Miguel Ángel Rodríguez 19 de noviembre de 2020
@MiguelContigo
Inexorable, el tiempo nos lleva a empujones hacia el 6
de diciembre. El régimen nos quiere llevar a una supuesta elección
parlamentaria. Organizaciones de la sociedad civil nos invitan hacia una
Consulta Popular.
En la ruta del régimen concibo a personas y grupos
que, si bien antes fueron ocupantes de nuestras naves en la lucha por la
libertad, ahora, por diverso tipo de trámite, han decidido formar parte del
tablero de un juego en el que siempre el ganador será el mandón de Miraflores.
Perdón, por si se ofenden.
En la ruta hacia la Consulta, lamentablemente, aún no
podemos contar a valiosos actores, que de pronto parecieran más inclinados a
que la inercia nos lleve a una suerte de "punto muerto", del cual
algún plan pudiera convertir a alguien en líder de una nueva etapa,
concediendo, eso sí, las victorias planificadas por Maduro para este tiempo,
sobre la mayoritaria esperanza y demanda de cambio de una población
hundida en gran tragedia humanitaria.
Conocemos, hemos vivido y hasta hemos sido víctimas de
algunos comportamientos de compañeros del estamento partidista opositor. Es
decir, que hay asuntos, muchos, por corregir; pero hoy mismo, el principal, por
insólito, es el de la falta de unidad para seguir dándole batalla al régimen
hasta derrotarlo.
Es como si por este problema, en vez de disputarlas,
se le entregaran territorios enteros al enemigo más grande que haya tenido la
libertad, la paz, la honestidad y en suma cuenta, la auténtica venezolanidad.
"Ellas y ellos" se mantienen de espalda a la
Consulta Popular
Nombres grandes, que tienen en su haber luchas por las
que agradecerles tanto, nombres de ellos y de ellas, no deberían quedar en el
título de una historia en la que a la sociedad civil le habrían abandonado,
cuando incluso colocando por encima de los pleitos internos, el objetivo
supremo de vencer a la tiranía, los invitaron a que unieran sus liderazgos en
este desafío a la maldad, llamado Consulta Popular.
Viniendo de un verdadero líder que quiera a su pueblo,
es casi un insulto ignorar el esfuerzo que hacen grandes personalidades de este
país, muchos de ellos integrantes de la gran reserva moral, muchos de ellos
reenergizando su ser, a pesar de edades y tantas experiencias, para no
entregarle su patria al enemigo, y para darle la voz y el mando a la
ciudadanía, que tiene en la Consulta el poder soberano de ordenar el cese de la
usurpación y gritarle al mundo libre que aquí se sigue de pie, pero se necesita
su concurso, más determinante.
Los hemos visto, a esas grandes señoras "Blancas
Rosas Mármol" y a esos grandes señores "Enriques Colmenares",
dar la pelea, armando equipos en todo el país y apoyados en otros ilustres
personajes de la sociedad civil en el exterior, para construir el bombazo de la
Consulta Popular de, que bien puede romperle la mandíbula al animal feroz que
contra nosotros lanza Nicolás Maduro este 6 de diciembre.
¿Hasta cuándo van a demorar su incorporación a la
batalla de la Consulta Popular, ellos y ellas, de los grandes nombres, a los
que hemos querido tanto, con la excusa de que este evento es una treta de
Guaidó?
¿Es que no han visto, no solo los nombres y
trayectorias de los miembros del Comité Organizador, sino además de los
integrantes del Alto Consejo Ciudadano de la Consulta Popular?
¿Es que en verdad creen que Juan Guaidó tendría la
posibilidad de convertir a tan importantes personalidades de todos los sectores
de la vida nacional, es unos imbéciles títeres?
Afinan unas preguntas más enérgicas y claras para La
Consulta Popular
En esta misma hora, para quien no se haya enterado, en
más de 100 países, y en todos los estados de Venezuela, los integrantes de esta
indómita sociedad civil que le da batalla a la dictadura con la Consulta
Popular, deliberan sobre la cuestión de las preguntas, llamando a capítulo a
los partidos políticos que decidieron acoger la idea de este fuerte ejercicio
de soberanía, y que desde la Asamblea Nacional habían acordado dos
interrogantes.
"Más directo, más claro, que no haya duda de que
esa consulta es para sacar a la dictadura y que luego podamos organizar unas
elecciones presidenciales libres. Que no haya duda de que le diremos firmemente
a la comunidad internacional que nos acompañe mejor en esta lucha que tenemos
por la libertad de Venezuela", me dijo un General de Brigada, miembro del
Alto Consejo Ciudadano de la Consulta Popular.
"Ellas y ellos" siempre han estado alineados
en esos propósitos. Imaginamos lo valioso que sería, no solo la incorporación
de sus nombres a una campaña que se haría mucho más vigoroza y tendría esa gran
impronta de unión nacional, sino al asunto mismo de reconstruir las preguntas
para que sean un torrente de energía que mueva el entusiasmo de todos.
