El Libero 28 de enero de 2019
El
Presidente encargado por la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, llamó
a Cuba a retirarse de las Fuerzas Armadas y de los puestos de toma de decisión
de su país. Esa salida podría darse de forma silenciosa. El periodista y
escritor cubano Carlos Alberto Montaner asegura que los cubanos tienen planes
para marcharse de Venezuela “todo lo ordenadamente que puedan hacerlo” y para
eso dice que han activado un “plan de contingencia”.
Es
bien conocida la cercanía que existe entre el régimen cubano y el chavismo.
Fidel Castro fue una figura clave para el regreso al poder de Hugo Chávez
después del Golpe de Estado del 11 de abril de 2002. Después de ese hecho la
relación de ambas naciones se estrechó aún más: entraron a Venezuela las
misiones de salud y deportivas; y es un secreto a voces la inserción de
oficiales cubanos dentro de los órganos de inteligencia venezolanos.
El
mismo Gobierno de Venezuela ha reconocido que desde la llegada del chavismo al
poder, en 1999, se contabilizaron más de 200.000 colaboradores cubanos
prestando servicio en ese país. El propio Presidente
encargado por la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, se
refirió a la presencia cubana en su país durante una rueda de prensa ofrecida
ayer.
“Es
hora de que salga Cuba de las Fuerzas Armadas”, dijo el parlamentario. “Es
hora de que los cubanos se retiren de los puestos de decisión. El hermano
cubano es bienvenido, somos solidarios con su lucha. Pero esto tiene que ver
con nuestra soberanía: no puede haber más cubanos en la FF.AA., ni en los
puestos de decisión”, reiteró.
El
periodista y escritor cubano en el exilio Carlos Alberto Montaner opina
que ese momento podría estar cerca, pero no por el llamado de Guaidó sino por
la misma jerarquía cubana: “Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel saben que
no pueden evitar la caída de Maduro, por eso han dado la discreta
orden de buscar una puerta de escape (…). La peor pesadilla de ‘los cubanos’ es
tener que enfrentarse a Estados Unidos”.
-Usted
escribió en Twitter que Cuba ha puesto a sus tropas en alerta. ¿Cuál es la
relevancia de la isla en esta crisis?
-Para
Maduro, “los cubanos” son su único punto de apoyo. No tiene el respaldo de los
militares, del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), de nadie, salvo de
“los cubanos” que han armado un aparato enorme de contrainteligencia para
sujetarlo en el poder. Escuchan y filman a todas las personas relevantes del
gobierno y de la oposición. No solo las actividades políticas. También sus
amantes y sus trampas. Esos son factores de extorsión. El núcleo duro
son unos tres mil cubanos, pero los otros anillos de control suman más de
cuarenta mil. La regla de oro aprendida del KGB señalaba que bastaba
el 0,5% para controlar cualquier sociedad. Para Venezuela harían falta unas
150.000 personas. Eso, claro, contando con que pueden matar o torturar sin
limitaciones, como hacían el KGB y la Stasi –órgano de inteligencia de la
República Democrática Alemana–. No obstante, Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel
saben que no pueden evitar la caída de Maduro, por eso han dado la
discreta orden de buscar una puerta de escape. A eso le llaman “plan de
contingencia”. La peor pesadilla de “los cubanos” es tener que
enfrentarse a Estados Unidos. Cuba no olvida el ridículo que hizo en
la isla de Grenada en 1983.
-¿En
qué consiste exactamente ese “plan de contingencia” de Cuba?
-En
caso de que se desmorone el poder que ejerce Maduro, y la autoridad se
fragmente aún más (por ejemplo, ya Maduro no puede romper relaciones con
ciertos países porque no le hacen caso), los cubanos tienen planes para
marcharse todo lo ordenadamente que puedan hacerlo. En una época
pensaban concentrarse en la isla de Orchila (zona de uso exclusivo militar) y
allí los recogerían varios barcos. El principal temor que tienen son
los colectivos –grupos civiles armados por el chavismo–. Solo
responden al jefe del grupo.
-¿Cuál
es la relevancia del apoyo internacional en estos casos? Considerando que al
menos 19 países lo han reconocido, pero otros como España o Portugal han
mostrado reticencias.
-El
reconocimiento de Estados Unidos, Inglaterra, Canadá y al menos 10 de los
países del Grupo de Lima, es clave. De ese respaldo depende que se desmorone la
dictadura de Maduro. Los representantes de España y Portugal en la
Unión Europea han votado contra Maduro como UE, pero como países han respaldado
la dictadura de Caracas. Pedro Sánchez está enfrentado con Felipe
González por ese tema. Sánchez se pliega a Pablo Iglesias -de Podemos-. El Instituto
Cato demostró que los países más represivos y desacreditados son los
que apoyan a Maduro. Contrastó la lista con la escala que propone y analiza el
Índice de Libertades. Rusia, China, Turquía, Siria, Bolivia y Nicaragua carecen
de democracia.
-Ecuador
y Haití votaron contra Maduro en la OEA. ¿Qué dice con respecto al modo en que
se están alineando los países por el caso Venezuela?
-A
Ecuador, más allá de los valores que comparte con las democracias, le sirvió la
votación para separarse más de Rafael Correa, hoy prófugo de la justicia
ecuatoriana acusado de corrupción. El caso de Haití es triste. La
pobreza de ese país lo obligaba a votar con el estómago. Ahora lo ha
hecho con los principios y Maduro, cruelmente, le cobrará la cuenta.
-México
y Uruguay son reticentes a reconocer a Guaidó, ¿eso resta fuerza al diputado?
-Le
resta alguna fuerza, sobre todo el caso de Uruguay, pero es abrumador
el peso de Chile, Argentina, Brasil, Colombia, Paraguay y el resto de las
democracias, incluidas Canadá y Estados Unidos. Era imposible lograr
la unanimidad. La oposición en Uruguay y México le está cobrando al gobierno
con creces.
-En su
opinión, ¿qué pasos deben darse para lograr una transición efectiva en Venezuela?
-Guaidó
y la Asamblea Nacional deben ocupar tanto espacio burocrático como
puedan. Es importante que Guaidó nombre su gabinete. Quien se
encargue de Relaciones Exteriores debe designar embajadores en todos los países
que los han reconocido. También crear un Consejo Electoral imparcial y creíble.
-Guaidó
tiene el respaldo ciudadano y de la comunidad internacional. ¿Cree que las
Fuerzas Armadas de ese país den el paso que falta?
-Supongo
que, eventualmente, lo darán. Los soldados y los oficiales medios pasan
tanto trabajo y padecen las mismas penurias que el resto de la sociedad. El
83,3% de la sociedad quiere quitarse a Maduro de encima. Esa proporción se da
en las FF.AA.
-¿Qué
opina de quienes dicen que fue una “auto-proclamación”?
-Que
se equivocan. Guaidó siguió de cerca la letra y el espíritu de la
Constitución. Ante la ausencia de una presidencia legítima ese rol
debía desempeñarlo el presidente de la Asamblea Nacional. Como suelen decir los
colombianos: “Le tocó el tigre en la rifa”.
-Los
países hablan de elecciones en 30 días más porque es lo que dice la
Constitución de Venezuela, pero no están dadas las condiciones para que eso
ocurra. ¿Cree que después de ese plazo la comunidad internacional le retire el
apoyo a Guaidó?
-La
manera de evitarlo es pedirle a la OEA que organice las elecciones. Almagro
es la salvación. Él puede tomarse el tiempo que necesite para depurar el
censo electoral y reclutar un Consejo Electoral justo y más allá de toda
sospecha.
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