Por Ana Díaz
La recuperación del nivel de
agua en el embalse de la central del Guri ha sido insuficiente. Hasta el
miércoles pasado la cota había alcanzado 262,89 metros, aún lejos del nivel
óptimo de funcionamiento que es de 271 metros. Expertos y sindicalistas
consideran que es poco viable que haya una mayor recuperación, pues la temporada
de lluvia está por concluir. De allí que afirmen que en 2017 se presentará otra
emergencia eléctrica y habrá más racionamientos.
El ingeniero meteorológico
Valdemar Andrade, que se desempeñó como jefe del embalse del Guri cuando era
manejado por Electrificación del Caroní, Edelca, explica que las lluvias en la
cabecera del río Caroní al sur del país fueron moderadas en la estación del
invierno que está por concluir, lo que ha ocasionado una recuperación
insuficiente en la cota.
El experto refiere que la
cota operativa normal debe ser 265 metros, pero la semana pasada el embalse
registró una recuperación promedio de 3 centímetros, pues la época de las
lluvias está pasando para dar lugar a la estación seca. “Con las lluvias se
esperaba que el embalse alcanzara su nivel máximo de entre 271 y 272 metros o,
por lo menos, el nivel operativo normal. Sin embargo, faltan 2,11 metros para
que el embalse se sitúe en esta última cota”.
Andrade señala que lo
conveniente para que el Guri cumpla con su aporte –8.000 megavatios– a la
demanda eléctrica nacional de 15.000 megavatios es que el embalse llegue a 265
metros en el último trimestre del presente año.
Advierte que es
indispensable que la Corporación Eléctrica Nacional ejecute los programas de
mantenimiento a las plantas termoeléctricas para que puedan cubrir la
generación hidroeléctrica faltante, y así garantizar más megavatios al sistema.
Destaca que entre diciembre y abril de 2017 se presentará la emergencia: “La
energía faltante del Guri debería aportarla el parque termoeléctrico, pero no
se cuenta con ese respaldo, lo que representa aplicar racionamientos”.
Aclara que la emergencia del
próximo año será menos severa que la de 2016, cuando el fenómeno climático El
Niño colocó el embalse en el nivel crítico de 241,41 metros el 28 de abril
pasado.
Fuentes sindicales del
sector eléctrico coinciden en que la emergencia de 2017 también será menos
fuerte porque la demanda eléctrica nacional ha retrocedido desde 2013 en el
segmento comercial-industrial por el cierre de muchos establecimientos. “Las
fábricas del sector privado están cerrando o mantienen sus operaciones al
mínimo. Excepto Venalum, las plantas industriales de las empresas básicas de
Guayana están prácticamente paralizadas”, asevera un sindicalista.
El gobierno respondió a la
crisis eléctrica de este año con la reducción de la jornada laboral en la
administración pública y de los horarios de atención al público en los centros
comerciales, además del cambio del huso horario y los racionamientos rotativos
en el interior del país de hasta 2.000 megavatios diarios.
A media máquina. Dirigentes sindicales cuestionan la poca diligencia de las autoridades eléctricas para garantizar los megavatios térmicos necesarios para atender la indisponibilidad de energía del Guri. “Esperamos la incorporación segura de 600 megavatios de la nueva unidad VI de Planta Centro (Carabobo) para atender la emergencia de 2017, pero hacen falta más megavatios térmicos para evitar que los usuarios sean castigados con el racionamiento”, alerta una de las fuentes.
Asegura que de la capacidad
instalada total del parque térmico, que son 15.000 megavatios, hay disponibles
4.500 porque Corpoelec no ejecuta los planes de mantenimiento preventivo y
correctivo. Según las fuentes, Planta Centro, la de mayor capacidad instalada
del país con 2.000 MW en 5 unidades, opera solo una máquina que genera 300 de
400 megavatios de su capacidad para atender los estados centrales con un alto
consumo residencial, comercial e industrial.
Tacoa, la otra central
grande del país ubicada en Vargas y que surte la región capital, trabaja a
18,7% de su capacidad con 220 de 1.200 MW. La Gran Caracas cuenta también con
las plantas Picure de 134 MW y las barcazas Josefa Rufina y Margarita que suman
340 megavatios de capacidad, aledañas a Tacoa, además del complejo La Raisa en
Charallave, Miranda.
Los voceros agregan que las
otras plantas grandes de generación Ramón Laguna y Rafael Urdaneta (Zulia)
operan a 80% de su capacidad de 684 y 395 MW, respectivamente. El estado
también cuenta con Termozulia I y II de 770 megavatios puestas en servicio en
2007 y 2009.
La confiabilidad de la
planta Josefa Camejo de Falcón (3 unidades de 400 MW y en servicio desde 2009)
está en observación, pues ha experimentado varios apagones serios. Las fuentes
precisan que las plantas Termo Carabobo y La Mariposa de 680 y 45 MW de
capacidad, respectivamente, están paralizadas.
Entre las centrales que
funcionan con alguna normalidad citan Pedro Camejo, Carabobo, que aporta 300
megavatios; Turboven, Aragua, con 40, Termobarrancas, Barinas, con 150,
Argimiro Gabaldón, Lara, con 120 y Cumaná, Sucre, con 450 megavatios.
Alertan que durante el
verano los estados andinos tendrán serios problemas de suministro con sucesivos
apagones sectoriales debido a la alta dependencia de la energía hidráulica. En
los Andes están las centrales hidroeléctricas Masparro (25 megavatios), Alberto
Lovera (150), Juan Antonio Domínguez (40) y Fabricio Ojeda (257 megavatios).
El respaldo térmico en la
región andina se concentra fundamentalmente en las plantas El Vigía y La Fría,
que suman 310 MW, los cuales no cubren el faltante hidroeléctrico, por lo que
deberá importar energía térmica de otras localidades con las que tiene
conexión.
LA CIFRA
8.000 megavatios es el volumen de energía que en condiciones normales aporta el Guri a la demanda eléctrica nacional
03-10-16
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