PAULINA GAMUS 11 FEB 2014
Como los militares se
forman para hacer la guerra, es natural que todo lo que le sucede a este
gobierno sea llevado al terreno bélico
Mambrú se ha muerto en guerra, lo
llevan a enterrar. Do, re, mi, fa, sol, la, lo llevan a enterrar. Arriba de su
tumba, un pajarito va. Do, re, mi, fa, sol, la, un pajarito va. Cantando el
pío-pío, y el pío-pío pa. Do, re, mi, fa, sol, la, y el pío-pío pa. (Versión
mexicana de la muy popular canción francesa).
¡Guerra! !Guerra! No podía esperarse
menos de un gobierno que ha heredado el filomilitarismo del perpetrador de esta
cosa que se mienta socialismo del siglo XXI. La manía de Chávez de creer que un
militar venezolano servía para ser desde vendedor de pollos hasta presidente de
la NASA , ha sido superada con creces por su hijo putativo Nicolás Maduro. Hay
militares en todas las áreas del quehacer humano y en cargos de alto, mediano y
bajo nivel. En vez de cívico militar este es un gobierno militar cubanoide.
Como los militares se forman para hacer la guerra, aunque los nuestros no hayan
participado ni en una batalla de almohadas, es natural que todo lo que le
sucede a este gobierno sea llevado al terreno bélico. Resulta patético por
decir lo menos, ver y oír a dirigentes políticos del PSUV, bastante civiles
ellos aunque no siempre civilizados, justificar la bancarrota absoluta del país
en todos los órdenes (y desórdenes) como consecuencia de una guerra económica
en la que los vencedores no aparecen por ninguna parte para cobrar su victoria
y los vencidos siguen tan campantes en sus puestos de combate. Uno podría creer,
para darle algún crédito a los tan desacreditados gobernantes guerreros de este
país, que los anaqueles vacíos de los supermercados de los que hace tiempo
desaparecieron el arroz, la leche, el azúcar, el aceite, las harinas de maíz y
trigo y el papel higiénico, sin pasearnos por artículos sofisticados como la
leche condensada o la mayonesa; han sido el campo de batalla en que las fuerzas
enemigas han empleado su arma más mortífera: provocar la escasez y fomentar las
interminables filas de desesperados buscadores de comida. Lo que resulta más
difícil de explicar es cómo esas mismas fuerzas que nos han invadido sin
disparar un solo tiro, han logrado que uno de los países más ricos de América
latina haya quedado en la carraplana más absoluta. Haremos el esfuerzo de
entenderlo. Según esa punta de lanza del imperialismo y centro de conspiración
contra la revolución bolivariana, llamada Fedecámaras, el gobierno de Nicolás
Maduro tiene una deuda con el sector privado, en gran parte heredada del padre
de la criatura, que asciende a más de 10 millardos de dólares distribuidos así:
3.6 millardos a las líneas aéreas; 2.4 millardos a la industria de alimentos;
1.4 millardos al sector salud, 80 millones a la prensa; 500 millones a la TV
por suscripción, 550 millones a la industria química y 5 mil millones a la
industria automotriz. Como guerra es guerra había que gastar en armas, casi
siempre obsoletas porque lo que importan son las comisiones. Por ahí se
esfumaron 16 millardos.
Orlando Zamora, ex jefe de la División
de Riesgo cambiario del BCV, dice que lo regalado por el gobierno venezolano a
otros países, entre 2000 y 2012, fueron 35 millardos de dólares lo que triplica
la deuda de la Comisión Administradora de Divisas (CADIVI) con el sector
privado. Es muy probable que los agentes de las fuerzas enemigas hayan drogado
con burundanga al comandante perpetuo y supraterrenal, para que le regalara 18
millones de dólares al cineasta gringo Danny Glover. Debía hacer una película
sobre Haití que jamás realizó. En ese mismo estado de inconsciencia provocada
por los infiltrados, regaló un millón de dólares a una escuela de samba
brasilera, 30 mil dólares para una escuela en la India, carreteras y varios
desarrollos en Nicaragua por un monto de 6.6 millardos de dólares, calefacción
para sectores pobres de New York, viviendas en Benin y Mali, ayudadita a los
Kirchner para pagar la deuda de Argentina con el FMI, además del maletín con
los 800 mil dólares para la campaña electoral de la viuda alegre argentina. Le
regaló a su padre espiritual e ideológico Fidel Castro, 23.2 millardos de
dólares y 12.9 millardos al pederasta Daniel Ortega, de Nicaragua.
El primero en detectar cómo se gestaba
esa guerra económica no podía ser otro que el inefable ministro sin fecha de
caducidad, Jorge Giordani. Un buen día descubrió que 25 mil millones de dólares
se fugaron por causa de empresarios que abusaron del SITME. Y la prontamente
defenestrada presidenta del Banco Central, Edmée Betancourt, perdió la chamba
cuando se atrevió a decir que otros 20 mil millones se los llevaron empresas de
maletín. Es evidente que fueron asquerosos burgueses golpistas quienes se
hicieron de esos millardos, pero los Servicios de Inteligencia que ponen preso
a quien mire torcido a Nicolás Maduro o a la primera combatiente, han sido
incapaces de develar no solo la identidad de los malvados burgueses, sino la de
los buenos chicos revolucionarios y socialistas que se dejaron hipnotizar para
que se produjera esa divisorragia.
Nuestro Mambrú y su corte de
uniformados con ascensos y medallas por acciones heroicas como las del capitán
Diosdado Cabello, han perdido la guerra económica. Pero no es la única porque
hay otras más vergonzosas como la de los miles de motorizados que mejor
organizados que el PSUV, pusieron a temblar al gobierno y lo hicieron
retroceder con el rabo entre las piernas. Y si nos vamos a la guerra del hampa
contra la población en todos sus estratos, aquí el enemigo ha hecho que los
adalides de la revolución socialista muerdan el polvo con la más humillante paliza:
más de 20 mil asesinatos solo en 2013.
A todos los países derrotados en las
guerras más crueles les ha llegado después alguien, casi siempre el Imperio
yanqui go home, para sacarles las patas del barro y transformarlos en naciones
prósperas. Por eso aquel chiste de declararle la guerra a los EE UU y perderla
adrede. ¿Quién vendrá en nuestro auxilio? ¿Habrá algún poder terreno,
sobrenatural o divino que nos permita renacer de las cenizas a las que el
chavismo ha reducido a Venezuela?
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