Por Jesús González Briceño, 11/12/2016
Otra comedia trágica y fascista del régimen
bolivariano es el cono de billetes de alta denominación de BS. 500,
1000 Y 5000 MIL con la finalidad de
solapar la hiperinflación que está socavando a
cifras inimaginables la capacidad
adquisitiva de nuestros habitantes y los
pocos turistas visitantes.
Pero la eliminación o anulación de los
billetes de cien bolívares en un plazo expedito de 72 horas, a partir del decreto
respectivo, es otra patraña gigantesca aduciendo
que han sido acaparados por comerciantes
, industriales , personas e inclusive fuera de nuestras fronteras cuando en realidad se trata de esconder la
hiperinflación existente y la falta de dinero efectivo para hacer frente a la adquisición de bienes y servicios que han elevado sus precios de más de dos mil % en los últimos tres años,
y en especial durante el presente, con una espiral inflacionaria creciente cada día, indetenible. El apremio
de reemplazar en poco tiempo los
billetes es para quedarse con el dinero no cambiado y aumentar la liquidez del
gobierno y empobrecer más a nuestros habitantes, ¡miserables son!
La gigantesca impresión de dinero inorgánico de billetes sin respaldo real no ha sido suficiente ante el
desmedido crecimiento de más cantidad de
dinero en efectivo para afrontar las compras, no solo de los bienes básicos de alimentación
y servicios esenciales sino también de
materias primas, bienes
intermedios y terminados reflejados
directamente en incremento hiperinflacionario de sus costos y precios.
Todo ello
forma parte de una gran farsa
como la GUERRA ECONÓMICA supuestamente desatada por el imperialismo, el dólar paralelo, por el acaparamiento y la especulación
de industriales y comerciantes para esconder el descomunal fracaso de un modelo económico comunista y de la práctica del robo de los enchufados y privilegiados del régimen, del despilfarro patente en proyectos de manufactura industrial, agroindustrial,
además de aniquilamiento de cientos y miles de hectáreas de tierras y fundos
productivos, de industrias y otras actividades extractivas estatales y
privadas, y de PDVSA que han sido quebradas o abandonadas y expoliadas, con graves disminución de la producción y
productividad nacionales.
Con la eliminación del billete de cien bolívares en forma apresurada, jamás visto en país alguno,
se pretende engañar incautos e
ignorantes que ahora pensarán que con pocos billetes podrán adquirir productos
sin darse cuenta que están comprando con
una inflación superior al 1000%, y es
por eso que están adaptando los
curricula de los
escuela, liceos y universidades, respaldada por una enorme campaña publicitaria en los medios radiotelevisivos e impresos, para lavar el cerebro de que es necesario reducir al máximo la calidad de vida de
nuestros habitantes, por aquello de que es malo
poseer riquezas, comer lo mínimo,
bañarse con una totuma, lavar la ropa en el río, no viajar dentro ni fuera del territorio nacional, no poseer
televisión por cable ni celular, y
vestirse y calzarse con harapos y
ropa vieja, como sucedió en las repúblicas soviéticas y actualmente en Cuba, mientras que los
jerarcas del gobierno y el mismo presidente
viven en la opulencia y viajan al extranjero para la compra de bienes
lujosos y hacer turismo, poseen
cuentas millonarias en dólares y euros, y costosísimas propiedades y comercios, mientras
nuestra población hace milagro para comer
y vestirse, imposibilitada de arrendar una vivienda
por los altísimos alquileres y mucho menos comprarlas por sus costos
prohibitivos.
Es necesario y urgente que nuestra población, hoy sumida en la peor pobreza y miseria de
nuestra historia, se dé cuenta de esta GRAN
ESTAFA que está viviendo y que empeorará
en estas navidades y el próximo año nuevo cuando su capacidad adquisitiva de los productos
básicos para vivir se incremente a
niveles inalcanzables que nos llevaran definitivamente a una situación
miserable e invivible y le secuestren
definitivamente sus derechos humanos
Tenemos los medios para poner fin a esta
bochornoso y cruel situación, y estamos todavía a tiempo de evitar que continúe este régimen mediante la protesta organizada
y firme, sin desmayo ni violencia, solamente haciendo acto de presencia y
denunciando al régimen en las calles, paralizando el país, sacrificando las
fiestas navideñas y de año nuevo, para que se
vayan definitivamente y den la oportunidad para que los venezolanos se
den un gobierno serio y responsable, que
acate la constitución y las leyes, y reconstruya el país con el esfuerzo
mancomunado de la mayoría de la población para retomar la senda del bienestar,
el progreso y la libertad que este
régimen perverso y criminal ha sustraído con fraude, hambruna, robo,
malversación y engaño.
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