Luis Ugalde S.J. 23 de noviembre de 2020
Me
preguntan si voy a participar en la Consulta Popular constitucional (art.70)
organizada por nuestra oposición democrática del 7 al 12 de diciembre,
inmediatamente después de la farsa electoral del 6D montada por la dictadura.
Hasta ahora no he querido manifestarme e incluso he evadido invitaciones a
programas de radio porque consideraba que como sacerdote no debía recomendar
opciones partidistas. Pero cada día que pasa veo que no es parcializarme, sino
apoyar el fundamental derecho a la vida de los venezolanos gritando contra el
crimen institucionalizado que está matando al país.
Dramática
necesidad de cambio. Raro es el venezolano que no esté sufriendo esta pobreza
generalizada y que no sienta el cambio como una necesidad vital para recuperar
la esperanza. Cambio de esta destrucción nacional. Solo una pequeña cúpula de
lo que queda del chavismo degradado en madurismo está empeñada en perpetuarse
con represión dictatorial y propaganda de éxitos imaginarios. Destaca el
desprecio total a lo que sensatamente dicen y aconsejan las universidades,
academias e iglesias y a lo que sufren trabajadores, familias, empresarios,
jóvenes, presos políticos, exiliados, desempleados y los que sobreviven con las
escuálidas cajas CLAP.
Pasan
los meses y avanza la pobreza, se deterioran los servicios públicos vitales, se
expande el hambre, se envilecen los pocos bolívares que quedan, mueren las
instituciones, mientras la dictadura se va apoderando de todo, y se va
endeudando por completo. Destrozada la industria petrolera y sus derivados
-fuente casi exclusiva de divisas- todo aumento en bolívares se hace con
“dinero inorgánico”, combustible para el fuego de la inflación. Es el círculo
infernal del empobrecimiento del país, sin trabajo, sin producción, sin
alimentos y sin ética para eliminar el “matraqueo” y el abuso. Todo el sector
público, incluidos los generales, están sometidos a salarios de hambre. No hay
gasolina para transportar alimentos, ni comida en los cuarteles, ni ingresos
para cientos de miles de educadores en pobreza. Necesitamos un cambio urgente y
paso a la transición democrática.
La
burla de las parlamentarias precocidas
Pues
bien, la dictadura está haciendo todo lo contario de lo que necesitamos y se
atrinchera para resistir, reprimir y anular el poder ciudadano. Eliminó la
Constitución, eliminó la elección presidencial legítima, inventó una Asamblea
Nacional Constituyente, no para hacer una nueva Constitución sino para someter
la que tenemos y anular cuando les convenga todo poder constituido y toda
acción y decisión de la Asamblea Nacional legítima. El Poder Judicial,
arrodillado ante el Ejecutivo, elimina toda decisión de la AN. Esta prolífica
creatividad dictatorial recientemente ha inventado una ley constitucional
“antibloqueo”, también supraconstitucional para deshacer y hacer lo que quiera
la dictadura arbitrariamente sin información ni autorización, a escondidas del
“pueblo soberano”.
La
votación del 6D tiene como objetivo eliminar el último reducto de poder
legítimo, hacer desaparecer al molesto Guaidó, mundialmente reconocido como
Presidente encargado “mientras se elige y toma posesión el nuevo
Presidente" (art. 233).
El
régimen ha organizado el 6D para reforzar ese cuadro y cerrarlo contra todo
cambio democrático. En su locura hasta puede querer dar pasos funestos para
inventar el “estado comunal", también anticonstitucional. La dictadura
está haciendo todo lo posible para obligar con amenazas a votar el 6D. Con lo
cual el hambre y la miseria serán mayores en Navidad y el 2021 no será “año
nuevo vida nueva”.
Consulta
y mandato ciudadano
Nuestra
consulta no es para averiguar el ya conocido rechazo al régimen. Es para que el
mundo y nosotros mismos nos escuchemos en un sí rotundo y unitario al cambio.
Estas
son las preguntas:
1)
¿Exige usted el cese de la usurpación de la Presidencia de parte de Nicolás
Maduro y convoca la realización de elecciones presidenciales y parlamentarias
libres, justas y verificables?
2)
¿Rechaza usted el evento del 6 de diciembre organizado por el régimen de
Nicolás Maduro y solicita a la comunidad internacional su desconocimiento?
3)
¿Ordena usted adelantar las gestiones necesarias ante la comunidad
internacional para activar la cooperación, acompañamiento y asistencia que
permitan rescatar nuestra democracia, atender la crisis humanitaria y proteger
al pueblo de los crímenes de lesa humanidad?
Sin
duda mi respuesta es sí, sí y sí. Cerca de 20 millones (dentro y fuera del
país) darían la misma respuesta si hubiera libertad. Pero la dictadura hará lo
posible para impedirla con control comunicacional, desinformación y amenazas
con perder bolsa, trabajo y carnet de la patria. No seamos ingenuos discutiendo
como si estuviéramos en democracia libre. Los partidos están perseguidos con
muchos dirigentes en el exilio, en la cárcel o escondidos de la persecución; y
la sociedad civil está agobiada y dispersa. Pero aun así vale la pena
organizarse y responder dentro y fuera del país y que decenas de ciudades en el
mundo sientan vibrar a los venezolanos por su libertad y democracia. Un buen
porcentaje de ese inmenso pueblo doliente logrará vencer los obstáculos y
responder a la consulta con un rotundo SÍ.
Por
eso es un triunfo lograr la suficiente información, unidad y organización para
responder a la Consulta y decir al mundo y a nosotros mismos lo que significa
la farsa del 6D. Ya la Unión Europea, el Grupo de Lima y el Gobierno saliente y
entrante de EE.UU. se han manifestado frente a la farsa. Ahora los venezolanos
unidos tenemos que decir que la esperanza de Venezuela está en elecciones
libres y en la inevitable negociación-transición para que renazca la vida con
reconstrucción productiva y democracia reconciliada abierta a todos.
Luis Ugalde S.J.
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