Rafael Veloz 10 de junio de 2021
@Rafaelvelozg
Somos
una abrumadora mayoría los que queremos cambio, por lo que nuestra tarea y
nuestro esfuerzo es unificar a todos los sectores, a todos aquellos que como
nosotros queremos salvar a Venezuela.
Todo
apunta a que la Fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Bensouda,
como prometió el año pasado, revelará las conclusiones del examen preliminar
sobre el caso de Venezuela en el primer semestre de este 2021, pues acaba de
indicar que es muy "probable" que lo haga “en cuestión de días”,
según afirmó en una entrevista con la agencia de noticias Efe.
Y es
que debe hacerlo en muy pocos días, porque Bensouda finaliza su gestión en la
CPI el 15 de junio, fecha en que le toca entregar el testigo al británico Karim
Khan.
¿Qué
quiere decir todo esto? Sencillo, que estamos a las puertas de que se abra una
investigación de carácter formal sobre los responsables del régimen de Nicolás
Maduro Moros, él incluido, de haber cometido delitos de lesa humanidad o de
cerrarse el proceso. Esa es la alternativa que hay.
En el
primer escenario, se iniciaría la citada investigación, en la cual la Fiscalía
de la CPI determinará los casos de los crímenes que aparecen en el informe
preliminar y que irán a la Sala de Asuntos Preliminares. En este punto, la
Fiscalía está facultada para realizar procedimientos destinados a garantizar
que los indiciados acudan a la jurisdicción de la Corte. Para ello, existen dos
vías que son las de emitir órdenes de detención, lo cual contempla el Estatuto
de Roma, o de comparecencia.
Este
primer escenario es lo que esperan los venezolanos, porque las pruebas que han
sido recabadas por la Fiscalía han sido bien sustentadas e incluso la veracidad
de cada una de ellas han quedado registradas en el informe y sus
actualizaciones de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos, Michelle Bachelet, y en el de la Misión Internacional Independiente de
determinación de los hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela. En
este último, se reportó que tanto el gobierno, como los agentes estatales y los
grupos que trabajaban con ellos cometieron violaciones flagrantes de los
derechos humanos en Venezuela y que Nicolás Maduro y otros altos funcionarios
de su régimen tenían pleno conocimiento de los crímenes cometidos.
En el
segundo escenario, el de cerrar el proceso, que por lo antes expuesto
consideramos improbable, todos aquellos que solicitaron la actuación de la CPI
pueden apelar a la Sala de Asuntos Preliminares para intentar que se
reconsidere la decisión.
Todo
lo anterior explica las carreras que están dando, con el fiscal usurpador Tarek
William Saab como recadero del régimen ante la CPI en un intento de salvarles
el pellejo, como se dice coloquialmente. De allí el traslado de los presos
políticos de cuestionados organismos de tortura y asesinatos como la Dgcim y el
Sebin a cárceles comunes, desde el pasado 5 de mayo, olvidando que centros
penitenciarios como el Rodeo II y Yare, no son para presos políticos, sino para
violadores, asesinos, etc. De allí también la pretensión de lavarse la cara en
el caso del concejal Fernando Albán, cuando a través del propio William Saab,
el pasado 1 de mayo, admitieron que Albán no se suicidó en agosto de 2018 como
aseguraban, sino que fue asesinado por agentes del Sebin.
Pero
las cosas no le han salido nada bien, porque la propia Fiscal de la Corte Penal
Internacional (CPI), Fatou Bensouda, desmintió a William Saab, quien expuso que
el régimen venezolano había recibido un trato "desigual y
discriminatorio" en la CPI, para luego sumar un revés en su intento de
evadir a la justicia internacional y de hacer creer que en Venezuela hay
justicia.
EL
PUEBLO UNIDO...
Lo
anteriormente expuesto de lo que está por venir desde la Corte Penal
Internacional nos permite entrar de lleno a lo medular de mi artículo de esta
semana. Todos los que luchamos por la libertad y la democracia desde la
plataforma unitaria de oposición vemos como desde el exterior avanzamos en
términos de justicia en favor de Venezuela y los venezolanos, pero sabemos que
en paralelo nos corresponde actuar también y lo estamos haciendo sobre la base
del Acuerdo de Salvación Nacional. Y no puede ser de otra manera, porque de eso
se trata, de salvar a Venezuela.
Los
que hoy me leen, con toda seguridad en alguna ocasión han coreado la frase
"El pueblo unido jamás será vencido", la cual tiene su raíz en una
vieja canción chilena. Esa expresión ha sido utilizada por ciudadanos de muchos
países de América Latina como una voz de irrenunciable lucha ante los regímenes
opresores. Por ejemplo, en las calles venezolanas en estos últimos 21 años ha
sido una constante. Pues bien, nos corresponde invocarla de nuevo en señal de
auxilio, porque requerimos del esfuerzo de todos para alcanzar el objetivo
supremo de poner fin a la dictadura.
Somos
una abrumadora mayoría los que queremos cambio, por lo que nuestra tarea y
nuestro esfuerzo es unificar a todos los sectores, a todos aquellos que como
nosotros queremos salvar a Venezuela.
El
Presidente encargado y legítimo de la nación, amparado en los artículos
constitucionales 233 y 333, Juan Gerardo Guaidó Márquez, ha sido muy claro en
indicar cuáles son las tareas que debemos cumplir: comunicar, organizar,
movilizarse, protestar e incorporar a todos a suscribir y seguir el Acuerdo de
Salvación Nacional. La idea es vincular a todos los ciudadanos del país a este
proceso, como ha venido sucediendo, pues hace poco se sumaron a la propuesta
dirigentes y personalidades del campo progresista y de izquierda, que entienden
que un país para progresar y dar bienestar a su pueblo, no puede tener un
gobierno totalitario, sino un gobierno de inclusión. Por ello es necesario que
la dirigencia política, los gremios, sociedad civil y los jóvenes venezolanos
se unan en esta causa común de recuperar la democracia venezolana.
Tiene
razón Guaidó, salvar a Venezuela significa un todo. Es salvar la salud de los
venezolanos, la educación, las universidades, el salario, los servicios
públicos, evitar la destrucción ecológica, es que los venezolanos tengamos la
mejor calidad de vida y que nuestra tierra sea una tierra de oportunidades,
para que regresen a ella nuestros connacionales que tuvieron que migrar de
manera forzada para evitar el hambre, para salvar la vida.
Juntos
podemos lograr todo eso y más. Juntos podemos atender las demandas de los
diferentes sectores de la vida nacional, juntos podemos lograr las elecciones
libres y justas que anhelamos y lo más importante y prioritario, permitir la
inmediata entrada de ayuda humanitaria y vacunas contra la COVID-19.
En
cuanto al tema electoral, vital para devolver la paz a Venezuela, el Acuerdo de
Salvación Nacional tiene como objetivo la convocatoria y publicación de un
cronograma de elecciones presidenciales, parlamentarias, regionales y
municipales con condiciones electorales y reconocimiento internacional y
también garantías democráticas para todos los actores políticos, del chavismo y
la oposición, con medidas de reconciliación, reinstitucionalización, liberación
de todos los presos políticos y justicia transicional.
Que
todo esto no sea mal entendido. No se le está dando oxígeno al régimen con lo
que plantea el Acuerdo de Salvación Nacional, que implica un tipo de
negociación, que puede o no ser exitoso, pero existen mecanismos de rendición
de cuenta para Maduro, si intenta evadir de nuevo una solución negociada. Y
tiene que ser de esa manera, porque sabemos que el régimen que encarna seguirá
con su guión de tratar de dividirnos, arrebatarnos la esperanza y alimentar el
miedo.
En
conclusión, mientras la justicia y la presión avanzan en el plano
internacional, cumplamos nuestra tarea, cumplamos todos nuestro importante rol
en lo interno, que no es otro que ejercer la mayoría, para salvar a Venezuela
de la manera más expeditiva.
Y lo
haremos, porque un pueblo unido jamás será vencido.
Rafael
Veloz
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