Boletín Año 2, Número 1
Red de Encuentro Ciudadano, Editorial
La
guerra sucia ha sido para la administración del Presidente Saliente, Héroe del
Museo Histórico Militar y candidato a la reelección eterna, Tte. Coronel Hugo
Chávez Frías, una moneda de uso común, la cual ha sido usada indistintamente
tanto en las épocas de campaña electoral, como en los escasos periodos que ha
habido entre estas.
El
gobierno no ha enfocado exclusivamente su guerra sucia en el sector político de
oposición, al contrario, la ha dirigido hacia todo aquel que exprese alguna
opinión disidente a las directrices emanadas desde Miraflores, sea este del sector empresarial,
intelectual, estudiantil, obrero, de la Iglesia, e incluso, del mismo chavismo.
Así mismo, cabe destacar, que dicha guerra sucia ha sido emprendida
coordinadamente desde todas las ramas del Estado que han estado, en diferentes
momentos, bajo la “bota” del “Inquilino de Miraflores”, dejando a las victimas
indefensas del todo.
Basta
recordar el caso del asesinato del Fiscal Danilo Anderson y de como el Fiscal
General de la época, el tristemente célebre Isaías Rodríguez, trató de
involucrar de manera tan burda a empresarios, banqueros, periodistas y a la
Iglesia Católica, en la autoría intelectual de tan monstruoso atentado.
Por eso,
no nos debe extrañar el repunte que, en estas últimas semanas de campaña, ha
tenido la guerra sucia lanzada desde Miraflores contra la candidatura
presidencial de Henrique Capriles Radonsky; más aún cuando las falencias en la
campaña del candidato a la reelección eterna quedan magnificadas ante la de
Capriles: el contacto directo frente al contacto mediático, la oferta de un
futuro de progreso frente a la oferta de un continuismo de políticas
fracasadas, el encaramiento de los problemas que afectan al ciudadano de a pié
frente a la oferta de la creación de una superpotencia regional que enfrentará
al imperio, el llamada a la paz frente al insulto y el llamado a la guerra.
Sin
embargo, en los últimos días hemos sido testigos de dos acciones de guerra sucia
contra Capriles, que, en nuestra modesta opinión, terminarán por revertirse el
gobierno.
El
primero, el intento del día 12-09 de boicotear el acto de la Unidad en Pto.
Cabello, donde grupos del oficialismo trancaron carreteras y aeropuertos. Allí,
Capriles y su comando, en una muestra de creatividad y sentido de la
oportunidad arribó a la ciudad a bordo de una flotilla de peñeros de los
pescadores locales, realizando su acto y desmontando sin enfrentamientos a los
violentos, dándole a toda la jornada un toque de heroicidad.
El
segundo fue el 13-09, donde diputados del oficialismo sacan a la luz un video
donde el Diputado Juan Carlos Caldera aparece recibiendo una donación para su
campaña por la Alcaldía de Sucre, de parte de un testaferro del empresario chavista
Wilmer Ruperti.
Con
esto se buscaba enlodar la campaña presidencial de Capriles acusándolo de no
reportar las donaciones recibidas. Sin embargo, la rápida y contundente
actuación del candidato de la unidad y su equipo separando al Diputado Caldera del
Comando Venezuela y advirtiendo que no toleraría ninguna actuación dudosa ni en
su equipo de campaña ni en su gobierno, demuestran una diligencia y compromiso
con la transparencia en la gestión pública que no se le ha visto al gobierno en
estos catorce años.
A
uno le da una tranquilidad pensar que en la noche del 7 de Octubre habrá un
grupo de líderes que actuarán con aplomo y rectitud para defender el triunfo de
la democracia.
Para leer
completo el Boletín Punto de Encuentro de la Red de Encuentro Ciudadano, Año 2,
Núm. 1, Pulsa aquí:
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