que ha perdido credibilidad ante agentes económicos. Eso no quiere decir que no se pueda hacer nada. Creo que hay mejoras concretas que se pueden lograr.
¿Cuáles serían tres líneas
de acción?
Yo haría referencia al Plan Económico de Unasur, que tuve el honor de coordinar en mayo y junio. Ahí planteamos la restauración del sistema de precios relativos, que incluye unificación cambiaria bajo un esquema de libre flotación, y la transformación de la regulación que permita la fijación de precios consistentes con una rentabilidad apropiada a un tipo de cambio realista. El segundo punto era la normalización gradual de los precios de la gasolina, electricidad y otros bienes del Estado que drenan ingresos fiscales que obligan a monetizar el déficit y generar inflación. Lo tercero era ir a un sistema de subsidios directos a través de transferencias a las familias más necesitadas por una tarjeta electrónica. Luego, una política de consolidación de activos para un reperfilamiento voluntario de la deuda externa pública que permita aligerar los pagos por vencimientos a corto plazo y recuperar el acceso a mercados internacionales.
¿Por qué ese plan de Unasur
no fue tomado? ¿Ha visto que se aplique alguna de esas recomendaciones?
Los planes económicos no son hechos para que sus componentes sean implementados aislados. Son estructurales. Plateamos la necesidad de que hubiese una política de indexación salarial, que tiene sentido si se aplican todos los elementos del plan. El Gobierno ha intentado lanzar el programa de la tarjeta de misiones socialistas que tiene algunos elementos de diseño de la que nosotros planteamos, pero si no se puede financiar en base a mayores ingresos va a ser muy reducido o va a generar más inflación. ¿Por qué no se aplicó? Puedo dar alguna hipótesis. Dentro del Gobierno hay quien quiere una economía centralmente dirigida, como las del bloque soviético. Eso va en dirección contraria a lo que nosotros planteamos, que era ir a una economía que reconociese el funcionamiento del sistema de precios de los mercados manteniendo un fuerte espacio para la intervención del Estado, con políticas redistributivas, más parecido a Bolivia, Nicaragua, Ecuador.
¿Se imponen los ortodoxos?
¿Jesús Faría?
Y o no veo a los hermanos Faría como marxistas ortodoxos. Tanto por su gestión por las veces que he conversado con él, creo que Jesús Faría, el ministro de Comercio Exterior, es de los que está más abierto a una visión pragmática, moderna, de cómo debe ser una economía de un país gobernado por un grupo de izquierda pero con racionalidad económica. Pero creo que hay personas muy muy influyentes en la determinación de políticas que no ocupan puestos en el Gabinete, y muchas veces hay personas que están en posiciones importantes que no tienen tanta influencia.
Ya se habla de nuevo aumento
de la gasolina.
La recomendación que hicimos en el Plan Unasur es la de un aumento progresivo a lo largo de 18 meses hasta llevarlo a precios internacionales calculados a un nuevo tipo de cambio de equilibrio que no va a ser 2000 sino intermedio entre el Simadi y el mercado paralelo. Es un ajuste fuerte, pero con un esquema de compensación por una tarjeta de subsidios se estaría financiado con la normalización de precios de gasolina y electricidad. Sería una transferencia directa muy expedita. No me atrevo a predecir si el Gobierno hará ajuste o no. Puertas adentro saben que hay que hacerlo pero hay diferencias sobre cuál es el momento político para eso. Creo que si entramos en período electoral, incluso el caso de Amazonas, entonces es posible que el Gobierno decida diferir cualquier decisión.
Se decía que 2016 era
propicio porque no era electoral. 2017 debe serlo y vuelve a correrse la
arruga.
La visión de que en 2016 no ha habido ajuste es errada. Los agregados básicos que lo definen son las cuentas externas y las cuentas fiscales. En las primeras ha habido evidencia de fuerte ajuste, con recorte de importaciones de 45% en lo que va de año y en 68% con respecto al pico de 2012; y en términos de gasto público real también vemos una disminución apreciable a pesar de estadísticas limitadas. Vemos una caída del gasto público del 29% en términos reales, con una caída de alrededor de 10 puntos del PIB. Creo que ha habido un ajuste ineficiente, costoso, que se pudo haber hecho mucho mejor, y ha dejado distorsiones en la economía. Hay cambios en la política económica que todavía son urgentes. Probablemente vamos a entrar en un 2017 con cierta estabilización de la economía, que no recuperación. Nuestro pronóstico de crecimiento es de 1,9% y hay gente que se sorprende; pero quiere decir que la economía se va a estabilizar en bajos niveles de ingreso: el per cápita ha caído 22% en los últimos cuatro años, y como la población crece a tasa de 2,3%, ese crecimiento es simplemente 0,6% en el producto por habitante.
El Gobierno habla de
"bloqueo" financiero.
El debate es en torno al lenguaje. En el caso de los mercados internacionales, el Gobierno habla de boicot, que sorprendentemente logró ponerlo en el acuerdo reconocido por la oposición. Los analistas decimos que los mercados están cerrados. La distinción es semántica:. Lo importante es que Venezuela no tiene acceso porque no hay confianza. Venezuela tiene más de un año sin publicar estadísticas de PIB y de inflación: eso da razones para que tenedores de deuda sean muy cautelosos. Ahora, Venezuela ha pagado su deuda consistentemente.
Se habla de default desde
2014. ¿Es real?
Es altamente improbable. Depende de la evolución de los precios del petróleo. Si se llega a un acuerdo en la OPEP, me parece altamente improbable a menos que sea producto de temas políticos, de un cambio desordenado de régimen. Creo que hay disposición de pagar incluso en escenarios más restrictivos. Pero los mercados internacionales siguen dándole alta probabilidad.
¿Los mercados internacionales
ven cerca un cambio de gobierno?
Con el RR hubo percepción de que el cambio de régimen era altamente probable, o incluso de que se pudiera dar una sustitución del presidente Maduro desde adentro. Cuando se suspendió, y en las últimas semanas con la mesa de negociación sin grandes concesiones del Gobierno, se ha comenzado a transmitir una visión de mayor fortaleza política y muchos analistas concluyen que pudiera llegar a 2019 e incluso sobrevivir más allá. Creo que en Venezuela va a haber un cambio de gobierno, posiblemente en 2019.
¿Maduro ha hecho algo bien
en economía?
En materia de política macroeconómica, no hay mucho. Pero yo sí creo que el apoyo que tiene el Gobierno y el chavismo (las encuestas que ponen a Maduro en menos de 20% de aprobación ponen a Chávez en 50%) hay que estudiarlo, porque lo más probable es que la gente está diciendo que hay componentes sustantivos de su calidad de vida que consideran que han mejorado durante el chavismo, como el tema de vivienda.
23-12-16
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