Por Jesús Alexis González,
19/07/2013
Discurrir sobre el interés subyacente de Venezuela por ingresar—como en
efecto logró—al Mercado Común del Sur (Mercosur) obliga, por una parte, a
ponderar sobre la inconveniente
salida del país en 2006 de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), bajo el
argumento que Colombia y Perú tenían la intención de firmar—como en efecto
sucedió—tratado de libre comercio con EEUU, e inclusive en junio de 2012
crearon con Chile y México la Alianza del Pacífico; es de recordar que
Venezuela en la CAN, con la presencia de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú,
alcanzó balanzas comerciales superavitarias
de forma continua; lo cual no impidió que desde 2004 procurara un acercamiento con Mercosur. Por otra parte, ha de
juzgarse nuestras reales posibilidades de alcanzar en Mercosur la
interdependencia y complementariedad económica con el resto de los países
miembros; comportamiento que estará monitoreando permanentemente por el bloque a la luz del crecimiento económico que
experimente, lo cual ha de inducir drásticos
cambios en su actual política económica que pone énfasis en el denominado
Socialismo del Siglo XXI, en abierta contradicción con los principios de libre comercio que enarbola Mercosur. A tenor de lo
expuesto, puede inferirse la poca importancia que estaría prestando Venezuela
al hecho económico-comercial, ya que el sólo retiro de la CAN afectó las
exportaciones no petroleras y la diversificación de la economía.
Interés ideológico: La incorporación de Venezuela (luego de haber suscrito el 04/07/2006 el
Protocolo de Adhesión) enfrentó la resistencia de Brasil y Paraguay alegando dudas de su comportamiento en
relación al libre comercio; distinto a Uruguay (1,2% de la población) y
Argentina (14,9% de la población) quienes ratificaron el Protocolo el 11/2006 y
12/2006 respectivamente; mientras que el Senado de Brasil (70,6% de la
población) lo ratificó tres años después
(12/2009) luego de soslayar la opinión referida a que Venezuela (10,8% de
la población) pese a ser democrático en su origen, exhibía una actitud
personalista y autoritaria en su desempeño a lo interno y una retórica
nacionalista e intervencionista a lo externo. El Senado de Paraguay impidió por
mucho tiempo la ratificación de Venezuela como miembro pleno (es obligante el
voto favorable de todos los países
miembros) por considerar que su Gobierno mostraba una falta de democracia; impedimento que giró “sorpresivamente”
luego que el 29/06/2012 Mercosur resolvió la suspensión de Paraguay bajo la tesis que el 22/06/2012 (¡6 días antes!) se había suscitado un “golpe de Estado parlamentario” ante la
destitución del Presidente con una votación 39 a 4 en total legalidad constitucional; facilitando que el
30/07/2012 (¡un mes después!) se
reunieran en forma “plena” para aprobar la incorporación de Venezuela, lo cual
se llevó a cabo el 12/08/2012 (¡ a 6
años de haber suscrito el Protocolo!); momento que en opinión de expertos prevaleció lo político sobre lo jurídico, afirman
igualmente que su ingreso era para impulsar el izquierdismo en la integración del sur.
Interés comercial: Venezuela dentro de Mercosur redunda en obvios beneficios para Brasil y
Argentina, ante el aumento en su intercambio comercial gracias a la
incorporación de un mercado con alto poder de compra y marcadamente dependiente de las importaciones; siendo que en Venezuela
en 2012 más del 14% de las importaciones totales se vinculó con alimentos (del total importado de Mercosur más
del 52% correspondió a alimentos). Es de
resaltar que en el periodo 1999-2010 las importaciones venezolanas desde el
Mercosur se situaron en unos $ 35.000
millones y en 2011 se ubicaron en unos $
4.500 millones; mientras que sus exportaciones no petroleras se ubicaron en
unos $ 2.000 millones (1999-2010) y
en $ 370 millones en 2011, escenario
donde la participación privada fue de un 52%. En cuanto a la Inversión Extranjera Directa hacia
Mercosur, en 2012 se situó en $ 84.022
millones, participando Venezuela con 3,8%;
Brasil con 77,7%; Argentina con 14,9%; Uruguay con 3,3% y Paraguay con 0,3%.
Finalmente, hemos considerado pedagógico no expresar reflexión alguna
como respuesta a la interrogante formulada como título del presente artículo, dejando el espacio para el criterio
individual.
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