lunes, 26 de diciembre de 2016

La senda de la esperanza por @goyosalazar


Por Gregorio Salazar


El proyecto chavista sigue su marcha en forma cada vez más devastadora, más amenazante, más irrespetuosa de las leyes y de la convivencia democrática. En su dinámica perversa, cada error o cada fracaso radicaliza más a sus cabecillas y es entonces cuando más envalentonados y más desfachatados anuncian sus planes de acabar con las libertades ciudadanas.

Venezuela se sigue desmoronando. Su funcionamiento está dislocado, fuera de la racionalidad en los aspectos más elementales. Su economía continúa en proceso de hundimiento y pudiera tener otro punto de quiebre si como ya fanfarronean algunos e incluso lo exigen algunos aliados del partido de gobierno, como el PCV y los Tupamaros, se llegara a estatizar la banca.

Eso último ya no luce tan impensable. Al menos han ocurrido algunos eventos que se asemejan a la secuencia de artificiosos dispositivos mediante los cuales el gobierno ha convalidado sus zarpazos. Primero la criminalización por faltas o delitos que no necesitan ser verdaderos, como ocurrió con las elecciones de Amazonas o el rodriguezco fraude en las firmas para la convocatoria al referéndum revocatorio. Luego la lapidación declarativa por un desfile de voceros y las campañas del aparato propagandístico del gobierno, que masacran al adversario. Sigue la judicialización para que desde tribunales serviles emanan las oprobiosas sentencias con las que pretenden darle fundamentos legales al desafuero.  La banca está en el proceso de criminalización. Por ahora.

Las marchas y contramarchas de Nicolás Maduro en la decisión de sacar de circulación el billete de cien bolívares ha tenido un fortísimo impacto en los sectores más desvalidos de la población, los trabajadores del medio rural o esos que no tienen más opción que vivir el día a día manejándose con pocas sumas de efectivo, como lo es esa inmensa masa de ciudadanos buhonerizados. No entienden tanta torpeza ni porqué tienen que pagar ellos los supuestos desafueros de mafias extranjeras. Y  a Maduro se lo están cobrando.


Diciembre ha resultado una tortura para los venezolanos, a los que definitivamente les arrebataron los momentos de regocijo y disfrute  familiar que traen consigo las navidades y el fin de año. Dejar a la población sin efectivo en plenas fiestas decembrinas es un golpe que aún no supera la población, acogotada por los plazos perentorios que sin ninguna necesidad impuso el gobierno, primero para depositar los billetes de Bs. 100, después para volverlos a obtener y ahora para repetir la primera operación el 2 de enero. Mientras inexplicablemente los billetes de nueva denominación, que ya están en el país, no terminan de aparecer.

Mientras en la calle se vive esa drama, el gobierno mantiene su bombardeo propagandístico repitiendo a cada instante los micros de artistas muy populares, como Francisco Pacheco, Iván Pérez Rossi, Ismael Querales, Lilia Vera invitándonos a “prender la luz” de la navidad. Nadie entiende esa burla tan despiadada.

Lo que se visualiza para enero es una profundización de la crisis política, ahora que el gobierno no oculta que busca dar el último mazazo que liquide de una vez por todas la AN. Así lo vociferan con descaro. La economía continúa en caída libre y en materia electoral seguimos marchando a ciegas.

En circunstancias tan difíciles, ¿por dónde habrá de renacer la esperanza? ¿Cuál será la senda que nos llevará a retomar la protesta organizada para recuperar tantos derechos vulnerados y los que están en la perspectiva de ser conculcados? Nadie puede saberlo con precisión, pero sí que el escenario es volátil y que no tardarán en aparecer las ocasiones en que los venezolanos sepan demostrar, de la manera más contundente,  su compromiso con Venezuela y con un futuro de libertad y progreso para todos. Esa es la llama que no debe dejar de brillar en el seno de las familias venezolanas. Es con esa fe y ese convencimiento, que nos atrevemos a desearle feliz navidad y feliz año 2017.

23-12-16




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