Rodrigo Cabezas Morales 12 de mayo de 2021
La
reciente designación de los rectores del CNE por la Asamblea Nacional bajo
sujeción del gobierno de Maduro ha originado una controversia sobre la utilidad
o no de esta “concesión” o “señal” de la autocracia gobernante para rescatar el
derecho ciudadano a elecciones libres y transparentes, hasta ahora secuestrado
en los fraudes descarados de la Constituyente 2017, las presidenciales del 2018
y las de AN en 2020.
Escribo
sin prejuicios sobre personas, no conozco al ingeniero Roberto Picón y, tengo
amistad con Enrique Márquez, su madre fue una universitaria admirable. La
diatriba descalificadora y carente de argumentos entre actores políticos y
sociales es un sin sentido cuando de encender las luces de la libertad de
nuestra nación se trata.
Días previos al acuerdo entre el gobierno de Maduro y sectores opositores distintos a la AN 2015, escuché una entrevista del ingeniero Picón en el Podcast Despolarizados de Rafael Curvelo. Sus palabras de compromiso posible le dieron sentido a este texto y a sus interrogantes.
Primero. Debe realizarse una evaluación interna del CNE para lograr restablecer la paridad y el equilibrio en la institución.
He
supuesto que se refiere a que el psuv presida y controle: el CNE, la Junta Nacional
Electoral, el registro Electoral y el sistema de automatización, además de
tener bajo su mando todas las oficinas regionales en Venezuela.
Ello
presume que los más de 30 mil operadores de las maquinas electorales no sean
militantes de ese partido, a los que se les instruye para manipularlas antes,
en el proceso y en el cierre del acto electoral, sobre todo en los ya conocidos
decretos para prorrogar las votaciones luego de las 6 pm.
Asimismo,
que lograrán suspender la maniobra de ralentizar la entrega de las credenciales
a los testigos de la oposición y de cuestionarles su ingreso a los centros
electorales en combinación con funcionarios del plan república.
¿Será
posible un CNE que como institución del estado logre subordinar el plan
republica a su autoridad y no como ocurre ahora? ¿El CNE sancionará el estado
de coherción que hacen a sectores humildes con la entrega de bolsas de
alimentos y bonos dadivosos? ¿De cierto eliminaran el voto “asistido” para los
funcionarios públicos?
¿Les
permitirán a los rectores Márquez y Picón evitar y sancionar el abuso de las
cadenas de radio y TV, y el veto al liderazgo opositor en casi todos los medios
de comunicación?
Segundo.
Restitución de los Partidos Políticos a sus legítimos dirigentes. Entiendo que
los Rectores Picón y Márquez asumen que Nicolás Maduro judicializando la
política utilizó la Sala Constitucional del TSJ para secuestrar a los
principales partidos políticos de la oposición venezolana, y con ello, cerrar las
vías a su participación electoral.
Este
CNE, con disciplinada mayoría madurista, solo abordaría este tema si forma
parte de un acuerdo integral por elecciones libres y transparentes. Tal garantía
democrática no puede ser negociable. La presencia de los partidos políticos
legítimos en el combate electoral no los sustituye nadie. La “narrativa”
interesada según la cual estos partidos no tienen apoyo popular no es verdad, si
fuera así, los que se acordaron con el gobierno deberían garantizar
participación masiva, esto tampoco es verdad. ¿Restituirán los partidos
políticos AD, VP, PJ, COPEI y otros? ¿Aceptarán que las fuerzas de la oposición
democrática puedan presentar en coalición una única tarjeta unitaria para
participar en el acto electoral?
Tercero.
Una auditoria, actualización y depuración del registro electoral. Se deduce que
podrán ejecutar no solo la auditoria y depuración del registro sino que la
actualización sea un proceso que no lo realizarán los activistas del psuv, las
gobernaciones, alcaldías e instituciones del estado. ¿Serán masivas y abiertas
las jornadas de inscripción? Son 1.5 millones de personas entre 18 y 35 años de
edad que no están registrados en el CNE, y más de 1 millón que requieren
actualización que fueron cambiados de centros electorales deliberadamente por
el psuv en las últimas elecciones.
¿Podrán
evitar que la operación de cambio de registro de votantes lo hagan horas antes
de las votaciones? ¿Conseguirán evitar que las máquinas de inscripción las
manejen los activistas del partido de gobierno como ha sido hasta ahora? Y un
elemento estratégico está referido a si el CNE está en capacidad de garantizar
el derecho constitucional de los más de tres millones de venezolanos en el
exterior a inscribirse y elegir sus representantes.
¿Reconocerán
el derecho de la diáspora a decidir el destino de su patria?
Cuarto.
Institucionalizar una observación internacional independiente.
El CNE
del psuv siempre invita a supuestos “acompañantes” muchos de los cuales son
dirigentes políticos que les apoyan. Esta observación de turismo electoral es
irrelevante, un show. ¿Será posible que el CNE invite formalmente a la Unión
Europea como observador internacional con todo su protocolo técnico? ¿Aceptará
a la OEA, la ONU entre otras? ¿La observación internacional la solicita y
administra el Poder Electoral o el gobierno de Maduro?
Sería
un valor agregado tener una observación internacional garante de la pulcritud
técnica del proceso y que dé confianza en el electorado venezolano.
Finalmente.
La nación venezolana aspira un proceso electoral limpio y transparente para
arribar al cambio político. No un nuevo fraude, no una nueva trampa. Venezuela
no quiere “un primer paso” para caminar a la democracia, quiere todos los
pasos!!!
El
gobierno de Maduro está en el tablero nacional con piezas de su responsabilidad
plena, tales como la crisis económica y humanitaria más devastadora de nuestra
historia, excluyendo la guerra de independencia, con acusaciones de descarada
violación de los DDHH y con su decisión de mantenerse en el gobierno a costa de
lo que sea y como sea. Ellos saben que en cualquier elección libre serian
derrotados ampliamente, en su fuero interno lo reconocen. Hace rato perdieron
la mayoría popular que acompañó a Chávez.
Cualquier
acuerdo o negociación que debe involucrar a la oposición y la comunidad
internacional solo tendrá sentido si hay un cronograma electoral que permita
relegitimar todos los poderes. Sin ello, por ejemplo, la opción del revocatorio
presidencial es una fantasía, o el que tengan pleno derecho a votar los
venezolanos en el extranjero una quimera.
¿Los
Rectores que están en minoría en el CNE, que se reivindican opositores, apelarán
a la carta de la dignidad si son burlados o ridiculizados por la autocracia?
¿No sería precavido tenerla redactada? Cuestión de tiempo.
Rodrigo
Cabezas Morales
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