Por Manuel Bermúdez Romero, 02/07/2013
Constantemente aparecen en los medios de comunicación
venezolanos declaraciones o comentarios referidos a hechos que abren
interrogantes, pero que no abundan, no van al fondo del tema o no tienen
continuidad.
Una declaración o comentario falso después de divulgado
se asentará como verdad si no encuentra a un profesional que investigue
periodísticamente la veracidad o falsía de su contenido.
Usualmente declaraciones sin sustento que se echan a
rodar, crecen mentirosas y se convierten en verdades del tamaño de una montaña
porque, siendo infundadas, se les repite hasta hacerse certidumbres.
Por otra parte, más devastador que las afirmaciones sin
demostración, es la desinformación planificada por los medios de comunicación
del estado venezolano que no sólo divulgan falsedades y desechan información
independiente, sino que fabrican mentiras, mientras buena parte de los medios
privados no tiene recursos para investigar o se hace de la vista gorda.
Entonces, van unas preguntas.
¿Es verdad que sectores petroleros venezolanos en
Colombia financiaron la campaña presidencial de Capriles, específicamente la
empresa Pacific Rubiales? Tiene certeza José Vicente Rangel
cuando afirma que se compran aviones para dar un golpe en Venezuela. ¿Cuál es
la contraprestación que piden los supuestos golpistas? ¿Todo es una mentira
colosal? Puede asegurarse que Rangel es un
bribón. ¿Quién ha comprobado y ha hecho público que Rangel es un bribón? Sobre
el tema petrolero-golpista, para mayores males, Henrique Capriles Radonski en
lugar de ofrecer un desmentido contundente, responde con otra de susnaderías.
Por supuesto, lo de los aviones de guerra es una
fruslería comparado con la entrega consumada de Venezuela a los Castro,
acontecimiento que por sí mismo puede dar pie a una rebelión y ante el que
Rangel mira a otro lado. El periodismo para que sea objetivo tiene que ser
independiente.
¿Qué medio de comunicación se ha dado a la tarea de
corroborar si es cierto que Eveling de Rosales es una nulidad, y
ha verificado que pocos la quieren en el Zulia, donde supuestamente no vive,
pero Manuel Rosales y Un Nuevo Tiempo la imponen?
Las afirmaciones que se han hecho sobre el tema…
¿no son ciertas? Está Juan Pablo Guanipa diciendo toda la verdad. ¿Por qué
tiene Maracaibo que aceptar las arbitrariedades de un partido político que
actúa allá como el PSUV en Venezuela? ¿Se va entregar la alcaldía de Maracaibo
a los rojos por el capricho nepótico de otro dirigente ignorante creído un
iluminado?
¿Son ciertas las afirmaciones que hizo María Corina
Machado en la conversa privada con el historiador Germán Carrera Damas?
Después de hacerlas públicas, qué más hemos sabido. Será verdad que su imagen
salió fortalecida y por qué. ¿Cuáles son los motivos del parcial silencio
periodístico formal frente a temas tan vitales? Es más importante criticar lo
que sabemos de sobra respecto de la malevolencia chavecista, que determinar el
alcance de lo que ella dijo. Proponerse determinar ese alcance no es de ningún
modo la justificación del abuso que constituye grabar una conversación privada
y violar la intimidad de esas personas, práctica estimulada nada menos que por
el Ministerio de la Comunicación e Información.
¿Qué importancia tiene la nacionalidad de Maduro si per
se es ilegítimo y continúa pendiente comprobar con hechos y respaldos
demostrativos “el carácter corrupto personal” del difunto Hugo Rafael Chávez
Frías? ¿Son ciertamente corruptos Pablo Pérez y Henrique Salas Feo? Son
tres temas esenciales que deberían investigarse, bien para confirmarlos e
informarlos a la opinión pública o para denunciar con pruebas la mala entraña
oficialista u opositora que los acusa.
Mientras éstos y varios otros temas no se clarifiquen
continuamos sometidos al predominio del rumor basado en afirmaciones sin fuente
por sobre la información bien documentada, continuaremos llevados al garete por
algún periodismo cercano a lo chismográfico o manipulador, según de donde
provenga, siendo ése el mismo que practica José Vicente Rangel, mientras cada
uno de nosotros vive un país que no sabe adónde va y no tiene brújula.
Desconocer qué rumbo lleva Venezuela, pauta la muerte de
la civilidad, de la estabilidad, de la armonía, de la convivencia, del
equilibrio psíquico colectivo, de la nacionalidad que nos arrebatan. Y dispara
el desespero. El cambio tiene que ser radical.
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