Por Esperanza Márquez
Gonzalo Himiob Santomé
abogado, profesor universitario, escritor, activista de derechos humanos y
director nacional del Foro Penal Venezolano.
El Foro Penal Venezolano fue
postulado al Premio Nobel de la Paz por un grupo de personalidades, incluyendo
36 diputados chilenos, académicos y representantes de otros parlamentos que
enviaron una carta al Comité Noruego del Nobel postulando formalmente al Foro
Penal Venezolano al Premio Nobel de la Paz por su destacada labor brindando
asistencia legal gratuita a víctimas de la violencia política.
–Después del 1/S arreció la
represión del Gobierno ¿De qué manera y por qué?
–Yo no diría que fue después
del 1S. Desde que comenzó el año, en la medida en que se han incrementado las
protestas, igualmente ha aumentado la represión. Solo en 2016, hacia finales de
septiembre, ya nos habían sido reportadas más de 2.400 detenciones por motivos
políticos. De éstas, gran parte terminó en libertades bajo medidas cautelares,
lo que implica que esos procesos siguen pendientes contra centenas de ciudadanos,
y al día de hoy la cifra de los que permanecen privados de su libertad, presos,
por motivos políticos supera las 100 personas, lo cual supone un aumento
significativo, especialmente desde mayo de 2016 hasta ahora. Lo que sí podemos
afirmar es que en los días previos al 1S los cuerpos de seguridad fueron
particularmente selectivos, y focalizaron sus actuaciones y la persecución
política en representantes de factores políticos específicos: En general
actuaron contra militantes o dirigentes de los partidos promotores del
referéndum revocatorio.
–En qué situación se
encuentran los presos políticos en Venezuela si el Gobierno no los reconoce
como tal ¿Cómo se puede llegar a su libertad?
–La situación es
desesperada. En sus casos no existe la más mínima posibilidad de que ningún
argumento jurídico prospere, y cada proceso contra cada preso se utiliza como
un castigo en sí mismo, a despecho incluso de la verdad. Por solo ponerle un
ejemplo, tenemos los casos de los jóvenes detenidos en los campamentos en Caracas
en mayo de 2014. El Código Orgánico Procesal Penal (COPP en su artículo 230)
dice que como ya llevan más de dos años en detención preventiva deben ser
puestos en libertad y afrontar lo que les quede de proceso libres, pero los
tribunales se niegan descaradamente a aceptar la orden legal y les niegan su
libertad. Con ello lo que hacen es anticiparles la sanción incluso cuando su
proceso no ha terminado y, como lo ordena la Constitución, deben ser tenidos y
tratados como inocentes. Están por cumplir tres años presos sin que ningún
tribunal los haya condenado. La injusticia y la arbitrariedad son
evidentes.
–¿Cómo podría explicar lo
que le han dicho presos políticos de que su libertad no está en manos de los
jueces sino del pueblo venezolano?
–Los presos políticos, pese
a los esfuerzos que hacen las autoridades para mantenerlos aislados del mundo
exterior, son los que tienen más claridad en cuanto a la verdadera naturaleza
de los procesos que se les siguen. Lo viven a diario en carne propia, en las
audiencias, en sus centros de reclusión. Ellos nos ven desbaratando en las
audiencias los argumentos de la Fiscalía y de los Tribunales para luego quedar
en la misma situación solo porque deben cumplirse "órdenes
superiores" o porque tal o cual juez "recibió una llamada de
arriba". En consecuencia, ellos saben que su libertad no depende de lo
jurídico, si así fuera, hace rato que habrían sido liberados, sino del cambio
político.
–Francisco Márquez y Gabriel
San Miguel ¿Por qué sueltan a uno y al otro no, se negoció la libertad de uno?
¿Qué opina de las negociaciones de libertad?
–En los casos de índole
política, discernir las razones por las cuales a algunos se les deja ir y a
otros no, es muy difícil. Nosotros, sin embargo, hemos identificado algunos
patrones que sirven para arrojar algunas pistas sobre cuál será la posición del
Gobierno en ciertos y determinados casos. Por ejemplo, cuando el detenido es
extranjero o tiene doble nacionalidad, como ocurrió en el caso de Gabriel San
Miguel, que además de venezolano es español, no es poco común que la presión
diplomática de los respectivos consulados y embajadas conduzca a la libertad de
quienes tengan esa condición. Todo depende. Como es, lo repito, un tema
político, no jurídico, lo que normalmente toma el poder en cuenta más no es lo
que digan la ley o la Constitución, sino la relación política de
costo/beneficio, nacional o internacional que, para el Gobierno, pueda derivar
de una determinada detención.
–Caso Braulio Jatar ¿Por qué
está preso?
–Braulio Jatar está preso,
no me cabe la menor duda, porque el Gobierno necesitaba desesperadamente
imponer su narrativa falseada sobre lo que en realidad ocurrió en Villa Rosa,
lo cual les resultó imposible dado que Jatar, a través del medio que dirige,
mostró a Venezuela y al mundo el fuerte rechazo que el Gobierno genera hasta en
las zonas más humildes del país. Su caso es un ejemplo claro de una detención
política que tiene como causa no la comisión de un delito, sino la necesidad
del poder de consolidar, a costa de lo que sea y hasta de la verdad misma, sus
"versiones oficiales" sobre determinados hechos de trascendencia
nacional.
–Cree que el régimen seguirá
arreciando la represión. A qué se debe tanta represión.
–Sí. Perdido como ha sido el
favor popular, la única herramienta con la que cuenta el Gobierno para no
desmoronarse es la del miedo. Por eso se ha incrementado la represión.
–Le ha remitido cartas
abiertas a Chávez, a Maduro a Eva Golinger ¿Qué se gana con escribir cartas
abiertas?
–Creo que se gana mucho. Por
una parte, aunque jamás haya recibido respuesta, estoy absolutamente seguro de
que este tipo de expresiones sí llegan a destino, que los mencionados las leen
y, para bien o para mal, algo les quedará en la cabeza de lo que se les dice;
pero por la otra, creo que lo más importante con estas cartas abiertas es que,
para uno mismo y para la posteridad, se dejan claramente expresadas nuestras
posturas con respecto a lo que nos viene ocurriendo. En estos tiempos, las
ambigüedades y las medias tintas, en mi criterio, son cobardía y complicidad.
Al más emblemático de los
presos políticos en Venezuela, Leopoldo López, cada día su estadía en Ramo
Verde se le hace más insoportable ¿Qué hacen las ONG encargadas de los derechos
humanos al respecto?
–Creo que todos los presos
políticos son igualmente importantes y que todos y cada uno de ellos deben ser
tratados de la misma manera. Algunos, es verdad, son más notorios que otros,
pero en la tragedia y los abusos que padecen todos son iguales y merecen la
misma consideración. En este sentido, no solo por Leopoldo, sino por todos los
presos y perseguidos políticos, nuestra ONG se ha encargado no solo de brindar
apoyo legal a nivel nacional a quien nos lo ha solicitado, sino además de
llevar los registros de todos y cada uno de estos casos a todos los foros e
instituciones internacionales que se ocupan de los temas de DDHH. Si la
comunidad internacional ahora conoce la realidad de los presos y perseguidos
políticos, eso ha sido, en gran medida, por el trabajo de las ONG que desde
hace tiempo nos ocupamos de estos temas.
–A estas alturas del partido
¿Cómo valora la actuación de la MUD, comparte sus lineamientos en vista a la
recolección del 20%?
–Creo que fue positivo que
la MUD aceptara como un error el no haber sido clara con la ciudadanía, en
relación a los acercamientos que había estado teniendo con el Gobierno. En
política, esos errores se pagan caros. Y también estoy de acuerdo con el
planteamiento de no abandonar el campo de juego dejando al contrario ganar por forfeit. La
verdad es que cada vez que la oposición se ha retirado del juego político solo
porque las condiciones nos son adversas el perjuicio ha sido mucho mayor que el
beneficio.
–¿Cree que el referéndum
revocatorio abrirá la válvula de la inmensa olla de presión que está a punto de
reventar en Venezuela?
–Es posible. Lo que no
podemos perder de vista es que, aun siendo en 2016 el referéndum
revocatorio no solucionará de la noche a la mañana los problemas que a
todos nos aquejan. Será un paso importantísimo, pero aún quedará después mucha
lucha por delante.
–¿Llegaremos al referéndum
revocatorio?
–Yo creo que el RR es
inevitable. La pregunta de oro es cuándo será, pues como todos sabemos, las
consecuencias de que sea en 2016 son radicalmente distintas de las
consecuencias de que se haga después del 9 de enero de 2017. En todo caso, no
me cabe la menor duda de que, salvo alguna impredecible y malsana "patada
a la mesa" de proporciones épicas, en pocos meses Maduro dejará de ser
presidente de Venezuela. Lo importante es que los políticos, y nosotros los
ciudadanos, tengamos previstos y meditados todos los escenarios posibles, los
que nos gusten y, especialmente, los que nos disgusten, y también las maneras
en las que los afrontaremos, según el caso. A estas alturas, cualquier
improvisación, cualquier desespero, puede degenerar en un caos absolutamente
inmanejable.
–Revocado Maduro ¿cómo
cambiarían las condiciones de los presos políticos y en cuánto tiempo?
–Evidentemente, la salida de
Maduro del poder tendrá efectos positivos, pero solo en la medida en que eso
implique un cambio de mentalidad y de formas de hacer en los demás entes y
órganos del Poder Público. También mucho dependerá de la voluntad política que
en la misma oposición exista para abordar este tema, con la urgencia que
amerita, una vez que cambien las condiciones políticas. El tiempo que esto
lleve es impredecible, pero está en manos de la ciudadanía ejercer la presión
necesaria para que, dado el escenario de cambio en el poder, la libertad de los
presos, perseguidos y exiliados sea una de las más importantes prioridades de
la agenda política.
01-10-16
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