Por Luisa Pernalete
Hay gente
que cree que la no violencia es cosa de cobardes o de gente que no hace nada,
de gente pasiva, que no se mueve. Nada más lejos de lo que la historia, de lo
que vida de líderes no-violentos, nos ha dicho. La no violencia es una
invitación para valientes, y si no díganme si Gandhi, Martin Luther King,
monseñor Romero, Nelson Mandela, Malala, por mencionar algunos del siglo XX y
siglo XXI, se pueden considerar “cobardes” o “pasivos”.
Mahatma
Gandhi (1869-1948), conocido mundialmente por muchas cosas, entre otras por
haber conducido a millones de ciudadanos de la India a la independencia del
imperio inglés sin haber disparado un tiro, fue abogado, defensor de los indios
muy oprimidos que vivían en Sudáfrica -donde él trabajó cuando regresó de sus
estudios en Inglaterra, y fue un gran impulsador de los métodos no violentos
para protestar, para luchar en contra de las injusticias que le tocó vivir. El
2 de octubre se celebra el Día Internacional de la no-violencia, en recuerdo
del nacimiento de Gandhi.
Voy a
destacar algunos aspectos de su vida y de su filosofía que me parece que pueden
iluminarnos hoy a los venezolanos. Su libro autobiográfico está lleno de
sabiduría y de humildad, no escondió sus limitaciones, las dificultades que iba
encontrando. La edición que a mí me acompaña desde hace décadas es viejísima,
de Monte Ávila Editores y de1993, pero hay nuevas por supuesto, y en internet
encuentra usted cualquier cantidad de textos, de selección de pensamientos.
Mi
vida es mi mensaje, es uno de sus pensamientos
más conocidos. Y eso tiene que ver con su insistencia en la coherencia. El
pensamiento, el sentimiento y la acción, tenían que coincidir. “Cuida tus
pensamientos, pues se convertirán en tus palabras Cuida tus palabras, porque se
convertirán en tus actos. Cuida tus actos porque se convertirán en tus hábitos,
Cuida tus hábitos porque se convertirán en tu destino”. Y en su tiempo no se
conocía nada de neurolingüística. La coherencia él la vivía: hablaba de la
sencillez, y su vida era sencilla; creía en el diálogo entre las religiones, y
se relacionaba con gente de distintas creencias; creía en la igualdad y
rechazaba los privilegios, en la comunidad que creó nadie tenía privilegios, ni
sus hijos… “Si quieres cambiar el mundo, comienza por cambiar tú”. Me
encanta este otro pensamiento: “Creer algo y no vivirlo es deshonesto”. Bueno
para los candidatos a las elecciones, ¿no creen?
Pongo en párrafo aparte lo relacionado con la coherencia y la no violencia. Tal vez una de sus frases más citadas es: “no hay camino para la paz, la paz es el camino”. O sea, se requiere coherencia entre ese fin: la paz, y los procedimientos para conseguir esa paz. Nada de “el fin justifica los medios”. Otro pensamiento conocido que viene a cuento es “ojo por ojo y todos terminaremos ciegos”. Tiene que ver con que la violencia, la venganza, siempre trae más violencia y no se acaba nunca el conflicto. Muy importante para la resolución pacífica de problemas.
Cuando en
Sudáfrica defendía a sus compatriotas, los jueces, fallaran o no a favor de su
cliente, dado el trato respetuoso de Gandhi hacia ellos, terminaban casi que de
amigos. No insultaba, no descalificaba a nadie para defender a sus clientes.
Cuando en la India proponía como forma de lucha la desobediencia civil o el
ayuno o los plantones o la no entrada a las fábricas, insistía en que si
alguien no quería sumarse a esas formas de luchas, no se podía obligar. ¿Qué
tal? Yo releo algunos de esos relatos y me digo cuán importante sería que los
políticos venezolanos, los dirigentes, aprendieran de Gandhi esas formas de
lucha.
Sobre el
poder, él decía que había dos tipos, uno obtenido por el miedo al castigo, y el
otro por actos de amor. “El poder basado en el amor es más efectivo y
permanente que el basado en el miedo y el castigo”. Similar a esto es la
afirmación de que una victoria obtenida por métodos violentos será efímera,
pues necesitará más violencia para mantenerla. Bueno recordarlo para esos que
promueven salidas rápidas y violentas para el país.
No quiero
terminar estas líneas sin dos ideas sobre la educación y los niños: “La
verdadera educación consiste en obtener lo mejor de uno mismo”. ¡Así es! Y este
otro, “si quieres la verdadera paz en el mundo, comienza con los niños”. Nada
de que “niño no es gente”.
Gandhi es
toda una escuela. Afortunadamente en el país hace unos años se creó la
Fundación Mahatma Gandhi hoy transformada en Centro Gandhi (@centrogandhi), que
por cierto, estrena sede en estos días, y ese centro se ocupa de organizar
actividades formativas para enseñar la filosofía de Gandhi, comunicación para
la convivencia, los pilares de la convivencia pacífica entre otros temas que
ofrece… Este centro cuenta con el apoyo del nieto y del bisnieto de Gandhi.
¡Ojalá que
la no violencia se contagie a todos los ciudadanos que creemos en las salidas
para nuestros problemas, en el hogar, en la escuela, en la comunidad y en el
país!
01-10-21
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