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viernes, 15 de enero de 2021

En busca de un sueño @cecodap @fernanpereirav

Por Fernando Pereira

Darwin recién cumplió los 16 años y desde antes de que comenzara la pandemia estaba empecinado en irse Colombia. El virus solo retrasó su ímpetu; pero en los últimos meses repotenció su voluntad. Sus notas fueron bajando y cada vez que se toca el tema insiste en que no le ve sentido a culminar el cuarto año. Dice que no le importa ser bachiller porque aquí no tiene futuro. Carmen, su mamá, le plantea la situación mundial, producto de impacto del coronavirus y que eso complica la opción de salir del país. Darwin insiste en que se quiere ir de una vez.

Carmen está preocupada y le insiste en que termine los estudios; pero por otra parte se queda sin argumentos cuando él expone las privaciones y dificultades que están pasando.

Viajando solos

La situación de Darwin no es un caso aislado. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estima que desde el año 2015 más de 25.000 niños y adolescentes han migrado de Venezuela no acompañados o separados, entendiendo por ello cuando viajan en compañía de una persona que no es su representante.


Migrar se convirtió en un acto desesperado para miles de venezolanos. Entraña un riesgo para cualquier adulto o familia; pero en el caso de niños y adolescentes viajando solos aumentan los factores de riesgo que los exponen a la trata, tráfico, violencia de todo tipo incluyendo la sexual, explotación laboral, captación por bandas delincuenciales, grupos armados.

Carmen está mucho más preocupada desde que conoció el caso de las familias y niños que perecieron ahogados en Güiria y la información sobre las mafias que se mueven lucrándose de la miseria de la gente en todas las fronteras por donde nuestra gente se va de manera ilegal.

El que muchos hayan viajado sin documentos de identidad vigentes: cédula de identidad, pasaportes, partida de nacimiento aumentó su vulnerabilidad para ser extorsionados, quedar apátridas, solicitar servicios sociales, registrarse en centros de tránsito, regularizar su estadía y dificultar la reunificación familiar.

El Sistema de las Naciones Unidas alertaba para finales de 2019 sobre la existencia de 1,1 millones de niños y adolescentes salidos de Venezuela en situación de riesgo, con necesidades de atención y protección en los países de la región a los que ha llegado el mayor flujo migratorio. Países que ya tienen sus servicios sociales y de protección colapsados. 

Unicef advierte que 4.3 millones de niños migrantes venezolanos requerirán asistencia en el 2021.Nada más en Colombia se estimaba que 400.000 niños y adolescentes ingresarían durante el 2020 y 800.000 para el 2021. La pandemia retrasó el flujo; pero no lo detuvo porque las causas permanecen y se profundizan.

El éxodo se incrementará sin duda en este año. Los niños y adolescentes cuentan cada vez con menos posibilidades de ser atendidos en su desplazamiento y tránsito y de ser socorridos en los puntos de destino. Estarán privados de su derecho a la educación, salud, protección y expuestos a todo tipo de discriminación y xenofobia.

Tomar previsiones

Miles de familias, niños y adolescentes se han visto forzados a migrar huyendo de la adversidad que se ha cernido sobre sus vidas. Viajes que han estado mediados por la falta de previsión.

Por lo que debemos insistir con nuestros adolescentes en que no se trata de “irse como sea”, pues entraña riesgos reales que los pueden afectar seriamente.

Cuando  haya condiciones de emigrar, lo ideal es hacerlo en familia, con algún familiar o llegar donde está algún familiar o allegado.

Es necesario definir el país al que se migrará, conocer cuáles son sus condiciones actuales y los requerimientos para el ingreso al mismo.

Es muy importante contar con la documentación de identidad nacional. Es una herramienta fundamental; a sabiendas que requiere un tiempo y recursos que se deben prever para su tramitación, sobre todo en el caso de los pasaportes. 

Se  requiere tramitar los permisos de viaje en caso de que el niño o adolescente no viaje con ambos representantes.

Es necesario programar la ruta a seguir para el desplazamiento desde el origen hasta el destino. No dejar al azar el trayecto que se realizará.

Hacemos votos en este inicio de año para que su sueño no se convierta en pesadilla.

14-01-21

https://efectococuyo.com/opinion/en-busca-de-un-sueno/

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