Por René Núñez,
20/11/2016
Se observan dos países dentro
de uno, ambos negados a reconocerse y a unir esfuerzos en la procura de
soluciones a la crisis estructural y multifactorial que padecemos los
ciudadanos de esta nación; cuyos principales responsables, no cabe duda, son los
que vienen dirigiendo nuestros destinos desde hace 17 años.
Uno, el mayoritario, el más
afectado, conformado por casi la totalidad de la población, el que a diario
hace milagros para sobrevivir a las miserables condiciones de
desabastecimiento de alimentos y medicinas a los cuales los han conminado los
supuestos luchadores, protectores y defensores del pueblo. Una tragedia
familiar sentida por sus integrantes, desde que se levantan hasta que se acuestan.
Todos los días salen a buscar los alimentos básicos necesarios para
cubrir las vitaminas y las calorías que demandan sus sistemas orgánicos;
las medicinas de control de sus enfermedades; corriendo el riesgo de que no
sean atracados o abusados por los malandrines de la calle que operan y actúan a
sus libres albedríos. Unos venezolanos angustiados e impotentes que sienten
como la esperanza de sus vidas se reducen exponencialmente ante la ignominia y
sordera de unos poderes públicos sumisos e irresponsables.
El otro, el país pequeñito,
representando por los que gobiernan y por los que aspiran a serlo, concentrados
en una lucha donde el debate se reduce fundamentalmente al poder y al relevo de
gobiernos.
Entretanto, casi 30 millones
de venezolanos se impacientan porque los acuerdos no se materializan en la
solución de la conflictividad de poderes menos en la estrategia cómo van a
atacar los desequilibrios económicos y sociales causantes de la desnutrición,
hambruna y pérdidas humanas.
No nos oponemos a la necesidad
estratégica de exigencia de cambio de gobierno y del modelo centralista y
autoritario; lo inaceptable e inhumano es tratar de hacer prevalecer lo
político sobre lo económico en las condiciones en que se encuentran las
comunidades.
Sí bien lo político es parte
de la solución de la crisis país, no es menos importante resolver lo económico
como prioridad, al cual hay que atender con carácter de emergencia, antes que
la crisis los desborde y superen en la conducción y control de la misma.
Las encuestas vienen reflejando lo que ellos no quieren reconocer y valorar, y
es que la inmensa mayoría de nacionales se están desencantados
progresivamente de los partidos, de los dirigentes y, lo más grave, de las
instituciones.
No se trata de un juego
de apuestas a vencedores o perdedores. De lo que se trata es de la defensa y
protección de los sagrados derechos a la vida, a la nutrición y
alimentación, a la seguridad de las familias sin distingo o preferencia alguna.
“Qué tu alimento sea la
medicina y que tu medicina sea tu alimento” Hipócrates.
Los domingos, 8 a 9 am, en ONDA
GLOBAL por www.onda973fm.com, Guayana
René Núñez
Presidente Ifedec, capítulo
Estado Bolívar
@renenunez51
elportachueloderene.blogspot.com
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