Vladimiro Mujica 26 de febrero de 2021
@MujicaVladimiro
A raíz de la publicación en El Nacional de mi artículo
“Un nuevo pacto para impedir la disolución de Venezuela” que
se refería primordialmente al “Manifiesto de los venezolanos en el exterior:
Una Nueva Hoja de Ruta para Venezuela” he recibido numerosos comentarios de
interés, en buena medida saludando la iniciativa, y otros con críticas
importantes. Elijo referirme aquí a dos comentarios específicos, no solamente
porque provienen de dos personas que son muy importantes para mi, sino porque
recogen un elemento de mucha relevancia. Una de ellas es mi hermano Eduardo
Mujica, abogado, egresado de la UCV y muy ligado a la institución a través del
CDCH-UCV; y la otra, Jimmy Castillo, profesor investigador titular
de la Facultad de Ciencias de la UCV, colega, antiguo estudiante, y amigo
cercano.
Eduardo y Jimmy, son dos exponentes excepcionales de
lo que en varias oportunidades he llamado los héroes civiles. Profesionales de
todas las ramas, gente que se ha quedado en Venezuela y que han construido y
desarrollado sus carreras contra viento y marea, contribuyendo de manera
decisiva a que el país siga funcionando a pesar del trabajo sistemático de
destrucción de la nación que ha ejecutado perversamente el chavismo, y que la
ha conducido virtualmente al umbral del estado de disolución, como se menciona
en el Manifiesto. Voy a tomarme la libertad de transcribir literalmente parte
del intercambio entre JC, EM y VM, los tres personajes de este diálogo,
identificados de manera obvia por sus siglas, porque considero de mucha
importancia que se entienda la naturaleza del desencuentro de lenguajes y cómo el
intentar corregirlo puede ser fundamental para comprender y diseñar las claves
de la nueva narrativa que es necesario presentarle al país para plantear su
refundación sobre bases realistas. Un proceso que necesariamente le debe hablar
a todos los venezolanos, y en especial a una generación que se ha venido
desarrollando construyendo espacios de supervivencia y crecimiento reales, con
frecuencia escapando de la castrante polarización política que atenaza al país.
No deja de ser una coincidencia notable que tanto EM,
como JC, reaccionaron de manera muy similar frente al siguiente párrafo del
Manifiesto:
“La suerte de la gente en Venezuela es también
compleja y diversa. Un país empobrecido de manera profunda e ignominiosa; un
país rico en petróleo, sin combustible; abundante
en agua y energía, con un pueblo sediento y sin
electricidad; con enormes posibilidades para educar y alimentar, pero con un
sistema educativo postrado y ceniciento, con el hambre enseñoreada, con niños y
niñas que están creciendo bajo los efectos de la desnutrición. Toda una
generación con discapacidades mentales y físicas, sin oportunidad de
desarrollar a plenitud sus capacidades cognitivas, por la carencia de
nutrientes esenciales en una etapa crítica del crecimiento. De este cuadro
dantesco se salvan los corruptos, los enchufados y un estrecho sector de la
población que tiene ahorros en divisas o eventualmente recibe remesas de
familiares en el extranjero. La destrucción del país -más por diseño que por
accidente o incapacidad- es un hecho brutal y verificable, para imponer el
control de la población a través del hambre, el miedo y la represión.”
Sigue el intercambio entre EM y VM (con cambios
menores):
EM: Por
otra parte, la afirmación que dice: “…De este cuadro dantesco se salvan los
corruptos, los enchufados y un estrecho sector de la población que tiene
ahorros en divisas o eventualmente recibe remesas de familiares en el
extranjero…”, es cierta, pero falta un sector muy importante de la población
que subsiste, come bien, tiene para pagar lo básico y tienen techo, que son
aquellos que todos los días salen a bregar con esta disparatada economía y,
solo a título de ejemplo, el directorio de mi teléfono está lleno de ejemplos
que no entran en ninguna de esas categorías, algunas centenas, de
aproximadamente 750 contactos.
VM: Bueno,
quizás el manifiesto no lo expresa de modo totalmente claro, pero creo que
estamos hablando de la misma cosa. El grupo inmenso de personas a quienes te
refieres, conforman la mayoría de la población que vive en condiciones muy
difíciles. Desde pobreza crítica, hasta una clase media sobreviviente.
EM: Sobrevivientes,
muchos. Pero hay un montón de gente que trabaja que jode y no tiene graves
necesidades.
El intercambio entre JC y VM (con cambios menores):
JC: Vladimiro,
cómo anda todo por allá. Leí tu reciente articulo y el siguiente párrafo (JC
cita el párrafo del Manifiesto aludido arriba) me llamó mucho la atención. Si
bien es muy cierto detalles de lo que describes creo que se sigue ignorando una
parte de la población que hemos estado en una lucha continua y que hemos
seguido con nuestro trabajo, que no tenemos ni grandes ahorros en
divisas o nos mandan dinero del extranjero pero seguimos a punta de trabajo y
esfuerzo tratando de mantener lo básico de nuestro día a día. El discurso
excluye a trabajadores honestos emprendedores que no son enchufados o
remeseros. Excluye a una nueva generación que no tiene tinte político y que
dejando todo a un lado busca el progreso y tal vez enfocándose solo en el
desarrollo individual, pero lo cierto es que no tienen otro referente.
