Leonardo Fernández 28
de septiembre de 2016
Los
hombres que dirigen hoy nuestro país parten de presunciones equivocadas, que
hacen que siempre tomen decisiones erradas que no surten el efecto que desean.
Suponen que la economía se maneja con decretos y no con políticas basadas en el
conocimiento, por eso tenemos crisis, pero lo más grave es que suponen que los
venezolanos somos un pueblo que se rinde al primer obstáculo que nos coloquen.
Grave error.
Las
condiciones dadas por el CNE para la recolección del 20 por ciento son
abiertamente inconstitucionales y vulneran el derecho de los venezolanos a
revocar un mandato. El gobierno espera que ante este movimiento, abandonemos la
lucha pacífica y electoral, para caer en el terreno donde ellos prefieren
contender. Saben que no son capaces de ganar ninguna consulta y desean impedir
a toda costa ese escenario.
Los
argumentos que esboza el CNE para imponer el 20 por ciento por estado son tan
absurdos como contrarios a la Constitución y la lógica. Sí ese criterio donde
establecen que Venezuela es un Estado Federal y por lo tanto deben obtenerse
los resultados en cada uno de los estados y no en la sumatoria nacional, se
traslada a todas las elecciones, entonces Nicolás Maduro no es presidente,
porque fue derrotado en estados como el Zulia.
En el
fondo el gobierno sabe que las condiciones presentadas por las rectoras del
oprobio, son contrarias a la esencia de la democracia participativa en la que
teóricamente vivimos. Su objetivo es que la desesperanza, la ira y la decepción
logren frenar al pueblo en su lucha por lograr el cambio.
El
camino emprendido para terminar con el peor gobierno en la historia nacional
siempre se previó que estaría lleno de obstáculos, era de suponer que quienes
han disfrutado de las mieles del poder, enriqueciéndose y gozando de
privilegios, se aferraran frenéticamente a sus puestos, pero esto no nos debe
detener, ni desviar del rumbo que hemos trazado.
La
pelea la seguiremos dando en el campo pacifico, democrático y electoral, esto
no quiere decir que dejaremos de ser contundentes, irreverentes y
contestatarios. La calle seguirá siendo nuestra principal arma para lograr una
consulta electoral. Ni los anuncios de Tibisay, ni las sentencias del TSJ
lograrán desmovilizar a los ciudadanos, Venezuela no se rinde, no lo hizo
cuando peleaba por su independencia, no lo hizo al enfrentarse a las dictaduras
y no lo hará frente al tirano que actualmente ocupa Miraflores.
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