Luis Ugalde 23 de agosto de 2012
Según la prensa el gobierno brasileño
prepara “incentivos”para su industria que se desacelera por la crisis europea;
sabe que su país necesita una exitosa dinámica empresarial, en cambio Chávez
cree que si la empresa privada va mal, la revolución va bien hacia un estatismo
económico sin propiedad privada de los medios de producción. ¡Guerra a la
economía capitalista que se alimenta de la plusvalía robada a los trabajadores
y el engorde de la burguesía con la sangre del pobre! En Brasil incentivan a la
empresa privada y en Venezuela la hostigan para imponer el modelo cubano donde
a la pequeña empresa prometedora le cortan las alas para que no levante vuelo.
Chávez presenta el "Programa de
Gestión 2013-2019” para profundizar el “Primer Plan Socialista de la Nación
2007-2013”. Llama la atención que a estas alturas de la historia se aferren a
una fracasada ideología marxista-estatista. El Programa va contra la
Constitución e ignora el evidente desastre producido por la estatización de
Agroisleña, en el campo, de SIDOR en la industria básica y la ruina de ALCASA
con gerencia asamblearia; sólo tres botones de muestra. Este empecinamiento
aferrado a modelos fracasados en la Unión Soviética, China, Rumanía o Cuba, se
basa en un error en la comprensión de la condición humana y su instinto
económico: quieren una economía exitosa sin interés propio, ni búsqueda de la
ganancia y sueñan con fabricar el hombre nuevo puramente altruista. Error
“contra natura”, pues no hay logro económico sin un esfuerzo continuado y
creativo, que sólo se da para conseguir algo deseado. La productividad, no es
un invento capitalista reciente; los hombres de las cavernas eran más exitosos
cuando cazaban más con menos esfuerzo y tiempo; su familia comía y celebraba.
Otra cosa distinta y muy importante es cómo se usa y se comparte lo cazado,
cómo se logra que todos sean buenos cazadores y cómo la economía se pone al
servicio de la vida social de la familia, de la tribu, de la nación y de la
humanidad.
Hay empresas privadas buenas, malas y
pésimas. Los“incentivos” han de ser para frenar los defectos y fortalecer
virtudes como la productividad, la corresponsabilidad de los factores de
producción con beneficio compartido, la calidad del producto, la inversión e
innovación, el buen precio, el riesgo creativo…. Venezuela necesita cientos de
miles de empresas exitosas, indispensables para que más de 13 millones de
trabajadores tengan vida digna; pero este gobierno busca la extinción de la
empresa privada, celebra sus fracasos e incentiva su cierre. En parte lo ha
logrado con miles de empresas cerradas, paralizadas, asustadas, sin inversión,
ni innovación, ni productividad creciente y 7 millones en trabajo precario o
parados. Ahora en Mercosur pretenden competir con economías entrenadas para
ganar con la nuestra amarrada de pies y manos.
Se engañan quienes creen que “todo el
poder para las comunas”, con un “Sistema Económico Comunal”no es el mismo
fracasado modelo soviético estatista y dictatorial. El desproporcionado e
imposible propósito de “todo el poder para las comunas”,significa el poder
total para el Jefe, encarnación del pueblo, dueño dictatorial de los recursos
petroleros y poseedor de la sabiduría mesiánica. Con“todo el poder para los
soviets”, los bolcheviques implantaron la tiranía del partido comunista,
“vanguardia lúcida del proletariado” y simple mandadero del gran dictador Secretario
del Partido.
“No se triunfa de la naturaleza sino
obedeciéndola”, dice sabiamente Bacon. Somos naturaleza con todas sus
condicionantes, con capacidad ilimitada de maldad y de bondad. Con instintos
egoístas y de interés propio, y también con espíritu, vocación, solidaridad,
amor y búsqueda de una sociedad justa y libre. Con los mismos materiales
humanos se puede matar o dar vida. Toca a la sociedad y a la política
desarrollar el espíritu humanizador, crear instituciones, leyes, instrumentos
para lograr que la ganancia individual e interés propio económico contribuyan y
se refuercen en el bien común de todos.
El 8 de octubre hay que parar
democráticamente esta locura fracasada y crear un sistema de motivaciones e
incentivos para lograr una economía próspera, con una población productiva y
una sociedad solidaria y libre.
Tomado de: http://www.ucab.edu.ve/opinion-ugalde.html
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