Thaelman Urgelles 25 de septiembre de 2016
@TUrgelles
La
Mesa de Unidad Democrática ha mantenido una conducta impecable desde la
irregular información emitida por el CNE sobre las condiciones para continuar
la convocaría del Referendo Revocatorio de Maduro. Sin precipitarse a dar una
respuesta rápida y sin abandonar un tono firme y combativo, la MUD nos ha
mantenido informados sobre el proceso que ha decidido adoptar para afrontar lo
que es sin duda el mayor intento del régimen para dar por cancelada la
iniciativa revocatoria.
La
gravedad del desafío antepuesto por el régimen y las decisivas consecuencias
que tendrá cualquier respuesta que se adopte han motivado que la MUD abra una
amplia consulta ciudadana, para escuchar a todos antes de decidir un rumbo que
nos afectará a todos. Con ello responde a las exigencias de respuesta inmediata
de quienes viven sin pausa sus eternas urgencias y crudos maximalismos. Si el
Revocatorio es de todos los venezolanos, como han dicho Capriles y Chúo,
decidamos entre todos el curso a seguir ante la provocación del CNE pesuvista.
En ese
marco, y con la advertencia de que acataré y defenderé lo que anuncie la MUD el
próximo lunes, ofrezco mi modesta contribución a la anunciada recolección de
puntos de vista. Me he formado un criterio luego de seguir los acontecimientos
lo más cerca que he podido (aunque no estoy Venezuela, esta situación no me
invalida ni me intimida en absoluto para ofrecer mis opiniones), luego de leer
la nota de prensa del CNE, escuchar las ruedas de prensa de Chúo y su estupenda
entrevista con César Miguel Rondón y el “Pregunta Capriles” de este jueves 22.
No tengo acceso a la información privilegiada que poseen los miembros de la
MUD, por lo que entrego a ellos mi confianza y la indiscutible posición
dirigente de este proceso. Algo que deberíamos hacer todos.
En
primer lugar, veamos las cuestiones que estimo de principio:
1. La
Unidad es un valor esencial en este momento decisivo y a ella debemos
adscribirnos. Y mientras demuestre que ella actúa conjuntamente, es la MUD
quien marca el eje nuclear de nuestra unidad.
2. A los
efectos de analizar la política a tomar, no voy a utilizar el argumento
principista de que el 20% por estados viola la Constitución. Tal sería un buen
fundamento para justificar el rechazo a las condiciones del CNE, pero no vale
como variable objetiva al considerar nuestras opciones reales de alcanzar el
20%.
3. En
otras palabras, si aún con el ilegal 20% por estado consideramos altamente
posible superar el escollo, sigamos adelante con eso. Porque ante una dictadura
anti-constitucional no deben ser sus opositores quienes se autoimpongan límites
constitucionales. Ya veneraremos la Constitución cuando seamos gobierno; por
ahora tomemos lo que haya, como hicieron decenas de causas justas en todo el
mundo.
Examinemos
ahora las opciones de alcanzar el éxito en recolectar un 20% de voluntades en
cada una de las 24 circunscripciones regionales del país.
4. Si el
CNE se atrevió a violar con descaro la Constitución para dificultarnos al
máximo la recolección del 20%, no vacilará en arriesgarlo todo para impedir que
en uno o dos estados fracasemos en alcanzar la cuota de voluntades y con ello
echar por tierra un camino que ha costado tanto esfuerzo político y ciudadano.
5. Bastará
con ubicar un grupo de mesas de recolección en lugares difíciles de acceder, en
estados distantes y poco visibles, interponer obstáculos y amenazas a quienes
se atrevan a llegarse hasta allá y si aún esa voluntad sigue adelante realizar
cortes de luz, fallas de máquina u otros servicios, para lograr que uno o dos
estados incumplan el objetivo.
6. Los
ejemplos de Nueva Esparta y algún otro estado para el 1% se verán como niños de
pecho ante las impensables trapisondas que los bellacos pondrán en marcha esta
vez. Y se trata de cifras 20 veces mayores, en escenarios geográficos y humanos
mucho menos controlables.
7. En
fin, albergo muy pocas dudas de que el régimen logrará su propósito de impedir
que alcancemos el 20% de las voluntades en las 24 circunscripciones. Algunos
pueden afirmar, como ya se está oyendo, que sí podemos lograrlo. Pero
convendrán que su optimismo es también una posibilidad, que puede fallar.
8. Si fallamos
en la recolección del 20% en las 24 regiones, la frustración que nuestro pueblo
sufrirá será suficiente para desmovilizar cualquier iniciativa ciudadana por un
tiempo que no dudo en ubicar hasta en 2018, y cuidado si me quedo corto. Porque
la gravísima crisis humanitaria y global que conocemos no es garantía de que
ella conducirá inevitablemente a una salida del régimen.
9. Si hoy
la crisis representa una amenaza para la continuidad del régimen es porque
existe una recia voluntad de cambio en la población, inspirada en la
perspectiva del RR16. Si esa voluntad se quebrase por una frustración como la
señalada, es muy probable que el resultado sea la resignación, el miedo, la
desbandada migratoria… y hasta la obligación internacional de apuntalar al
régimen, por razones humanitarias y ante la impotencia de la oposición de
producir el cambio. Cuba y Norcorea son ejemplos de que la capacidad de aguante
de los pueblos ante la miseria puede ser infinita, cuando no se tiene la
perspectiva del cambio.
10.
Por las razones anteriores, concluyo en que
bajo ningún respecto se debe aceptar la condición del 20% por cada
circunscripción. Hay muy poco que ganar y mucho que perder en ese escenario. Si
esto se decidiere, cobra importancia el uso del principio constitucional
violado por el CNE.
Ahora
supongamos que la MUD, con la información privilegiada que maneja, decide
asumir el reto del 20% por circunscripción y logra alcanzarlo plenamente.
Entraríamos entonces en el terreno de la letra pequeña deslizada por las
rectoras en una discreta nota de prensa: en caso de que se logre reunir el 20%
de voluntades, el Referendo Revocatorio se celebrará en el primer trimestre de
2017. En vista de que al RR 2017 le han salido, en la propia oposición,
entusiastas promotores mucho antes de cancelarse las opciones del RR16,
analicemos qué significa revocar a Maduro luego del 10 de enero de 2017. Algo
que no hemos tenido tiempo ni disposición de examinar quienes nos hemos
enfocado en alcanzarlo en este mismo año, con la consecuencias que todos
conocemos.
11.
En primer lugar, cabe esperar que si se
reuniere el 20% de voluntades las maniobras de Jorgito Rodríguez y su pandilla
no cesarán, mejor dicho ya comenzaron, para invalidar también la posibilidad de
que se realice el Referendo el próximo año. Hay un par de argumentos leguleyos
que podrían servirles; no los mencionaré para no darles idea a los bellacos de
Escarrá y Cía.
12.
Pero supongamos que esas pillerías les
fracasan, o fuesen meras fintas para incitarnos a aceptar ese camino, y en
efecto se convoca y realiza el RR17, revocamos a Maduro y lo sucede el
Vicepresidente que él designe 24 horas antes, etc. Esa posibilidad abre
numerosos escenarios, según la persona escogida en La Habana para ocupar esa
posición. Cada una de ellas supondrá variantes en el curso posterior de la
política, incluida la de que Maduro renuncie antes de celebrarse la votación
referendaria para evitarse la humillación esperable. Pero hay entre todas ellas
un denominador común que paso a analizar brevemente:
13.
Cualquiera que sea el modo en que Maduro
entregue la presidencia -renuncia o revocatoria- y quienquiera sea su
reemplazante, el régimen sufrirá un inevitable refrescamiento, un cambio de
mando que les permitirá ofrecer a los venezolanos y al mundo un rostro “nuevo”,
sin duda menos desgastado y desprestigiado que Maduro. Ese (a) sucesor (a) no
tendría que ser Hannibal Lecter o el propio Belcebú, como suponen algunos
simplistas, sino alguien más potable y de aspecto moderado y sensato, como por
ejemplo el general Padrino López, quien pese a ese talante no es menos
amanuense de Raúl Castro que Maduro.
14.
Los opositores tendríamos que lidiar con
alguien menos vulnerable en su credibilidad y aceptación, tanto fuera como
dentro del país. Y para la población mayoritaria y la comunidad internacional,
en medio de la pavorosa crisis que habría en aquel momento, será inevitable
abrirle al “nuevo presidente” un compás de espera, una lapso de espera para que
aplique el programa de rehabilitación nacional que seguramente tendrá
estructurado y ahora mismo está en plena redacción.
15.
Ese plan de recuperación de un país hundido en
el hambre y la miseria, presentado por una cara nueva con un lenguaje menos
enloquecido que el de Maduro, recibiría sin duda el beneplácito y el apoyo de
un amplio espectro de la comunidad política, diplomática y sobre todo
financiera del mundo. El aval y los recursos que hoy Maduro –la República y
PDVSA- se encuentran imposibilitados de recibir por su nula credibilidad, los
podría alcanzar ese “nuevo gobierno de ideas moderadas y racionales”. Y hasta a
la Asamblea Nacional le resultaría cuesta arriba oponerse a aprobar tales
planes, so pena de recibir el generalizado repudio de una población que se
vería beneficiada de inmediato con ello.
16.
Para decirlo con mayor claridad: los recursos y
el apoyo político y diplomático que de inmediato recibirían –por ejemplo- un
presidente Capriles o Ramos Allup, fluirían también para quien suceda a Maduro
en el chavismo. Sin duda en menor medida, pero suficientes para remediar la
crisis terminal, darle oxígeno al chavismo hasta 2018 y quién sabe si más…
17.
Examinada de este modo, resulta claro que
tampoco la opción del Referendo 2017 resulta atractiva para la oposición
liderada por la MUD. En realidad es una trampa de enormes proporciones, en la
cual no dudo que están conchabados algunos –no todos- de quienes hoy la
presentan como un desenlace realista que debemos aceptar como mal menor.
El
presente análisis me lleva a sugerir con todo respeto a la MUD que rechace las
condiciones decididas por el CNE para recoger el 20% de las voluntades para el
RR. Por supuesto que no propongo el desistimiento, figura jurídica que
significa retirar la solicitud y renunciar a ella y es lo que buscan estos
bribones a través de sus “amanuensas”, las rectoras. La MUD debe rechazar esas
condiciones y mantener viva la solicitud, exigiendo condiciones sensatas,
posibles y apegadas a la Constitución.
Esto
nos lleva al terreno de cómo proceder, o como dicen muchos para descalificarla,
al campo de “con qué se come la desobediencia ciudadana”. Lo cual comporta un
análisis igual de extenso, que publicaremos mañana por respeto al tiempo de los
lectores.
Tomado
de: http://linkis.com/wordpress.com/1dIME
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