Ramón Flores 28 de enero de 2019
@liderhumano
“La
soberbia del hombre le abate Dios”, dice la Biblia, y sin duda que la
arrogancia de este régimen criminal que lidera Nicolás Maduro, que se burla del
sufrimiento de la mayoría del pueblo que muere de hambre y por falta de
medicinas, está siendo abatida por esos millones de venezolanos que se cansaron
de vivir en la miseria y que hoy reclaman un urgente cambio de timón en la
conducción de nuestra patria.
Y es
que cuando se creían más poderosos y soberbios apenas se dio la “juramentación”
ante el Tribunal Supremo de Justicia que consumó la usurpación del cargo de
Presidente de la República el pasado 10 de enero, la casta delincuencial que en
mala hora rige los destinos del país comenzó a tambalearse desde sus cimientos,
al punto que en tan solo dos semanas la mayoría de la comunidad internacional
no solo es que considera a Maduro un mandatario ilegítimo, sino que además
reconoce al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como el único jefe
de Estado Encargado que tiene Venezuela.
Las
sonrisitas cínicas y soberbias del discípulo del psicópata Edmundo Chirinos, su
hermanita y la del tipo del mazo, han claudicado ante los rostros que exhiben
ahora con ceño fruncido, miradas perdidas y con voces que denotan
desesperación. Y no es para menos: que el diputado Juan Guaidó sea reconocido
como Presidente Encargado por casi la mayoría de los países de América,
encabezados por Estados Unidos, Canadá, Brasil y Argentina; además de la Unión
Europea, entre otras naciones, así como por distintos organismos
internacionales como el Banco Mundial o la Organización de Estados Americanos,
abre una ventana de oportunidades para la oposición venezolana para cambiar el
sistema que jamás habíamos tenido en estas dos décadas de desgracia chavista.
Pero
no solo es eso. Las masivas movilizaciones del 23 de enero en casi todo el país
que convergieron en multitudinarios cabildos abiertos, que conforme a la
constitución tienen carácter vinculante y dieron paso a la juramentación de
Juan Guaidó como Presidente Encargado de Venezuela, basado en el artículo 233,
al expresarse de forma genuina el verdadero poder originario.
Lo más
significativo es que estas protestas comenzaron desde el mismo 21 de enero,
cuando vecinos de Cotiza en el noroeste de Caracas salieron a manifestar su
apoyo a los miembros de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), que expresaron
su intención de restablecer el hilo constitucional, sin duda estimulados por la
Ley de Amnistía que discutimos en la Asamblea Nacional que beneficia a los
civiles y militares que actúen apegados a nuestro texto fundamental para acabar
con el régimen de Maduro. Ese episodio fue un parteaguas en nuestra historia
reciente, porque barrios como Petare, Catia, San Agustín o el Guarataro que
antes habían sido “rojos rojitos” levantaron sus banderas de la dignidad y ya
llevan días expresando su repudio al régimen chavista –a pesar de la brutal
represión de los asesinos del FAES y de los “colectivos”-, con consignas como
“No quiero bono, no quiero CLAP, lo que quiero es que se vaya Nicolás”.
Aunado
a todo esto, estos actos de gobierno de Juan Guaidó también han puesto a la
cúpula espuria contra la pared: el nombramiento de Gustavo Tarre Briceño como
representante especial de Venezuela ante la OEA, así como el anuncio sobre la ayuda
humanitaria que está por llegar, emplazando a los militares a decidir si la van
a dejar entrar o van a evitar que los alimentos y medicinas lleguen a esos
venezolanos que mueren hoy por no tenerlas.
Para
rematar, nuestro principal socio comercial, Estados Unidos, aseguró que todas
las negociaciones económicas del país se concretarán a través del Presidente
Encargado y de paso ignora la orden que dio Maduro para que su personal
diplomático abandone el país “en 72 horas”.
La
tapa del frasco la puso el “camarada” Pedro Sánchez, jefe del Gobierno de
España, que a nombre de la Unión Europea le dio un ultimátum a la cleptocracia
roja, al exigirle elecciones libres, justas y transparentes en un plazo máximo
de 8 días o de lo contrario reconocería a Juan Guaidó como Presidente de
Venezuela
En
este punto, aprovechamos para enviar un auténtico y noble reconocimiento a
todos los países que han expresado su irrestricto apoyo a Juan Guaidó y al
Parlamento de Venezuela, por solidarizarse ante la tragedia que vivimos: pronto
habrá el cambio por el cual luchamos.
Sin
duda que ya estamos en tiempos de transición… ¿Cuánto durará? Nadie lo sabe,
porque aún falta que los militares comprendan que deben ponerse del lado
correcto de la historia y hagan cumplir lo que establece nuestra constitución,
por lo que debemos seguir apoyando con nuestra presencia masiva en las calles,
resteados con la ruta trazada por Juan Guaidó que contempla cese de la
usurpación, gobierno de transición y elecciones libres, para que esos oficiales
de alto y rango medio así como oficiales y tropa repitan lo que señaló el
presidente Luis Herrera Campins, “Los militares son leales hasta que dejan de
serlo”, y apostamos porque se sigan sumando a nuestra lucha por la libertad.
Finalmente,
enviamos un mensaje de esperanza a los presos políticos, perseguidos y
exiliados, así como a los más de 4 millones de venezolanos que están esparcidos
por el mundo: pronto los esperaremos con lágrimas de alegría en los aeropuertos
y en las fronteras, para reencontrarnos y reconstruir nuestra querida patria.
Ramón
Flores
@liderhumano
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico