Alexander Cambero 11 de enero de 2021
@alexandercamber
Cuando escuchamos las palabras del psiquiatra Jorge
Rodríguez como presidente de la Asamblea Nacional, recordamos que llevan más de
dos décadas, hablándonos de construir un país de primera línea, que buscarían
un gran acuerdo político, que logre la manoseada reconciliación entre los
venezolanos.
Curiosamente son los mismos que han causado este
colosal desastre nacional. La responsabilidad en el quiebre absoluto de
nuestras oportunidades, recae en lo que representa la apabullante bandería
mayoritaria de ese espacio legislativo, en cuchillas frente al omnímodo
virreinato de Nicolás Maduro.
Regresa la incondicionalidad de unos autómatas sin
ningún tipo de escrúpulos para comportarse como tribunos de un circo de mudos.
Volver a oír las viejas consejas que recomiendan las reglas diplomáticas del
inicio no sorprende. El discurso se asemeja al clásico encantador de serpientes
hindú. Con el sonido una flauta, muestra al venenoso áspid, surgir del fondo de
una canasta, finalmente tejida con lienzos recogidos de las orillas del Tánger,
para distraernos con la virtuosidad de una práctica de siglos. Eso mismo han
hecho todo este tiempo.
Hablan de diálogo con el cuchillo en el pescuezo de
sus convenientes oponentes, esa obra bufa siempre les garantizó logran su
cometido. En las próximas sesiones vendrán las exaltaciones al heroísmo
militante. Desde esas tribunas las palabras llenaran los espacios de la
estulticia. Una salpicadura de consignas estériles que harán del recinto un
verdadero fraude. Desde allí se afilaran los cuchillos para la venganza. El
odio que llevan en sus entrañas se le sale por los poros. Creer que este
escenario ofrecerá respuestas favorables a la mayoría del país es pecar de
ingenuos, quienes en el 2015 recibieron una verdadera felpa electoral, retornan
para cobrar lo acontecido. Quien preside el cuerpo es la cabeza
pensante del proceso. El caroreño Jorge Rodríguez sabe utilizar su indiscutible
talento para manipular situaciones.
Se cuenta como jugaba con los circunspectos opositores
en los diálogos de Santo Domingo y Noruega. Luego se burlaba de ellos en sus
conversaciones con amigos. No será fácil de roer este hombre que viene
labrándose el camino para controlarlo todo. Su gran objetivo es Diosdado
Cabello. Ir quitándole poder hasta dejarlo en la intemperie. Quien ejerce el
gobierno terminará entregándose a quien toca la flauta.
Estamos en presencia de mayores tormentos para
Venezuela, esto es la realidad, aquellos que sueñen con la ficción pueden
comprar palcos para esperar la rectificación de estos pérfidos. Se aproximan
mayores dolores en una nación que ya no soporta tanto golpe contra su
vida.
Alexander
Cambero
@alexandercamber
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