A ese grupo excluido no se le acerca nadie, ningún
grupo político y a mi modo de ver es debido a que en ese grupo los políticos
tradicionales no tienen ninguna manera de sacar partido o rédito alguno. Es una
lástima que sólo se enfoque a buscar y conectar con antichavistas furibundos, o
a quienes día a día van incrementando su resentimiento y se deje por fuera a
quienes buscan una vía para sobreponerse a esta desgracia. Entiendo que estamos
en momentos de mucha debilidad, tanto institucional como de la sociedad, pero
los que aquí seguimos tenemos que buscar aumentar fuerza para poder luchar con
este monstruo. El joven aquí, sin referente pasado, lo que esta notando es un
cambio de sistema y como se va instaurando un capitalismo salvaje con cambio de
dueños. Ya no existen los sindicatos, no se sabe ni que es eso y el que
sobrevive aquí es por que trabaja con pagos por horas y con
bonos. La idea de seguridad social no existe.
Es una dinámica muy diferente a la que vivimos
nosotros, y esos cambios hay que vivirlos para entenderlos. Tal vez sería bueno
que esos grupos que desde afuera quieren ayudar a un cambio, se pasearan por
consultar a quienes están trabajando aquí y le pregunten por qué y cómo, que
entiendan que aquí los únicos honestos y moralmente aceptables no son los que
viven de sus ahorros o de las remesas. Que hay gente honesta que está
trabajando y produciendo en la medida que puede. Un abrazo
VM: Completamente
de acuerdo contigo. Lo que se quiso destacar en el manifiesto es la situación
de extrema fragilidad del país y su economía. Yo me he referido en varias
oportunidades a los que he llamado “héroes civiles” y que incluye a mucha de la
gente a que te has referido. De ninguna manera se pretende ignorar a ese sector
vital de la población al que tú te refieres. Mi hermano Eduardo me hizo la
misma observación tuya. Voy a escribir algo al respecto. Muy agradecido por tus
comentarios
JC: Te
reenvío una serie de artículos que publicamos el año pasado con todo y
pandemia. es con profesores jóvenes que estoy formando parcialmente en Francia,
pero que todas las ideas y discusiones y muchos experimentos son nuestros
hechos aquí. Esa es la vía que hemos conseguido para mantener la calidad en la
formación de los profesores, como verás hay hasta uno que está trabajando en
teoría. Todos los chamos son instructores y provienen de zonas populares,
Petare, Caricuao, El Valle y a todos estamos apoyando de todas las maneras
posibles para que no dejen ni la Universidad ni la Ciencia. Este sector es
totalmente olvidado y excluido y de paso tienen que soportar prácticamente un
estigma porque la oportunidad que tienen los hace ver como privilegiados.
VM: Te estoy
leyendo con mucha atención. Voy a poner todos los argumentos en un artículo y
te lo mando a ver qué te parece.
JC: Tenemos
un drama de profesores muy jóvenes con una formación excelente pero que los
dejamos sin las herramientas necesarias para sobrevivir esta desgracia. Son
excelentes en Orgánica, Analítica y Fisicoquímica pero no saben cómo reunir
para su sustento. A algunos de ellos les hemos podido abrir espacios asesorando
en compañías y trabajando en proyectos pequeños que pueden generarles recursos
para subsistir, pero muy poco aún. Las Autoridades de las Universidades nos han
dejado totalmente solos y desasistidos, su retórica política no lleva a ninguna
parte y son incapaces de voltear a mirar a los más desprotegidos, parece que no
tienen nada que ofrecerles. Si la sociedad le diera un poco de valor a la
educación esa sería la vía de sentar las bases de algo, pero solo se ocupan de
lo noticioso lo que genera lástima y no se enfocan en cómo minimizar. Resulta
que nuestros más grandes aliados han sido muy pequeños productores que apuestan
a recuperarse y a aprender. Los grandes productores ni se acercan.
VM: Yo
estoy consciente de todo ese drama y como te digo por eso los he llamado los
héroes civiles. Pero el hecho de que ustedes perciban que el Manifiesto no lo
refleja es muy importante
Fin del intercambio entre EM, JC, y VM.
He tomado un amplio espacio para reproducir este
intercambio porque me parece revelador y con argumentos profundos y respetables
que reflejan lo que mucha gente piensa. Una parte sencilla de aclarar, en la
que quiero insistir ahora, es que quienes redactamos el Manifiesto de ninguna
manera ignoramos la existencia de un importante sector de la población que ha
desarrollado su existencia y protegido en la práctica la continuidad de la vida
en sociedad en Venezuela, a pesar del entorno dramático de dificultades de
estos últimos 22 años. Bajo ninguna circunstancia desconocemos el valor del
trabajo y la decisión de mantenerse activos que los anima y los honra.
Mucho más complejo es el desencuentro de lenguajes.
Que Venezuela es un país en proceso de disolución no está en discusión. La
institucionalidad de la nación ha desaparecido y su integridad territorial está
a merced de traficantes, mercenarios y grupos controlados por milicias
extranjeras con complicidad local. Refugiarse en los espacios individuales, sin
participar como ciudadanos en la refundación de Venezuela es respetable pero no
es una opción sostenible a largo plazo. Pero es también claro que mucha gente
se niega, y con razón, a ser víctima y a condicionar su vida al empate
catastrófico entre la oposición y el régimen. Parece indispensable construir
puentes y espacios de convergencia entre estos universos de lenguaje y
comprensión desconectados, y la primera responsabilidad es de quienes pretenden
liderar y que deben construir una nueva narrativa sobre el país posible.
Cumplido ese paso se le podrá exigir a quienes han hecho de la sobrevivencia en
tiempos de crisis una realidad existencial, que también atiendan con el mismo
entusiasmo su responsabilidad ciudadana en la refundación de la
nación. Eso es lo que proponemos en nuestro Manifiesto.
Vladimiro Mujica
@MujicaVladimiro
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