Por Froilán Barrios
Los trabajadores venezolanos
vivimos la peor situación laboral que hayamos conocido en cualquier periodo
político, desde el siglo XX hasta nuestros días, el trabajo actividad
humana que garantiza la integridad personal, progreso social, a través de
un salario justo y condiciones decentes logradas a través de contrataciones
colectivas, ha perdido totalmente su valor. Producto de las políticas de un
régimen que ha decidió desconocer todas las conquistas y reivindicaciones
logradas tras casi un siglo de luchas obreras.
Esta postración sindical la
ha logrado el Estado venezolano a partir de una política de fragmentación
acelerada desde 2003, acentuada por el régimen autoritario al intervenir
descaradamente con el DLOTTT la libertad sindical. El resultado, pobreza
generalizada que supera el 80% de la población condenada al hambre y la
desnutrición, salario sin poder adquisitivo y desintegración de los sindicatos.
La cual se acentúa con el nuevo cono monetario propuesto por el Gobierno
Nacional, donde se impone la dolarización de los precios de los productos y por
ningún lado es reconocida la destrucción del salario y el poder adquisitivo.
Por tanto la necesidad
imperiosa de la unidad laboral, es una tarea urgente para todo el sindicalismo
venezolano. Ante este cuadro dramático es fundamental el relanzamiento de
la CTV, como central histórica de los trabajadores venezolanos, ante la
acefalía por el exilio de su presidente, muerte del secretario general y de miembros
del Comité Ejecutivo, en un contexto donde se supere la actual dispersión,
expresada en la existencia de 7 centrales sindicales.
Esta decisión requiere la
autonomía absoluta frente al Estado, partidos políticos y empleadores privados,
de allí la importancia de la reciente iniciativa de convocar el VII congreso
extraordinario de la CTV, evento a promover a partir del convenio 87 de la OIT
que consagra la libertad sindical, sin condicionarlo a la decisión del CNE de
enero 2005, donde ilegaliza las elecciones generales de la central. Como
sabemos esa resolución fue rechazada y condenada por la OIT y el sindicalismo
internacional.
Igualmente es fundamental
eliminar toda intromisión estatal, como la representada por un sector del
actual comité ejecutivo de la CTV, al introducir una medida cautelar ante el
TSJ, aprobada por cierto en tiempo récord por la Sala Electoral, como era de
esperar, suspendiendo la realización del evento. Grave en su objetivo ya que
coloca el destino de la CTV en manos del Gobierno.
Es el momento de poner las
cosas en su sitio. En función de restablecer la institución cetevista y no
darle la oportunidad al gobierno de intervenir y manipular, como lo ha hecho
con las disputas internas de los partidos de la oposición, lo cual sería un
duro golpe para todos los trabajadores venezolanos.
Para ello es necesario
privilegiar la acción sindical ante la dramática situación de miseria y
precarización laboral que afecta a los trabajadores, donde es urgente el
resurgimiento de un sindicalismo organizado y fuerte, que no solo frene a un
régimen neoliberal, sino también capaz de reconquistar la democracia.
21-12-16
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico