Por Nelson Freitez
Uno de los componentes
centrales del proyecto político bolivariano durante más de una década fue la
promoción de diversas organizaciones sociales de base en ámbitos territoriales.
Se pregonó el protagonismo comunitario y se privilegió el sujeto popular urbano,
por encima de otro laboral o campesino.
Multiplicidad de formas organizativas
se generaron tanto en ciudades como en centros rurales, para agrupar a vecinos,
mujeres, pobladores. Desde Mesas Técnicas de Agua y Energía pasando por Comités
de Tierra Urbana, Cooperativas y Consejos Comunales, fueron auspiciadas por el
gobierno nacional y los gobiernos estadales y municipales, el partido de
gobierno y una amplia gama de fondos de financiamiento.
Hasta el año 2006, fecha de
la 2da reelección presidencial, se mantuvo una creciente efervescencia en la
creación de una diversidad de formas organizativas de base territorial entre
los sectores populares, que llegaron a expresar cierta pluralidad presente en
las comunidades. Ya desde ese entonces se indujo a tales organizaciones a
promover la candidatura del Pdte Chávez a la reelección y a asumir abiertamente
roles proselitistas, lo cual fue excluyendo a quienes en las comunidades no
compartían esa opción política.En esos años comenzó la promoción de los
Consejos Comunales cuya función principal consistía en articular las distintas
organizaciones de base existentes en cada ámbito comunitario y coordinar
programas y acciones con entes estatales para resolver necesidades comunitarias
prioritarias. Llegaron a despertar una gran motivación entre sectores populares
y alcanzaron un importante crecimiento. Se les transfirieron recursos
financieros para la ejecución de pequeñas obras en sus comunidades y se
diseñaron mecanismos de control interno, que convirtieron la aspiración de
contraloría social de la comunidad al Estado, en autocontrol para rendirle al
Gobierno.
Desde los años 2009-2010 se
inicia la promoción de las Comunas, las cuales debido a razones que
abordaremos, evidentemente hoy manifiestan niveles de agotamiento en
participación comunitaria, baja realización en resolución de necesidades y una
alta dependencia de los entes gubernamentales y, en algunos casos, del partido
de gobierno.
¿Qué pasó con la promoción
gubernamental de la organización comunitaria de base? ¿Por qué sus resultados
son tan exiguos en términos de participación, incidencia, protagonismo real? En
primer lugar, por el carácter artificial, burocrático, impuesto de la
organización comunitaria; en la última década la organización fue tutelada,
orquestada y controlada por un ente estatal, un órgano militar o una instancia
del PSUV. Si no nacía así, posteriormente era cooptada por algún ente que le
manipulaba sus procesos internos.
En segundo término, el
diseño de una Comuna era tan complicado, pleno de funciones e instancias que en
ningún ámbito llegó a constituirse plenamente. Resumía roles normativos y
ejecutivos tan variados que saturaron a quienes decidieron emprender su montaje
hasta agotarse y decepcionarse ante sus limitados logros. Además, su constitución
se armó al margen del tejido social comunitario preexistente, superponiéndose
sin lograr expresar la múltiple y plural realidad comunitaria.
Una tercera razón está
asociada a la agudización de la crisis económica y social frente a la cual las
formas organizativas que el gobierno ha venido promoviendo no han podido dar
una respuesta masiva, suficiente, eficaz. Los entes comunitarios
prevalecientes, Consejos Comunales y Comunas, han sido rebasados por la
magnitud y velocidad del deterioro social y, pese a que el gobierno les ha
atribuido funciones en la distribución de alimentos, el déficit es de tal
proporción que terminaron atendiendo exclusivamente a las familias confesamente
identificadas con el partido de gobierno.
En última instancia, la
promoción de una organización comunitaria desde los cenáculos del gobierno y
del partido de gobierno, está determinada a crear entes apéndices que al no
tener vida propia y depender de dinámicas y recursos que emanan de quienes las
buscan controlar, no alcanzan sustentabilidad, van perdiendo legitimidad, se
van quedando cada vez con menor participación y no llegan a expresar ni
reflejar las motivaciones, aspiraciones y demandas de la población de la cual
supuestamente emanan. Hoy la organización comunitaria que el gobierno promovió
sobrevive con la misma precariedad de los recursos que el Estado cada vez menos
les transfiere. Esta es hoy su mayoritaria realidad.
25-11-16
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