Ángel Oropeza 11 de junio de 2021
@angeloropeza182
“Cuando hablas, solo estás repitiendo lo que ya sabes. Pero
si escuchas, siempre aprenderás algo nuevo”.
Dalai
Lama
Las
investigaciones de opinión pública siguen mostrando en Venezuela un fenómeno de
particular interés e importancia para entender la dinámica de la correlación de
fuerzas en la actual coyuntura. Por una parte, el rechazo a la tragedia que
significa la continuación del fascismo madurista en el poder es casi total en
el país. La inmensa mayoría de los venezolanos clama por un país distinto,
donde la vida cotidiana sea algo más que sufrir precariedades e intentar a
duras penas sobrevivir. Si hay algún consenso hoy en Venezuela, es el deseo por
superar el calvario cotidiano que significa hallarse bajo el dominio de una
dictadura inhumana. Pero, por otra parte, existen diferencias tanto en la
colectividad como entre las fuerzas políticas y sociales democráticas sobre
cómo alcanzar ese objetivo común.
Hemos
insistido que la unidad superior de todos quienes aspiran a la liberación
democrática en nuestro país es una condición imprescindible para el éxito de la
lucha por la independencia de Venezuela y para hacer viable una necesaria
transición política. Porque mucha gente no es lo mismo que una mayoría eficaz.
Desagregada, dispersa, sin orden ni direccionalidad, esa mayoría no es más que
simple superioridad numérica, insuficiente en una dictadura para constituirse
en una amenaza creíble a la oligarquía.
Se
puede dar así el escenario ya visto en otros países, y que ciertamente refleja
una de nuestras debilidades fundamentales en términos de comparación relativa
de fuerzas, de un inmenso país oponiéndose a una minoría explotadora, pero sin
que esa mayoría logre los niveles necesarios de articulación y coordinación
para construir una fuerza de poderosa eficacia política.
Se
impone entonces, como tarea ineludible en la tarea por la liberación, detener
cuanto antes el peligro de la división opositora e intentar construir una ruta
de aproximación y confluencia entre sectores y organizaciones que aspiran a lo
mismo. De lo que se trata en este momento es de pasar cuanto antes del estadio
actual de dispersión y descoordinación de las fuerzas democráticas a un nuevo estadio
donde frenemos esa tendencia y logremos reencontrar a la mayoría de las fuerzas
sociales y políticas del país en espacios mínimos de consensos estratégicos y
rutas comunes de lucha.
A
partir de esta segunda semana de junio, y como contribución a esa tarea, el
Frente Amplio Venezuela Libre ha anunciado el inicio de un ciclo de más de 140
encuentros regionales en todo el país, para sentar juntos a sectores tan
importantes de la sociedad como el de las universidades, el de la salud, el
sector laboral y obrero, las comunidades organizadas, organizaciones no
gubernamentales y los partidos políticos.
Estos
encuentros a realizarse en todos y cada uno de los 24 estados buscan, por una
parte, promover la consolidación de espacios de coincidencia entre actores
sociales y políticos distintos que necesitan encontrarse y generar acuerdos que
permitan avanzar en el objetivo común de la liberación de Venezuela y, por la
otra, ayudar a construir una estrategia conjunta orientada a movilizar a los
sectores sociales y políticos para lograr una mejor articulación de sus
acciones.
“Las
ideas de todos”, que es el nombre que se le ha dado a este ciclo de encuentros
en todo el país, no son asambleas de ciudadanos ni tampoco jornadas de
activismo político. Son unos ejercicios ordenados de escucha activa e
interacción efectiva, siguiendo una metodología diseñada especialmente para
estos encuentros y una facilitación homogénea a todas las sesiones de trabajo.
Lo que se busca es brindar una oportunidad única para que distintos sectores
sociales y políticos, a partir de sus vivencias, acciones, percepciones y
sugerencias, puedan identificar y encontrar razones comunes por las cuales
articularse entre ellos, más allá de sus naturales diferencias de naturaleza y
criterio.
No
solo estos encuentros permitirán el intercambio y acercamiento entre distintas
fuerzas democráticas de importancia, sino que los resultados de tales
intercambios, recogidos siguiendo igualmente una metodología de relatoría y
acopio específicos, constituirán al término de los mismos un muy valioso insumo
–construido desde las bases– para identificar factores mínimos comunes sobre
cómo avanzar y contribuir en la tarea por la salvación de Venezuela.
Al
final, el objetivo de este ambicioso proyecto de “Las ideas de todos” es ayudar
a la construcción de un tejido social más fuerte y amplio por medio de la
creación de espacios de encuentro entre factores de la alternativa democrática
venezolana, con la finalidad de promover una negociación integral exitosa que,
como acuerdo político nacional, contemple la realización de elecciones libres y
justas, única forma de alcanzar una transición política y social viable,
exitosa y permanente.
A
pesar de su extensión nacional, “Las ideas de todos” es un esfuerzo todavía
parcial. Se requiere acercar y lograr la articulación de muchos más sectores y
organizaciones sociales a quienes les une el sueño de salvar a Venezuela y la
lucha por conseguirlo. Este es apenas un primer paso en la dirección correcta,
pero que debe ser ampliado y estimular para que continúe y extienda. Porque
siendo sin lugar a dudas la inmensa mayoría, ni la historia ni nuestros hijos
nos perdonarán el no haber dejado de lado nuestras diferencias y construir una
poderosa fuerza social y política de transformación a partir de lo que nos une.
Ángel
Oropeza
@angeloropeza182
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