Miguel Méndez Rodulfo 28 de enero de 2019
En
este momento nos encontramos en las horas postreras de este régimen oprobioso y
tenemos la gran expectativa que caiga de un momento a otro. Dios así lo quiera.
Inteligentemente el Presidente Encargado Juan Guaidó está articulando una
estrategia muy creativa destinada a dar por terminada la macabra era del
chavismo. A medida que este período de la encargaduría transcurre,
caracterizado por el refinamiento de la táctica política y en tanto que Guaidó
no se siente en Miraflores, no pasará a ser el Presidente de la Transición,
algo que toda Venezuela anhela con ansia. Entonces debe comenzar un período de
esperanza, de grandes cambios, en que muchas cosas serán posibles.
¡Preparémonos a presenciar milagros! Habrá un gobierno inclusivo en alianza con
las demás fuerzas políticas lo que le dará un carácter férreamente unitario y
un Presidente, junto con el alto mando político, formulando lineamientos,
definiendo prioridades y solicitando ayuda al FMI, BID, BM países amigos y ONG
internacionales; en tanto que los técnicos se encontrarán gerenciando su área
de especialidad. Debe haber pocos ministros políticos (Relaciones Interiores,
Secretaría de la Presidencia) y los demás ministros deben ser técnicos
especialistas en las áreas que les toque dirigir.
En
este punto debo insistir, para que el gobierno sea más eficaz, que el Plan
País, no es un Plan de Gobierno sino un acuerdo para la transición, muy
conveniente, pero no suficiente ni efectivo para abordar este extremadamente
difícil tiempo de reconstrucción. Para ello hay que tener, sector por sector de
la gobernabilidad del país, un “Programa de Acciones Definidas” que aborde las
medidas específicas que corresponde tomar en cada área de especialidad para
reconstruir la infraestructura, los procesos, los equipos humanos, los
sistemas, la mística, la disciplina y la eficiencia, de manera de restituir la
normalidad operativa de la administración pública para volver a tener
gobernabilidad en el país.
En mi
experiencia, a menudo, los especialistas no entienden cuando se les pide
realizar un documento de transición para su sector, creen que deben hacer
propuestas o piensan que se trata de aspectos administrativos, como tener buena
gerencia, dar entrenamiento al personal, tener buenos salarios, etc. Si este
error se comete en la esfera de los técnicos, con más facilidad se puede
cometer en el mundo político. Equivocarse de escenario es algo que puede
ocurrir, pero que traería serias consecuencias. El caso es que es un error
detallar propuestas, cuando éstas no son viables de aplicar si no hay
condiciones para su implementación: si la infraestructura está destruida, los
equipos humanos casi no existen y se carece de normalidad operativa en la
gestión de la administración pública. Por ejemplo, para poner algunos casos: no
se puede comenzar por retomar la construcción del Tuy IV, intentar sustituir
los 5,5 MM de metros de tuberías del Acueducto Metropolitano que requieren ser
reemplazados; concluir Tocoma, iniciar el nuevo tendido eléctrico de 765 Kv que
viene de Guri; abordar la construcción de un nuevo mejorador de petróleo pesado
en Jose, plantearse la exploración de nuevas áreas prospectivas; acometer la
realización de grandes sistemas de riego, construir nuevos silos, etc. Sin
embargo, hay que tener claro que no iniciar tales obras no significa que las
actividades previas de planificación no se puedan comenzar; esto si se puede
hacer, porque es posible caminar y mascar chicle a la vez.
Aunque
la transición trata de reconstruir lo existente, no significa que no se pueden
iniciar nuevos proyectos, en una dimensión acorde a la recuperación de los
servicios públicos, los cuales atraigan inversión, generen empleo (en buena
medida de mano de obra poco calificada) y paguen impuesto. Estaríamos hablando
de suelo urbanizado, vivienda social, nuevas áreas de cultivos, obras públicas,
pesca, áreas de tecnología, etc. Pero sin duda, hay que agudizar la
creatividad, porque hay una serie de proyectos, relativamente fáciles de
iniciar, que generarían divisas, como por ejemplo exportar el coque de Jose,
permitir la exportación del gas de Perla, exportar plátano, ajonjolí, cacao
porcelana, exportar rones de categoría premium, etc. En el próximo artículo
expondremos ampliamente medidas específicas para la transición.
Miguel
Méndez Rodulfo
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