Carolina Alcalde 29 de noviembre de 2020
@caroalca
En
Venezuela se acentúa la indignación tras las declaraciones del gobierno de
Trinidad y Tobago sobre el caso de deportación de migrantes venezolanos.
La oposición venezolana repudió las recientes
declaraciones del gobierno de Trinidad y Tobago tras la
deportación de 29 migrantes, entre ellos 16 niños, que posteriormente
fueron devueltos a la isla por orden de un tribunal trinitario.
El presidente interino, Juan Guaidó, afirmó que,
aunque es comprensible la situación que puede estar atravesando Trinidad y
Tobago en medio de la pandemia, insistió en que no es excusa para maltratar a
16 criaturas.
“El principal responsable también de los migrantes es
(el presidente en disputa) Nicolás Maduro, no son los venezolanos, víctimas que
hoy lamentablemente están en situación de refugio, de ninguna manera
responsables de la situación. Señale con fuerza entonces a un gobierno que
usted aparentemente reconoce”, dijo el presidente encargado de Venezuela.
Por su parte, Carlos Valero, miembro de la Comisión de
Política Exterior del parlamento, condenó las declaraciones del ministro
de seguridad trinitario, Stuart Young, quien dijo que quien entre a su país de
manera ilegal es “indeseable” y amenazó con deportar a cualquier venezolano con
status legal que ayude a otros a ingresar ilegalmente.
“Estas declaraciones son profundamente inhumanas y
rayan incluso en el fascismo”, dijo Valero.
El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley,
señaló al secretario general de la Organización de Estados Americanos, OEA,
Luis Almagro, de “desencadenar y alimentar la actual situación venezolana” y
aseguró que le declararon la “guerra” a su país por no haberse unido al
gobierno de Estados Unidos para, según dijo, “forzar un cambio de régimen en
Venezuela”.
En ese sentido, dijo que se encuentran bajo “asalto”,
utilizando personas “armadas con niños inocentes”.
Más de 72 horas después del incidente, sin precisar
detalles, Jorge Arreaza, canciller del gobierno en disputa, anunció que
convocaron al gobierno trinitario a lo que calificó como “una necesaria reunión
de trabajo”.
En dos lanchas, las autoridades trinitarias deportaron
el domingo 22 de noviembre a un grupo de migrantes venezolanos que habían
llegado a la isla la semana anterior. Ese mismo día, la justicia local
determinó su regreso tras una solicitud de sus defensores.
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