Michael Penfold 26 de enero de 2019
La
decisión de Europa plantea unos dilemas reales para Maduro. En ningún momento
reconoce y tampoco le pide que “convoque” a elecciones como han afirmado
algunos pues no tiene esa potestad. Solo pide que “acepte” nuevos comicios.
Reconoce sólo a la AN como legítima y democrática.
El
dilema es el siguiente para Maduro. Si reconoce públicamente nuevas elecciones
competitivas, transparentes y democráticas acepta que no tiene legitimidad de origen.
Por lo tanto, frente a la falta absoluta les toca reconocer las decisiones de
la AN y su salida del poder.
Si no
“acepta” públicamente entonces la UE reitera su reconocimiento de la AN para
restaurar el orden constitucional y reconoce formalmente la presidencia
interina de Guaido. Se une así al Grupo de Lima, EEUU y otros países con todas
sus implicaciones de derecho internacional.
El
resultado de la decisión Europea es la misma aunque la forma es diferente. En
ambos casos, desconoce a Maduro. Sin embargo, si no “acepta” elecciones
competitivas pasa a reconocer la presidencia interina de Guaido de inmediato en
toda su extensión.
En
ningún caso, la UE estaría planteando que Maduro “convoque” elecciones ni que
se quede en el poder. La convocatoria solo lo puede hacer la AN conjuntamente
con la renovación de todos los poderes públicos, incluyendo el CNE.
Es por
ello que hoy, en el Consejo de Seguridad de la ONU, Arreaza en nombre de
Maduro, rechazó ferozmente y de plano la posición de la UE liderada por Francia.
Sabe que el resultado es el mismo (salir del poder) aunque ambas opciones
disparan procesos políticos diferentes.
Europa
actúa con mucha inteligencia diplomática y no están “comprando tiempo”. Si
Maduro lo rechaza, entonces la posición europea converge con la posición de
EEUU y el Grupo de Lima. Si la acepta, igual implica su salida del poder. El
círculo está cerrado internacionalmente.
Michael
Penfold
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