Por Mabel Sarmiento
Esta chica de 18 años ha
representado a Venezuela en seis oportunidades en la Jornada Iberoamericana de
niños y jóvenes poetas, troveros y versadores.
Mientras las
muchachas de su edad están organizando fiestas y paseos —parte de las
actividades normales de la juventud—, Yineska Quintero, de 18 años, está metida
en la onda de la composición de versos, coplas y décimas.
Y no es que para Yineska ir
de fiestas sea malo. Todo lo contrario, también comparte esas formas de
entretenimiento con las amigas. No obstante, sucede que para ella es más
importante ahora trabajar en pro de la cultura popular.
“Eso me ha llenado de
grandes satisfacciones y de las mejores experiencias de mi vida”, dijo cuando
se le consultó qué significa ser cultor popular.
Yineska desde pequeña estuvo
ligada a la décima. Fue su padrino, Wilfredo Mendoza, quien la llevó de la mano
a recorrer los sabores del arte: la introdujo en los velorios de la Cruz de
Mayo, en los bailes de San Juan, en la Paradura del Niño y en tantas otras
tradiciones locales que pareciera se pierden en el tiempo.
“Pero eso no es así, porque
gracias a mis padrinos hemos podido mantener festividades, como la Cruz de
Mayo, muy vigentes. Quizá lo que pasa es que aquí en Venezuela hay muy poco
apoyo a la cultura, a no ser la que ya está institucionalizada o tiene mucho
auge”, expresó.
Yineska forma parte de la
Escuela de Niños Decimistas de Catia, un proyecto que surgió del trabajo de
grado de Mendoza. En estos momentos, hay otros 10 chicos con ella que trabajan
en la formación de los cantos y en la producción de sus propias décimas.
“Yo ya estoy haciendo las
mías y es algo muy bonito porque es crear versos de 10 líneas que hablan de
cómo somos”, contó.
Del 14 al 2 de agosto estos
11 muchachos participaron en la 8va. Jornada Iberoamericana de niños y jóvenes
poetas, troveros y versadores, realizada en México.
“Desde que comenzaron esas
jornadas nos han invitado. No sé cómo los organizadores llegaron a nosotros
pero ha sido algo muy bueno eso que nos pasó. En esas jornadas participan
muchachos de Panamá, Colombia, Puerto Rico, Cuba, Argentina, Chile, Perú, el
país vasco, México y Venezuela. En dos oportunidades no pudimos viajar porque
no teníamos recursos y aquí nadie nos apoya, pero gracias a los aportes del
señor Junípero Cabrera, director del Museo de la Sierra Gorda y miembro del
comité organizador de México pudimos participar en esta oportunidad”, relató.
Estas jornadas, según
explicó, no son festivales ni concursos, sino más bien encuentros donde se
expone la lírica de cada país: “Es visto como un proyecto educativo que unifica
las culturas. Se trabaja mucho en estas jornadas porque uno va de pueblito en
pueblito ofreciendo décimas y asistimos a talleres y conferencias”.
En agosto Yineska estuvo en
una jornada de jóvenes trovadores en México
De regreso a su casa —es
catiense de raíz— Yineska continúa con su formación. “Las clases las tomamos
todas las tardes a partir de las cuatro, mientras que para componer no tengo
horas específicas”.
Sus compañeros son de varias
edades, aunque en la medida en la que crecen se van por otros rumbos. Pero esta
joven, la más pequeña de tres hermanos y que pronto comenzará su quinto año de
bachillerato, asegura que le queda décima para rato.
Foto: Cortesía
28-09-16
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico