A CALZÓN QUITAO, Wilmer Suárez 02/09/2012
Pablo Brolman es un veterano ingeniero que laboraba en la Refinería de Amuay, despedido durante el paro petrolero, y su trabajo consistía en parar parcialmente la refinería de Amuay dos veces al año, para hacer los trabajos de mantenimiento.
Anualmente era requerido por
refinerías de cualquier parte del mundo para efectuar maniobras similares.
Desde el año 2002 la refinería no recibe el mantenimiento mínimo que requiere
una instalación de esa importancia y Amuay, en conjunto con Cardón constituyen el
complejo de refinación más grande del mundo, con una capacidad de refinación de
940 millones de barriles de crudo diarios, según información de Pdvsa para el
año 2011.
Pablo es un experto venezolano en esta
área y desde Arabia Saudita me reenvía esto: “Las válvulas de gas ya
presentaban fallas. Esta situación de Amuay se repite a poco más de un año de
otra explosión parecida que evidenció la falta de mantenimiento al producirse
–también- una fuga de gas.
No son políticos, son expertos
Otro ingeniero venezolano, Gustavo
Adolfo Benítez Guevara, ahora radicado en Colombia es ingeniero en seguridad e
incendios, investigador de accidentes e incendios certificados, con sólida y
extraordinaria experiencia en la industria petrolera venezolana.
Me escribe y al mismo tiempo me
autoriza, responsablemente, a divulgar esta información, y quedo a la orden
para cualquier consulta técnica, en caso de que exista duda.
Ambos son expertos en esta área, no
son agentes de la CIA ni del imperio, son venezolanos de dilatada trayectoria
que conocen su trabajo y saben lo que en realidad ocurrió.
Me explica Benítez que ante la
tragedia ocurrida en Venezuela, “con todo respeto e intención profesional, doy
una breve explicación sobre la infraestructura que debe conformar los sistemas
de Protección Contra Incendios en la Industria Petrolera, y como se disponían
en la PDVSA en la que presté servicio durante 25 años.
Los diseños y montajes de estos
equipos se hicieron cumpliendo ‘estrictamente’ los señalamientos de los
Códigos, Normas Internacionales y otros como la NFPA, API, EXXON, así como las
Normas Venezolanas COVENIN.
Bitácora técnica
Bajo la premisa señalada, todos los
equipos, estructuras y tanques de almacenamiento de las instalaciones de
Petróleos de Venezuela S.A., fueron protegidos utilizando técnicas y elementos
de vanguardia con pruebas y certificaciones de funcionamiento; haciéndose
énfasis en la confiabilidad, dada por las pautas periódicas de mantenimiento y
los tiempos de vida útil de cada uno de los componentes de estos sistemas.
Las redes de agua contra incendios,
para cada refinería e instalación petrolera Venezolana, fueron estrictamente
diseñadas, tomando en cuenta todos los aspectos que caracterizaban a cada
instalación, y bajo la premisa de poder controlar y extinguir el evento de
mayor magnitud, como lo establecen múltiples códigos y normas internacionales;
ello para asegurar la capacidad de respuesta y atención de cualquier evento
adverso, asegurándose la reducción de cualquier emergencia en corto tiempo, y
la continuidad operacional de la industria.
Estas disposiciones surgen de los
‘análisis de riesgos y vulnerabilidad’ que los ingenieros y expertos hicimos en
su momento, integrados en comités técnicos con profesionales de alto desempeño.
Para las esferas de gas (consideradas,
si los incendios se salen de control, como uno de los eventos de mayor
magnitud), fueron protegidas con sistemas de respuesta “alternativos y
altamente funcionales”. Para las mismas, de manera individual se dispuso una
respuesta automática primaria con sistemas Water Crown y rociadores, calculados
con ratas de enfriamiento adecuadas a cada unidad. Si estos equipos no
actuaban, se disponía de monitores de agua fijos, sobredimensionados en caudal,
y, operados a control remoto (para evitar la exposición de operadores y
bomberos).
Estos equipos siempre fueron probados
en sus parámetros de caudal, presión, resistencia térmica y todo lo que la
ingeniería en protección contra incendios establecía. En oportunidades se
comprobó su eficacia y eficiencia ante eventos reales, en muchos de los cuales
me tocó investigar, pero sin consecuencias mayores porque los recursos cumplían
con lo esperado. También dispusimos en todo en el entorno de estas
instalaciones instrumentos detectores de inflamabilidad, para detectar
cualquier fuga y accionar la alarma y la respuesta automática, si ocurrían
estas situaciones. Estos sistemas permitían confinar el material peligroso al
contexto operacional, sin peligro para las poblaciones del entorno.
¿Qué pasó en Amuay?
Los mencionados sistemas o equipos
también fueron instalados y probados en la Refinería de Amuay. Con un buen
programa de mantenimiento preventivo y predictivo. Si esto se cumplió los
mismos debieron funcionar al ocurrir cualquier fuga inicial de gas. Pero…
¿funcionaron…?
Inicialmente ocurre un fenómeno
denominado UVCE (Unconfined Vapor Cloud explosión) que debió activar los
detectores de inflamabilidad y dar apertura al “agua de confinamiento y
mitigación” ante una presencia de gas. Ese gas, más pesado que el aire, se
mantuvo a nivel de piso, desplazándose hasta una fuente de ignición, o
ignitándose por estática. Allí deflagra y produce el fuego inicial. Ese fuego
incide sobre una esfera de gas dando lugar a otro fenómeno llamado ‘fluencia’
(deformación del acero estructural, fragilizándose), simultáneamente, el
recipiente de gas se ve afectado por otro fenómeno denominado ‘BLEVE’ (Boiling
Liquid Expanding Vapor Explosion). Esta explosión es ‘altamente devastadora’ en
un radio de 600 a 1000 metros, dependiendo del poder detonante y la carga
calorífica… el resto es historia…
Debo ser contundente en mi opinión y
dar explicación profesional, porque considero que muchos venezolanos lo
requieren en este momento… Soy un experto con muchísimas vivencias y
experiencias en esta materia, conozco todas las áreas y operaciones de Pdvsa, y
por ello no se me puede engañar.
Mensaje a Hugo Chávez
Tal y como se lo anuncié, llegó la
hora: Las clínicas privadas se le rebelan al Gobierno. Allí tienen montada la
trampa. Con la unidad de preparados, por solo citar un ejemplo, convierten una
ampolla de antibiótico que vale 50 Bs. la diluyen en 125 ml de solución (Bs.
15) le ponen un papel aluminio y 1 etiqueta (Bs. 5) y la cobran en Bs. 350. He
allí el detalle, es decir más del 500%. Ahí te la dejo Hugo Rafael, como a ti
te gustan para que le hagas swing, papita. ¿Tú me vas a decir, Hugo Rafael, que
tú no sabes, esto? Pregúntale a tu ministra de Salud, o a los viceministros del
despacho y oblígalos a que te digan la verdad. En reunión celebrada en fecha 30
de agosto en la sede de la Policlínica Metropolitana con la participación de
representantes de varias clínicas de Caracas integrantes de la AVCH, la mayoría
de los asistentes coincidieron en la posición de no notificar a la SUNDECOP los
costos y precios de los medicamentos, alegando que a final de cuenta, la
sanción por la falta de notificación que prevé la Providencia, es la prevista
en el artículo 44 de la Ley de Costos y Precios Justos, a saber una multa de
quince (15) salarios mínimos urbanos, que se la sacarán a cualquier paciente
que ingrese con una dolencia. Por eso es que aquí debe haber Chávez para rato.
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