Sabemos bien a quienes referimos al mencionar lo de
"ellas y ellos", apartados todavía del torrente ciudadano que
apalanca la Consulta Popular y una legión de dirigentes partidistas que se han
lanzado a la calle con le campaña "Venezuela Alza la Voz contra
Maduro". Nadie obliga a nadie, pero sin duda que conociéndoles, puede
esperarse que en los próximos días abandonen su insólita posición.
Los señores obispos aún en silencio frente a la
Consulta Popular
Referimos a otros muy importantes actores, a los que
del "yo pecador", habría que recordarles que se peca por pensamiento,
palabra, obra y omisión.
Ha sido reconfortante ver en el Alto Consejo
Ciudadano, el nombre del Obispo Emérito de Los Teques, Monseñor Ovidio Pérez
Morales. Y también ha sido duro saber que está allí en representación de su
propia persona y no como quien represente a la autoridad de la Iglesia
Católica.
También con el debido respeto, el que a estas alturas
los líderes de la Conferencia Episcopal no se hayan pronunciado en favor de la
Consulta, es tan insólito, como contradictorio con la firmeza y determinación
que han mostrado en favor de la libertad y los derechos humanos de los
venezolanos, y más, durante los últimos 21 años.
En su último documento, con determinación calificaron
de inmoral, plantear y acompañar, el evento montado por Maduro para el 6 de
diciembre, dado que carece de las más mínimas condiciones y garantías, y más
bien empeorará la crisis política venezolana con la consecuencia del
agravamiento de la tremenda crisis humanitaria.
Pero también los obispos insistieron en la idea de que
frente a esa inmoralidad, abstenerse no basta. Entonces, si es la Consulta
Popular una alternativa a no quedarse de brazos cruzados ¿cómo pueden
justificar los obispos su abstención en esta gesta ciudadana?
No hay cómo rebatirla en cuanto a su legalidad, en
cuanto a su poder vinculante, en cuanto a lo que podría ser su impacto
político, y en cuánto a ser un enérgico modo de transformación por vía pacífica.
¿Qué más hace falta para que nuestros beligerantes obispos acompañen la
Consulta Popular?
La de 2017 y la de 2020 no son la misma Consulta
Popular
Una cosa es discutir y hasta concluir que la mayoría
de los líderes político partidistas, no dieron el paso adelante que marcó la
Consulta del año 2017; y otra muy distinta es tratar de justificar una inacción
hoy, diciendo que no hay cabida a nueva Consulta, porque ya se hizo en aquel
año. ¡Eso también es insólito!
Primero, porque no había tal apoyo abierto de tal
número de países, a los que esta Consulta envía un mensaje mucho más claro y
trascendente.
Segundo, porque no estaba presente, al grado que
alcanzó luego de enero de 2019, el mal de la usurpación en la Presidencia de la
República y, en consecuencia, la enorme ola de desconocimientos y condenas
internacionales que hoy tienen "contra las cuerdas" al régimen.
Tercero, porque lo que antes era una crisis
humanitaria, ya es una catástrofe, y si el bravo pueblo de Venezuela determina
librarse del yugo, mal pueden sus líderes, políticos, religiosos, de toda
índole, abandonarlo.
Alguien dijo de la Consulta, desde la Conferencia Episcopal,
que para qué preguntar lo que ya está respondido; y nosotros por estos días nos
respondíamos que aquello era como plantearnos, para qué rezo el padre nuestro,
si ya me lo sé. Y, perdón, Padre Nuestro, por tomar este ejemplo.
Los "caritativos" que se hacen los locos con
La Consulta Popular
Lo más insólito, es que por querer pasar por alto este
llamado a vigorizar La Consulta Popular, algunas autoridades políticas tratan
de lavar su pecado, por ejemplo, mostrándose muy activos en darle una caridad a
los sufridos caminantes que surcan nuestras vías rumbo a la frontera.
Los señores gobernadores y alcaldes de la oposición
democrática venezolana, en su mayoría, guardan un ensordecedor silencio frente
a la Consulta Popular. Ocupan su tiempo en las menguadas caridades que les es
posible ofrecer. ¿Acaso es que ya no están de acuerdo con la sentencia de que
si el régimen conserva su poder, el sufrimiento del pueblo será cada vez mayor?
Esta es la hora que vivimos, sin nada en el horizonte
más que la Consulta Popular para que la inmensa mayoría de los venezolanos, en
su patria y en el mundo entero, no solo alcen la voz, sino que ordenen desde su
potente soberanía, el fin de la opresión y el auxilio del mundo. Cada quien
decidirá si está en la lucha, o se mete y se queda en "lo insólito".
Miguel Ángel Rodríguez
@MiguelContigo
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