Brian Fincheltub 03 de octubre de 2021
@BrianFincheltub
Siempre soñé con un país que pudiese ser conocido en el mundo por sus inigualables playas, ríos, montañas y verdes sabanas. Si ser una potencia turística dependiera exclusivamente de las bellezas naturales, Venezuela sería, sin duda, la más importante de Latinoamérica, pues lo tenemos todo y más. Quizá a eso se refieren muchos venezolanos cuando afirman que Venezuela es el “mejor país del mundo”.
Pero
para qué turistas extranjeros se animen a visitarnos, tener hermosos paisajes
no es suficiente. Hace falta mucho más, por ejemplo, una infraestructura
turística capaz de responder a una alta demanda de visitantes que incluye
hoteles, restaurantes, medios de transporte, servicios públicos y sobre todo en
un país como el nuestro, mucha seguridad. Todo ello se logra con el trabajo
mancomunado entre el Estado y el sector privado.
En las
naciones donde existen políticas públicas en materia de turismo todos los
sectores se ven beneficiados frente a la visita de extranjeros a su territorio.
Pues el turista viene a conocer, pero también a gastar. Así, desde que paga el
impuesto al llegar al aeropuerto hasta que compra el souvenir a la señora que
vende en la playa, todo significa ingresos para el país.
Lamentablemente
para nosotros, lo que hemos estado viendo últimamente en Venezuela está lejos
de responder a una política pública pensada para favorecer a todos los
sectores. Todo lo contrario, significa en líneas generales la continuación del
modelo Castrista, donde aún en las peores condiciones de vida de los cubanos,
los turistas no dejaron de llegar a la isla. No precisamente buscando lujos,
sino en busca de otras experiencias, por ejemplo, turismo de aventura o turismo
sexual.
Mientras
las grandes agencias de turismo europeas y canadienses anunciaban paquetes
“todo incluido” para los extranjeros, a los cubanos les faltaba hasta lo más
elemental. En Venezuela se quiere hacer lo mismo, para que tengan una idea, en
las últimas semanas los margariteños han visto llegar a la isla decenas de
turistas rusos. Todos traídos al país a vivir
tours
cinco estrellas, mientras que si a los margariteños les tocará calificar sus
condiciones de vida con estrellas saldrían claramente estrellados,pues deben
sobrevivir como gran parte de los venezolanos sin agua, sin luz, sin gas y sin
gasolina.
Algunos
dirán que la llegada al país de turistas debe celebrarse vengan de donde vengan
pues al final eso “favorece” a los locales. Lamento no estar de acuerdo, pero
más allá de algún consumo circunstancial que pueda hacer un turista, los
grandes beneficiados son los miembros de la pujante nueva clase económica
chavista, dueña de líneas aéreas, hoteles y agencias de viaje. Vamos rumbo a
convertirnos en el nuevo paquete turístico todo incluido de moda, preparémonos
para ver llegar entonces turistas desde todas partes del planeta a ser testigos
por sus propios ojos del “milagro económico” chavista.
Brian
Fincheltub
@BrianFincheltub
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