Freddy Paz 11 de diciembre de 2016
@freddyspaz
Como
si fueran pocas las penurias que vivimos los venezolanos por estas fechas,
debemos ahora sumarle lo que pareciera ser la irremediable destrucción de
nuestro signo monetario.
No muy
buenos presagios traía aquella “reconversión monetaria” de nuestra moneda
nacional por el llamado “Bolívar fuerte” de la revolución por allá por enero
del 2008.
En
aquel entonces por la vía de decreto presidencial se le quitaron tres ceros a
la unidad monetaria, creando el debilitado Bolívar fuerte que circula hoy en
nuestras manos y que según el Ministro de Finanzas para la época, Rodrigo
Cabeza se buscaba “ganar la batalla por la estabilidad de precios”.
Ya
para aquellos años se manejaba una tasa de inflación que rondaba el 17% y era
ya la más alta de la región. Lo único cierto es que según cifras de FMI
Venezuela podría cerrar el año 2016 con más de 500% de inflación y una
contracción económica de -8% lo cual deja en evidencia el fracaso del modelo de
controles de la economía nacional y con una alarmante predicción para el 2017,
la inflación podría llegar a superar el 30% mensual en los primeros meses del
año entrante.
Pero
lo único que hizo la reconversión monetaria fue quitarle tres ceros al Bolívar.
Es decir un dólar en el mercado negro hoy cuesta más de 4.000.000,00 (así,
cuatro millones) de los bolívares de antes. Cuando Nicolás Maduro llego a
Miraflores el dólar se cotizaba cerca de 25 bolívares fuertes, o lo que es
igual a 25.000,00 de los bolívares de antes.
Además
con la aparición de los billetes de nueva denominación, los venezolanos nos
estamos actualizando a la verdadera situación inflacionaria del país, que los
expertos estiman que podría ser de aproximadamente un 16.000 por ciento en
estos últimos 8 años desde que el Bolívar fuerte entró en circulación.
Para
tener una pequeña idea de lo que pasa y de lo que está por venir, el nuevo
billete de 20.000,00 bolívares fuertes equivale a 20.000.000,00 de los antiguos
bolívares lo que prácticamente es poco menos que el salario mínimo de un
trabajador. En el año 2000 con esos 20.000 bolívares fuertes se podían comprar
diez apartamentos de 70 m2 en cualquier urbanización de clase media.
La
situación del venezolano pareciera ir en caída libre. No hay voluntad de
rectificación por parte de un Gobierno que es cada día más sordo y ciego ante
las necesidades del pueblo y que sólo pareciera tener voz para seguir
haciéndose escuchar por la vía del engaño, las promesas, las descalificaciones
y el discurso divisionista y beligerante con el solo propósito de aferrarse al
poder indefinidamente.
@freddyspaz
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