El ministro de Asuntos Exteriores español, Josep Borrell |
El Mundo 25 de enero de 2019
Los 28 presionan con la amenaza de
reconocimiento a Guaidó si Caracas no mueve ficha inmediatamente
España apoya que la UE reconozca a Guaidó
si Maduro no convoca elecciones
La
idea está encima de la mesa, pero todavía no cerrada: si Nicolás Maduro no
convoca elecciones libres, justas y con todas las garantías en Venezuela en los
próximos ocho días, la UE reconocerá a Juan Guaidó como presidente legítimo y
su único interlocutor. Así lo ultimaron hoy los 28 en Bruselas tras comprobar
que el régimen bolivariano no tenía intención alguna de mover ficha.
La UE
se mueve despacio, defraudando siempre a quienes piden contundencia, inmediatez
y esperan grandes gestos. Prefiere llegar bien a llegar pronto, buscar salidas
a medio y largo plazo antes que seguir los impulsos y levantar muros. No es
fácil coordinar la voz de 28 Estados miembros con intereses, ideologías y
visiones muy diferentes, y lo ocurrido en Venezuela en la última semana es el
mejor ejemplo de ello. Los embajadores europeos discutieron hoy todas las
opciones en Bruselas, con tres posturas diferentes y en algún caso muy
enfrentadas. El Gobierno español, en la línea de otros países como Alemania,
Francia, Dinamarca o Reino Unido, se inclinan por reconocer al líder opositor
Juan Guaidó como presidente "interino" si Maduro no accede a la
petición de elecciones "libres e inmediatas". La convocatoria, que no
la realización, para la que se asume que será necesario cierto tiempo, tanto
por logística como para garantizar que de verdad sean justas para la oposición.
En
medio, quienes no quieren precipitarse y ven un error posicionarse en contra
del régimen. No porque simpaticen con el movimiento bolivariano, sino porque
temen que la polarización lleve a la violencia y una toma de partido en
Bruselas cree más problemas de los que solucione, dejando sin interlocutores a
los herederos de Chávez más allá de Irán, Rusia o Turquía. Por último están
quienes, como Grecia, se posicionan más cerca de Maduro que de Guaidó y no
quieren en absoluto forzar su salida, y por ello hacen todo lo necesaria para
retrasar, aguar e incluso bloquear decisiones que en último caso requiere
unanimidad.
España
lleva días en una posición nada cómoda. En cuestiones latinoamericanas es y
tiene que ser siempre quien marque el ritmo en la UE, por sus conexiones y por
sus intereses. "Es el único país en el que lo que ocurre en Venezuela es
política nacional", ha resumido hoy el ministro de Exteriores, Josep
Borrell. La posición de buena parte de los Estados miembros y de las
instituciones, reflejada en mensajes mucho más tajantes por parte de los
presidentes del Parlamento y del Consejo Europeo, es cada vez más firme. Pero
el Gobierno de Sánchez, al llegar a Moncloa, dio un giro a la dura posición
española y se decantó por el "diálogo y el compromiso" y no por la
presión y las sanciones como única vía a seguir. Así que se encuentra ahora con
la presión de tener que liderar con el ejemplo y las dudas internas sobre
"cuál debe ser la línea de un gobierno progresista", según explican
fuentes diplomáticas.
Por
eso el paso al frente de Guaidó cogió a Madrid con el pie cambiado y por eso se
ha visto una reacción de los 28 algo falta de reflejos. Se opta por una vía
intermedia, "prudente y sensata", según todas las fuentes
comunitarias y diplomáticas consultadas en Bruselas. Que refuerza el papel de
la Asamblea Nacional, insta a Maduro a no usar la violencia y, desde hoy, le da
una especie de ultimátum: una semana para convocar elecciones o resignarse al
aislamiento internacional.
En
realidad, las partes no tienen muy claro de hecho el siguiente paso. España,
entre otros, aboga por un comunicado que diga que tras esos ocho días la UE
"tomará medidas", mientras que otros prefieren un compromiso más vago
con la fórmula de "considerará otras medidas". La versión final verá
la luz en las próximas horas o días. Quizás después de que Naciones Unidas
aclare también su postura este mismo sábado. Un nuevo comunicado de la Alta
Representante para la Política Exterior, Federica Mogherini, más ambicioso que
el del pasado miércoles. No se espera sin embargo una reunión extraordinaria de
Ministros de Exteriores, como apuntó Borrell tras el Consejo de Ministros.
La
idea de forzar a los comicios llevaba desde el primer día en los borradores,
pero la resolución inicial a 28 fue esperar a ver qué pasaba en Caracas. La
violencia no se ha extendido al nivel que algunos temían, pero tampoco hay
intención alguna del Gobierno de dar marcha atrás. Por eso la UE está satisfecha
con una salida que ve coherente con su postura de siempre y que ofrece, a sus
ojos, más garantías que el choque directo. A pesar de las críticas recibidas y
las acusaciones de tibieza y dar la espalda al sufrimiento de millones de
ciudadanos.
España
se atribuyó hoy el "liderazgo" en todo el proceso y en esa idea en
concreto, pero Alemania y Francia habían verbalizado antes y más claramente la
estrategia, dejando en mal lugar al Ejecutivo de Sánchez, siempre un paso por
detrás de sus socios internacionales. En la rueda de prensa del Consejo de
Ministros, Borrell ha asegurado que en esos mismos instantes los embajadores
COPS (Comité Político y de Seguridad, como son conocidos en la UE), debatían
qué plazo dar a Caracas. Según indicó, existía una "mayoría por la
labor" pero que se trataba una vez más de mantener la unanimidad, una voz
única en política exterior. Borrell sostuvo que Sánchez ha hablado en las
últimas horas con cinco países europeos además de los tres iberoamericanos
-Colombia, Ecuador y Costa Rica- a cuyos presidentes vio en Davos para
justificar que es España quien impulsa la posición sobre Venezuela.
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