Editorial
El Nacional
Cómo se le puede llamar
a un régimen que arremete en contra de organizaciones no gubernamentales que se
han encargado por años de alimentar a niños y madres con pocos recursos y en
riesgo grave de desnutrición. Qué calificativo merece una cúpula mandante que
niega recursos a la población vulnerable, aunque vengan del exterior.
Por más que se busque
en el diccionario, no hay adjetivo con una carga lo suficientemente negativa,
desagradable o nefasta para bautizar al mandante y su camarilla ante esta nueva
acción en contra de los niños que padecen las peores consecuencias de la crisis
humanitaria. Y son doblemente culpables, porque se han encargado de quitarles
el pan de la boca dos veces. La primera, cuando destruyeron la economía del
país, que si bien no era perfecta, no tenía entre sus indicadores más de 90% de
pobreza.
La segunda la vienen
aplicando desde el 20 de noviembre, cuando decidieron hostigar y perseguir a la
gente de Alimenta tu Solidaridad y Caracas Mi Convive. Les cerraron las cuentas
bancarias, con lo que hacen completamente imposible la compra de insumos para
preparar las comidas de cientos de niños que ahora pasarán hambre.
El que quiera pensar
que no es posible tanta maldad que lea el comunicado de estas ONG para que se
den cuenta de que no hay otra explicación. El régimen decidió exterminar al
venezolano, son crímenes de lesa humanidad sin balas y sin tortura, pero
crímenes que atentan contra el sagrado derecho a la vida de miles de niños y
madres.
Más de 3.000 líderes
comunitarios de estas organizaciones alimentaban diariamente a 25.000 niños en
14 estados del país. El mandante mandó a cerrar las cuentas de 239 comedores.
El programa se inscribía dentro de Plan de Respuesta Humanitaria de las
Naciones Unidas y de allí obtenían su financiamiento.
A estos niños y sus
madres les están quitando la única comida que hacen al día de lunes a viernes.
Eso es un crimen masivo imperdonable y sin justificación alguna, porque nadie
en el régimen es capaz de poner en marcha un programa tan organizado como el
que desarrollaban estas organizaciones sin fallar ni un solo día.
¿Qué es lo que
pretenden con estas medidas? Como las madres de estos niños no van a obtener
respuesta a esta pregunta, es mejor preguntarse cuáles serán las consecuencias
inmediatas de lo que ha hecho el régimen con los programas de Alimenta tu
Solidaridad y Caracas Mi Convive. ¿Qué va a pasar con esos 25.000 niños?
Perderán la oportunidad de vencer el monstruo de la desnutrición, se les
acabará la esperanza de crecer y cumplir sus sueños.
¿Hay más maldad que
esa?
27-11-20
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