PABLO AURE Lunes, 17 Septiembre 2012
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@pabloaure
Si no es por el
dinero que aparece recibiendo el diputado Juan Carlos Caldera de manos de un
empresario ligado al alto gobierno, el evento noticioso de la semana pasada
tenía que ser la insólita declaración de quien hasta hace poco era el capitoste
de la justicia penal revolucionaria, donde el ex magistrado Eladio Aponte
Aponte declara que a los comisarios de la Policía Metropolitana se les condenó
a sufrir pena máxima por órdenes de Hugo Chávez.
Una confesión de
esa gravedad proviniendo del hombre fuerte del régimen en el sistema judicial,
quedará en los anales de la historia judicial venezolana.
Ante este
incómodo acontecimiento hay que reconocer, que Capriles reaccionó como un
político de los tiempos que reclama Venezuela: se deslindó de ese episodio. Apartó
a Caldera de su comando de campaña como lógicamente debía hacer pues, a estas
alturas no era momento para considerar si lo que hizo Caldera constituía o no,
delito: ¡se separa y punto!
Quien esté
libre de pecado que lance la primera piedra
Es común que a
los candidatos se les ayude en el financiamiento de sus campañas; lo que
recibió Caldera a lo sumo alcanza para el pago de la logística de una
movilización pequeña dentro del municipio Sucre; o para comprar pocas gorras,
franelas, pagar algún conjunto o equipos de sonido o quizá contratar reducidos
espacios publicitarios en la radio o en medios impresos. Lo criticable no es
haber recibido ese dinero, que por cierto no fue mediante el traspaso a una
cuenta cifrada en el exterior; Caldera fue hasta el apartamento del empresario
Wilmer Ruperti a recibir dos donaciones de 20 mil bolívares cada una.
Los políticos,
empresarios y la gente con sentido común entienden que es usual y lícito ayudar
a los amigos en el financiamiento de sus campañas. Ahora, lo que
irrefutablemente sí constituye delito de acuerdo a Ley sobre Protección a la
Privacidad de las Comunicaciones, es haber grabado a Caldera sin su
consentimiento.
Diosdado
Cabello, dizque sorprendiéndose dice que tratarán ese caso en la Asamblea Nacional
y lo llevará hasta las últimas consecuencias. Vaya moral revolucionaria de
quien en reiteradas situaciones muy graves, no se ha preocupado en
investigarlas. Por ejemplo: la comida podrida de Pdval, se negaron a discutir
lo que ocurrió con el maletín de Antonini Wilson, evadieron la discusión de la
reciente explosión de Amuay.
El Montesino
venezolano
Veamos cuál
interés pudo haber tenido el empresario Wilmer Ruperti en dar a conocer ese
video. Sin temor a equivocarme, siento que la intención de ese empresario no
era atacar a Capriles o hundir a Caldera. Nada de eso, la intención de Ruperti
era decirle al gobierno: ¡a todos los tengo grabados! Quizá Ruperti piensa que
por haber divulgado ese video, ahora Pdvsa sí le pagará lo que le adeuda, que
no son conchas de ajo; al parecer son más de 300 millones de dólares lo que la
empresa petrolera le debe. El mensaje sería: o me pagan o saco a la luz pública
otros videos. Ese tipo de chantajes lo empleaba Vladimiro Montesinos en el Perú
en tiempos de Alberto Fujimori.
En conclusión:
El verdadero destinatario no era Juan Carlos Caldera, que cayó por ingenuo,
porque ese sobre lo ha podido mandar a buscar con un mensajero. El mensaje es
para aquellos “boliburgueses” que han recibido corrientazos en el apartamento
de Ruperti. Hoy deben estar temblando los militares que han visitado su
apartamento; seguramente conspicuos representantes de la familia Chávez y quién
sabe, si el propio Diosdado Cabello aparece como protagonista fundamental en
algunos de esos films del Montesino venezolano.
