El Diario 17 de febrero de 2021
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El
éxodo de migrantes venezolanos se incrementa a medida que pasa el tiempo.
Aunque países como Colombia han optado por regularizarlos, otros como Chile
deportan a quienes permanecen de forma “ilegal”
Cerca de 6 millones de venezolanos han salido de su
país en los últimos años según la Agencia de las Naciones Unidas para los
Refugiados (Acnur) y un nuevo capítulo de luces y sombras se ha abierto
recientemente en América Latina, en donde mientras Colombia opta por su regularización, Chile los deporta evidenciando que su permanencia ilegal es
un problema en plena pandemia.
Pese al cierre de fronteras por el coronavirus, entre
500 y 700 migrantes y refugiados de Venezuela siguen saliendo diariamente de su
país, principalmente a través de Colombia, de acuerdo a la Acnur, reseña EFE.
“Hay casi 6 millones de venezolanos que huyeron de su
país y la gran mayoría está en la región. Ese número es casi la misma población
del exilio sirio. La venezolana es una de las dos o tres situaciones de
desplazamiento más grandes del mundo”, expresó el alto comisionado de Acnur,
Filippo Grandi, en una entrevista con EFE durante su visita a Costa Rica la
semana pasada.
Refugio, asilo, residencia o permisos temporales son
los mecanismos a los que acuden o que los gobiernos han activado en medio de
algunos episodios de discriminación de los que son víctimas, además de su poca
clara situación frente a la vacunación contra la covid-19.
La apuesta audaz de Colombia
Colombia es el principal destino de los venezolanos
que optan por quedarse o migrar hacia otros países en Suramérica convirtiéndose
en el mayor receptor y, ante la crisis migratoria, el país acogerá legalmente a
unos 2 millones de inmigrantes regulares o irregulares con un Estatuto de
Protección Temporal por 10 años.
El presidente Iván Duque señaló que medidas como la
anunciada van dirigidas a aliviar la situación de los venezolanos necesitados
“con fraternidad con solidaridad, con equidad y con el apoyo de la comunidad
internacional”, al tiempo que el país comprará 2 millones de vacunas contra el
covid-19 para inmunizar a los inmigrantes que se regularicen.
Perú, la segunda puerta de entrada
En un principio, una de las puertas de entrada más
importantes para los venezolanos era Ecuador, donde se calcula que residen más
de 400.000 personas de esa nacionalidad, de los 1,7 millones que han pasado por
su territorio desde 2017, la mayoría con dirección a Perú y Chile.
Pero debido a la crisis económica, desde 2019 ya no es
un destino promisorio y la pandemia solo ha agravado la situación, razón por la
que miles han abandonado el país.
Perú es ahora el segundo país, después de Colombia, en
acoger a la mayor cantidad de venezolanos que, según cifras oficiales a agosto
de 2020, superan por poco el millón de personas, aunque organismos como
el Banco Mundial (BM)
señalan que llegan a 1,2 millones.
El arribo de venezolanos se incrementó durante el
gobierno de Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), que decidió otorgar un Permiso
Temporal de Permanencia (PTP), pero luego el Ejecutivo de Martín Vizcarra
(2018-2020) estableció, en 2019, la exigencia de la visa humanitaria.
El país ya ha comenzado a vacunar a su población
contra la covid y también inoculará a los migrantes venezolanos residentes.
Refugiados, asilados o residentes
En el caso de México, con 52.948 venezolanos en total,
la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) de la Secretaría de
Gobernación (Segob) reportó 3.439 solicitudes de asilo en 2020, una caída anual
de 57,4% frente a los 8.072 del año anterior.
Por su parte, la Unidad de Política Migratoria de la
Segob registró 3.992 casos con una Tarjeta de Visitantes por Razones
Humanitarias (TVRH) con ni una sola deportación.
Brasil tiene 264.000 refugiados o inmigrantes del
vecino país, más del doble que hace tres años, específicamente en la ciudad de
Pacaraima, en el empobrecido estado de Roraima.
Unos 10.000 venezolanos, entre refugiados y migrantes,
residen en Bolivia y durante la gestión de la expresidenta interina Jeanine
Áñez, el país tomó resoluciones como facilitar el ingreso de menores
indocumentados y la regularización gratuita, mientras que el gobierno de Luis
Arce no se ha manifestado por ahora sobre su futuro.
Chile expulsó el miércoles pasado a 138 extranjeros,
la mayoría venezolanos, ante la delicada situación entre su frontera y Bolivia.
Ni la pandemia ni la crisis social que comenzó en 2019 han logrado frenar la
entrada de venezolanos, que representan el 30% de los migrantes totales y son
la comunidad más numerosa y la que más ha crecido, según el Instituto Nacional
de Estadística, aumentando un 58% en 2019.
En Argentina, hasta noviembre de 2020 había radicados
217.848 venezolanos, según un informe difundido por la Representación
Diplomática de la Asamblea Nacional de Venezuela con base en datos de la
Dirección de Migraciones.
Uruguay registra 18.000 personas que radicaron su
residencia, según la Organización Manos Veneguayas debido a que el país tiene
muchas facilidades para su llegada, mientras que Paraguay cuenta con 1.419
residentes permanentes, según los datos proporcionados a EFE por la Dirección
de Admisión de Extranjeros y Radicados de Migraciones.
El año pasado, Paraguay concedió la residencia
temporal a 619 venezolanos, de lo cuales 519 son refugiados, mientras que 100
lo obtuvieron gracias a la ley 978/96, que busca atraer fuerza de trabajo
extranjera al país.
Según datos de la Organización Internacional para las
Migraciones (OIM), en República Dominicana residen más de 90.000 venezolanos,
por lo que el gobierno decidió el pasado 22 de enero prorrogar de manera
temporal la permanencia de los venezolanos que residen en el país de manera
irregular
“No queremos a los venecos”
Esta es una de las frases despectivas que más se
escucha en algunos países de la región en donde los brotes de xenofobia han
estigmatizado a la población venezolana.
En Colombia, el rechazo a la presencia de los
venezolanos es cada vez más latente debido a las noticias que circulan en los
medios en donde los inmigrantes se ven involucrados en robos a los ciudadanos y
en el transporte público señalándolos de los altos niveles de inseguridad en
ciudades como Bogotá, Medellín y Cali.
Sentimiento que también está presente en Perú, en
donde el alcalde de San Juan de Lurigancho, en el municipio de Lima, Álex
Gonzáles Castillo, señaló que en su jurisdicción los delitos más violentos son
cometidos por extranjeros.
Sin embargo, según datos compartidos por el gobierno
de Lima con la Acnur, solo el 1,8% de todas las denuncias presentadas en el
país son contra venezolanos.
Argentina reaccionó con indignación a la violación de una joven venezolana presuntamente a
manos de su jefe en el barrio porteño de Once, lo que generó todo tipo de
manifestaciones tanto de la comunidad venezolana como del amplio espectro
político y social argentino.
En el empobrecido y fronterizo estado brasileño de
Roraima, en 2018 un grupo de habitantes de Pacaraima se manifestó contra la
presencia de venezolanos al quemar sus objetos personales y las tiendas de
campaña en las que dormían.
Por suerte ese tipo de discurso xenófobo fue
cambiando: en las elecciones municipales de noviembre 3 de los 11 candidatos a
la Alcaldía de Boavista, la capital estatal, tomaron como bandera política la
supuesta “amenaza” de la inmigración venezolana, pero ninguno de ellos fue
elegido.
Tomado
de: https://eldiario.com/2021/02/15/contrastes-transitan-migrantes-venezolanos-latinoamerica/
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