Ismael Pérez Vigil 01 de mayo de 2021
A la memoria de Miguel
Rodríguez Mendoza (1948-2021), gran venezolano,
mejor amigo.
1 de
mayo de 2021. La discusión acerca de participar o no en las próximas elecciones
de gobernadores es un tema político aún en discusión. Para reflexionar al
respecto me voy a valer de un tuit y su respectivo “hilo”, publicado en días
pasados por Jesús Seguías, periodista, analista político y presidente de Datincorp,
empresa de estudios y diagnósticos organizacionales.
Se
trata de uno de sus acostumbrados tuits o artículos, en el cual analiza algunos
de los aspectos políticos del país. No hay nada nuevo o distinto en los
planteamientos de este asesor en esta última entrega (https://bit.ly/3gHRhSd), en el sentido de que
él ha sido siempre uno de los grandes defensores de la vía electoral −o
detractores de la abstención, que es lo mismo− y así lo reafirma ahora.
Los
tuits y artículos de Seguías, polémicos, son usualmente bien fundamentados, con
argumentos, que suelen ser muy buenos y contundentes y con los cuales coincido,
excepto cuando denigra y le carga la mano a la oposición, a los políticos y a
los partidos; pero, en éste que hoy comento, hay que reconocer que no lo hace.
(Quizás es porque quedó escaldado por su discusión reciente con la también
periodista y analista Elizabeth Fuentes. Ver: https://bit.ly/3dZSnXE y https://bit.ly/3u3yNze) Veamos ahora punto
por punto los argumentos de este analista:
- Es cierto, el fraude contra Andrés
Velásquez es uno de los fraudes electorales comprobados en Venezuela; en
las elecciones de gobernador de 2017, en el Estado Bolívar, se desconoció
el resultado de la votación electrónica o de las máquinas y se “inventó”
un conteo y actas manuales con las que se le arrebató el triunfo a
Velásquez. Pero no comparto tanto eso de que a Andrés Velásquez “lo
dejaron solo en sus reclamos”; no creo que haya sido así y recuerdo el
apoyo de varios partidos e incluso algunos dirigentes, que sin creer o
haber participado en el proceso electoral, se desplazaron al estado
Bolívar para apoyarlo. Más bien creo que Andrés Velásquez no fue lo
suficientemente enfático y contundente en su reclamo, que era en su
región, en su bastión político, donde él tenía más fuerza. A lo mejor fue
por eso que dice Seguías que la diferencia entre los candidatos era menor
de 5 puntos y por eso Velásquez desistió. No lo sé. Pero no creo que haya
sido por falta de apoyo de la oposición.
- Totalmente de acuerdo con que la no
juramentación de Juan Pablo Guanipa en el Zulia ese mismo año fue un error
político; Guanipa ganó, como dice Seguías, en el estado “de mayor
relevancia estratégica del país” y luego él, Guanipa, con su partido,
Primero Justicia (PJ), tomaron una decisión política, para la que tenían
sus razones, pero dejaron en la estacada a la gente que había votado por
ellos; la gente votó para que Guanipa fuera gobernador, no para que
mantuviera posiciones de principios, que para la gente suelen ser
abstractas; de ese error, por cierto, a PJ y Guanipa en el Zulia les
costará recobrarse.
- Sabemos que no basta ganar en las
elecciones, que también es necesario defender el voto y además lograr que
el voto sea “eficaz”, es decir que las personas que se elijan ocupen los
cargos para los que fueron electos. Comparto lo que dice Seguías que por
los momentos es imposible “hacer un buen gobierno” por lo que lo importante
“no es tanto el poder que se gana sino el poder que se le arrebata al
adversario”. Pero, no creo que eso sea lo que entiende la gente que vota
por un candidato; a la gente no le basta con lo de “la recuperación de
espacios”, eso es para los políticos; la gente podría estar dispuesta a
apoyar y defender el voto, sí le dicen cómo −y si es factible hacerlo−
pero, para que el candidato que elija ejerza su cargo y resuelva los
problemas que lo afectan. Si eso no va a ser así, hay que explicarlo
políticamente, con antelación y durante el proceso electoral, algo que no
ocurre. La figura del “protector” es un fraude más, contra el que hay que
luchar políticamente.
- También estoy de acuerdo con lo que dice
Seguías que “… el CNE ha reconocido todos los resultados donde la
oposición ha ganado”; es cierto, pero hay que matizar esa afirmación. El
CNE y el gobierno reconocen los resultados electorales, pero ya sabemos
que el triunfo se desconoce de muchas maneras: se nombran “protectores”,
se le arrebatan funciones, se le niega recursos presupuestarios, y un
sinfín más de artimañas del régimen para desconocer el voto popular cuando
no los favorece. Y esos son temas que nunca están claramente definidos en
la agenda de lucha política; los partidos y las organizaciones de la
sociedad civil involucradas en los temas políticos, nos limitamos a lo
electoral. Lo que no comparto en este punto es la afirmación de Seguías,
con respecto a que a Capriles se le hizo fraude en 2013. En ese proceso se
hicieron muchas trampas −fraudes− de varios tipos, pero no creo que se
haya alterado el resultado de la votación, aun cuando la diferencia fue
muy estrecha; al menos, eso nadie lo ha podido probar. Lo de ese fraude
creo que es una fantasía, en la que el propio Capriles al final también cayó
y ahora anda diciendo que no reclamó ese resultado como una actitud
responsable para evitar un baño de sangre; me parece que eso es alentar un
mito: Capriles alentando un mito que lo favorece y otros alientan ese mito
porque favorece su posición abstencionista o concuerda con su posición
anti partidos y anti líderes opositores.
- En las elecciones de 2017 el CNE hizo
también todos los fraudes a los que nos tiene acostumbrados −que no voy a
repetir una vez más− pero ciertamente la oposición no perdió por eso; se
perdió, como dice Seguías, por los errores cometidos, porque el exceso de
confianza hizo que la oposición bajara la guardia y porque la gente se
abstuvo masivamente. La abstención creo que fue la causa principal de que
perdiéramos una cantidad considerable de gobernaciones que se hubieran
podido ganar. ¿Por qué se abstuvo la gente?, ese es otro problema; ¿Fue
por los errores? ¿Por la falta de unidad en algunas regiones? ¿Por la
decepción de la “fracasada insurrección”, como la denomina Seguías en su
tuit? ¿Por la decepción porque no se hiciera nada con los contundentes
resultados de la consulta popular del 2017? ¿Por una mezcla de todos esos
factores?, esto último es lo más probable; lo cierto es que la abstención
fue muy alta.
- Por supuesto comparto la afirmación final
de Seguías, de que la “imperfecta ruta electoral” es la vía y cualquier
otra es “realismo mágico” y abstenerse no es una opción útil, mucho menos
si es una abstención pasiva como las que hemos tenido. Tras el fracaso o
la abstención en las elecciones regionales de 2017, se llamó a la
abstención en las elecciones municipales de diciembre de 2017, en las
presidenciales de 2018 y en las de Asamblea Nacional en 2020; y por los
vientos que soplan, tras los últimos documentos, el de los 40 partidos y
el de la Asamblea Nacional 2015 (https://bit.ly/3eLwkTT),
posiblemente se llamará a la abstención en las regionales de 2021.
Recuperar
ahora la confianza en el voto y en la vía electoral resulta una tarea ciclópea,
que como dice un amigo: “por ciclópea que sea, habrá que insistir”.
Ismael
Pérez Vigil
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