Capriles
ganará... y por bastante
Chávez hace
catorce años se apreciaba como un tren indetenible, encarnaba una especie de
sentimiento popular. El pueblo estaba cansado de lo que se pensaba sería más de
lo mismo.
Hoy, como aquel
entonces la gente está agobiada, no se cala más mentiras, anhela un cambio,
apuesta al progreso; se ha dado cuenta que con Hugo Chávez la división y el
atraso es lo que avanza en el país.
La misma
fortaleza popular que antes acompañó a Chávez, ahora la tiene Henrique
Capriles. Lo ven y lo sienten como el presidente que unificará al país,
que acabará con las divisiones y que hará respetar el Estado de Derecho.
Capriles no
tiene resistencia. Se gana a la gente fácilmente. No es un fanfarrón; no dice
que freirá las cabezas de los chavistas, si no que va a unir al país; que
invertirá en la educación, en la salud y todos tendrán igualdad de
oportunidades.
No tengo ninguna
duda, porque personalmente he recorrido las zonas más pobres de Carabobo, que
Capriles ha desplazado a Chávez. La gente se cansó del llamado a la guerra y al
enfrentamiento. Apuesta a la unión y a la confraternidad.
No piensen que
será cerrado el resultado. Señores, a 20 días de las elecciones me atrevo a
asegurar que Capriles ganará por paliza. He allí los saboteos del oficialismo a
los actos de Capriles; es por esa razón que Hugo Chávez habla de guerra civil,
para sembrar el terror y procurar la desmovilización.
Esa sensación de
cambio que señalan las encuestas hechas en los sectores populares, la sienten
los chavistas. Esos números que indican las encuestas serias, también los
conoce el gobierno, por eso el desespero.
El día de las
elecciones
El 7 de octubre
desde muy temprano debemos estar en nuestro centro de votación. Mientras más
temprano estemos en la calle mejor, no lo dejemos para última hora. Tenemos que
demostrar que somos mayoría desde la mañana. Tienen que estar convencidos:
Somos mayoría los que queremos un rumbo distinto para Venezuela.
En la tarde
cuando se acerque el cierre de los centros debemos acompañar a los que todavía
estén en cola. Recuerden: la presencia numerosa del sector democrático
ahuyentará a los revoltosos del sector oficialista.
En la noche,
cuando tengamos las actas en la mano, no podemos permitir manguareo del Consejo
Nacional Electoral: Un vocero con autoridad en el Comando Venezuela debe
anunciar por las redes (me imagino que los medios no lo harán) los resultados
que reflejen las actas.
No hay forma de
voltear un resultado electoral que esté revelado en las actas, a menos que
ocurra un golpe de Estado, y si eso acontece, no tengo dudas de que Chávez
tendrá que dejar el poder antes del 10 de enero del 2013. En efecto no podrá
sostenerse contrariando la voluntad popular.
Apóstoles de
la unidad
El jueves pasado
estuvimos en la celebración de los 46 años de la fundación de la Asociación de
Ejecutivos del Estado Carabobo. El gobernador de Carabobo le confirió la orden
Sol de Carabobo a varias personalidades; y luego, al momento de pronunciar sus
palabras, Henrique Fernando Salas Römer habló de la unidad en dos tiempos. Uno
para ganar y el otro para gobernar.
Citó dos
ejemplos de la importancia de la unidad para ganar y para gobernar. Se refirió
a Nicaragua cuando el pueblo y las organizaciones políticas se unieron y
apoyaron a Violeta de Chamorro. El triunfo fue contundente, pero los que la
apoyaron no gobernaron unidos; al poco tiempo volvieron los que destruyeron a
Nicaragua. Ese fue un ejemplo de las cosas malas que pueden ocurrir si rompemos
la unidad. Seguidamente se refirió a Chile, donde los sectores democráticos se
unieron para derrotar la dictadura, y hasta ahora han permanecido unidos con una
misma visión de país; lo que ha hecho de Chile una gran potencia económica de
América Latina.
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