Lester Toledo 14 de marzo de 2020
@LesterToledo
Llegó
el día que ninguno de nosotros quería que llegara, el día de la confirmación de
los primeros casos de Coronavirus en Venezuela, un virus que hasta el momento
ha generado casi cinco mil muertes en todo el mundo, más de 131 mil casos de
contagio en 117 países o territorios del mundo.
117
países afectados, pero que si los comparamos con una sola nación como
Venezuela, descubriríamos que el nivel de afectación que ha provocado este
virus en todo el mundo, es ínfimamente menor al deterioro que ha provocado en
Venezuela la plaga de Nicolás Maduro y el chavismo .
Veamos,
la fuerza letal del Virus Nicolás es mucho mayor y se propaga con mayor
potencia y rapidez que el COVID19; incide en la población sin hacer distinción
de edad, ni niveles; ataca a todos por igual, salvo al círculo corrupto y
privilegiados del régimen, aunque se ha determinado su preferencia por acabar
con los niños y los adultos mayores. A diferencia del COVID 19, no requiere del
contacto físico para ser contagiado y si para el virus foráneo se recomienda
lavarse bien las manos, en el caso venezolano, los agentes propagadores del
Virus Nicolás son los expertos, pero en lavarse las manos y sacudirse de
cualquier responsabilidad en la crisis que ellos mismo han provocado.
20
años sufriendo las consecuencias de esta plaga llamada chavismo y que según los
últimos datos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR),
ha generado la migración de más de 4.5 millones de venezolanos, cifra que se
proyecta para el 2023, que pueda ascender, según el FMI a 10 millones de
personas en tan solo tres años.
Un
mal que, de acuerdo al Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, ha
provocado que más de 2 millones de venezolanos sufran inseguridad alimentaria
severa. Con un consumo proteico tan bajo que ha derivado en que 21,2% de los
habitantes de Venezuela se encuentre subalimentado.
Hablamos
de un virus tan voraz que ha generado que 59% de los hogares venezolanos no
cuenten con ingresos suficientes para comprar comida, afectando a 2,8 millones
de personas que necesitan asistencia sanitaria, incluidos 1,1 millones de niños
menores de 5 años; a 7 millones que necesitan asistencia humanitaria, lo cual
representa al 25% de la población y a unos 4,3 millones de venezolanos que
necesitan asistencia en materia de agua y saneamiento.
Es
una lista interminable de males y daño provocada por el Virus Nicolás, que para
colmo de males, se empeña en negar y evadir su responsabilidad con mentiras y
manipulaciones, adjudicándole a las sanciones implementadas por Estados Unidos
la culpa del estado de deterioro y abandono en el cual han dejado a los centros
hospitalarios del país, cuando ya todos sabemos la verdad.
De
allí que no nos podemos confiar de un mentiroso compulsivo, porque además
estamos claros que lo que menos le interesa a Nicolás Maduro es la salud de los
ciudadanos, si no le ha interesado en 20 años, menos le va a interesar en estos
últimos días, todo lo que hace, lo hace para perpetuarse en el poder.
Por
eso sus últimas medidas, por eso la prohibición de concentraciones públicas,
una decisión que obedece más al miedo a la libertad y al cambio que al COVID19.
Maduro
sabe que el descontento y los deseos de libertad están allí, vivos, en el
corazón de cada venezolano dentro y fuera del país, y que no habrá virus, ni
excusas, ni prohibiciones, ni cárcel, tortura o censura que lo frene. Es allí
precisamente donde está la cura al Virus Nicolás, está en cada venezolano que
reclama por su situación, por los servicios, por la comida, por la libertad y
por el retorno de la democracia.
El
Coronavirus es una realidad que ya llegó al país con las peores condiciones
para contrarrestarlo, mientras los venezolanos no les quedará otra opción que
tomar sus propias previsiones y encomendarse a Dios, porque sabemos que ni
Delcy, ni Maduro harán nada para salvarlos.
Lester
Toledo
@LesterToledo
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