Luis Ugalde S.J. 16 de junio de 2021
Parece
que ya nadie cree en nadie, ni en el poder dictatorial ni en la oposición
democrática. Las promesas no engañan cuando la mentira se ha convertido en
cinismo para justificar el hundimiento. Los jefes del régimen saben que la
“revolución” que ofrecieron como liberación del “capitalismo explotador”, ha
llevado a la pobreza al 90% de un país en descomposición. No estoy de acuerdo
en quienes consideran que Maduro es tonto e ignorante. Sabe de sobra que el
país está en un callejón sin salida y necesita un cambio radical.
¿Nueva
negociación? El régimen ha dicho que está dispuesto a
una nueva negociación que no sea repetición de las burlas anteriores. Nadie se
fía de las palabras. ¿Será verdad que el régimen piensa engañar una vez más?
¿Va a la negociación dispuesto al cambio o simplemente para ganar tiempo y
respiro? Para reconstruir a Venezuela no hay más camino que lograr acuerdos
básicos fundamentales con decidido cambio de modelo y sumar todas las fuerzas
posibles (hoy enfrentadas) para que la deseada reconstrucción democrática no
sea un estrepitoso fracaso. Esto es más que una negociación entre 16
representantes, es diálogo multicolor de millones que descubren su necesidad de
convertirse en ciudadanos para que renazca la República.
Es
asunto de vida o muerte no solo quitar las sanciones internacionales sino
entrar en una relación amistosa y de fuerte colaboración con las principales
democracias del mundo. Esas sanciones se impusieron como respuestas a graves
delitos personales y a políticas antidemocráticas, violatorias de la Constitución
y de los derechos humanos. Ahora se le hace ver a la dictadura que no hay
levantamiento de sanciones si el gobierno “de facto” no da pasos significativos
hacia la democracia, quitando persecuciones, prisiones, destierros e
inhabilitaciones dictatoriales y cambiando el modelo totalitario rotundamente
fracasado que mata a la economía productiva y castiga a la población con la
miseria.
¿Van
los hechos en esa dirección, o más bien las palabras-promesas van por ahí y los
hechos en la dirección contraria?
Condiciones
para la reconstrucción nacional
Sin eliminar la hiperinflación no hay vida, y no es posible frenarla sin
refinanciar la inmensa deuda e incrementar aceleradamente la producción
nacional, desastres a los que llevó el régimen mucho antes de las sanciones. Es
indispensable una inversión multimillonaria sostenida, lo que no puede ocurrir
sin garantías jurídicas y sin un modelo abierto a la iniciativa privada. Sin
ese cambio sustancial no es posible crear oportunidades para que millones de
venezolanos tengan trabajo productivo y bien remunerado. Sin cambio global de
enfoque tampoco es posible el apoyo internacional con movilización nacional de
la sociedad civil activada y articulada.
Obviamente
todo esto exige un estado democrático que desata y estimula el talento y la
creatividad de millones de venezolanos y de miles de organizaciones intermedias
muy variadas.
¿Va el
gobierno “de facto” en esa dirección?
Desearíamos que así fuera y a veces se escuchan algunas promesas en esa
dirección. Pero no lo hará el régimen mientras sienta que tiene otras
alternativas y no sea obligado por el malestar nacional de millones y la
presión internacional de las democracias e instituciones de derechos humanos.
Tenemos que ver hacia dónde van los hechos y decisiones más recientes del poder
Ejecutivo-Judicial. Al tiempo que prometen diálogo hacia la democracia, los
hechos van a atornillar la dictadura. Permítanme nombrar muy rápidamente solo
10 políticas: no opiniones mías, sino hechos evidentes del régimen.
1-Criminalización
de las ON, su control dictatorial y obligación de demostrar su inocencia. Así
mismo de los organismos internacionales y ONGs de apoyo.
2-Control
total de los Medios de Comunicación Social con exclusión de la sociedad.
3-Promoción
del anticonstitucional estado comunal con eliminación del poder municipal y de
las votaciones individuales libres y secretas.
4-
Mantenimiento del secuestro de los partidos opositores y de sus tarjetas.
5-Inhabilitación,
persecución y exilio de dirigentes democráticos.
6-Centenares
de presos políticos.
7-Con
un CNE algo mejorado, pero que nada puede hacer si el Poder Ejecutivo-Judicial
dictatorial no quiere.
8-Discriminación
en toda la vida nacional con el carnet del partido oficial y la división del
país en patriotas y “derecha” delincuente que, como tal, debe ser excluida y
perseguida(como en Cuba).
9-La
Fuerza Armada Bolivariana es y debe ser partidista; quien no lo sea es enemigo
de la
patria.
10-Mantenimiento
de la injerencia cubana en los núcleos decisivos.
Necesitamos
una ciudadanía movilizada para elecciones integrales y más allá, una
negociación libre de toda ingenuidad y partidismo y una presión internacional
en la que Europa y América se den la mano en ayuda de la vida digna y libre de los
venezolanos.
Luis
Ugalde S.J.
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