Por Luisa Pernalete
Los dos hermanitos
habían peleado, estaban bravos, muy bravos. La madre, muy sabia, no empezó por
regañarlos sino por calmarlos y escucharlos a los dos y no sólo al supuesto
victimario. Para saber qué había pasado y para que hicieran las paces, había
que escucharlos a los dos.
Fui presidenta de mi
condominio, en donde vivíamos 42 familias. Cuando había problemas comunes que
resolver, había que escucharlos a todos, a los que nos caían bien y a los que
no nos caían tan bien, y era necesario utilizar varias estrategias, pues todos
no iban a las asambleas.
En una escuela, cuando
hay problemas entre varias secciones, hay que hablar con todas las
involucradas. Y cuando hay problemas de relaciones interpersonales, hay que
tener mucha paciencia y escucharlos a todos. No sólo con los “positivos”, hay
que escuchar también a los conflictivos y a esos que nunca o casi nunca hablan.
¿Qué opinan, qué proponen? Y eso se hace para que el clima escolar pueda
mejorar, pues si el personal se lleva mal, eso tendrá consecuencias en el
trabajo con los estudiantes y se verán afectados. Cuando hay mal ambiente, la
gente trabaja mal y rinde menos. El cerebro creativo no fluye.
Pues en un país como el
nuestro, con problemas por todos lados, con emergencia humanitaria compleja,
con inseguridad alimentaria tan grave que la ONU, con su Programa Mundial de
Alimentos, ha venido a auxiliarnos -enhorabuena-; un país en donde hay mucha
gente sufriendo, con niños hospitalizados sin su tratamiento, con adultos
mayores con pensiones que no alcanzan para un día de mercado, menos medicinas;
con maestros ganando salarios que no les alcanzan ni para dos días de pasaje…
servicios públicos que son una lotería… con una pandemia que va creciendo en contagios
y víctimas fatales… con bandas organizadas que hacen huir a funcionarios… con
escasez de combustible para trasladarnos y para que los productores puedan
sacar sus cosechas… En un país en donde cualquier acción se convierte en una
carrera de obstáculos, ¿no creen ustedes que los que tienen poder de decisión
deben hacer un esfuerzo y escuchar, escucharse, tratar de llegar a acuerdos?
A mesas de negociación tuvieron que llegar en El Salvador, después de 100.000 muertos, producto de la guerra civil del pequeño país. ¿Fue fácil? ¡Para nada! Había víctimas de un lado y del otro. Hubo que buscar ayuda, mediadores, facilitadores. Pero hubo que sentarse.
Aunque lo haya hecho
muchas veces, hay que citar a Mandela cuando recordó varias cosas: hay hombres
y mujeres buenos en todas las comunidades, el deber de un verdadero líder es
identificarlos y asignarles tareas. “El verdadero líder debe trabajar duro para
suavizar las tensiones… Los extremistas normalmente se crecen cuando hay
tensión, y la emoción pura tiende a reemplazar el pensamiento racional”. Uno no
se sienta con los amigos, que piensan igual, sino con los que piensan
diferente; cuando hay dos partes, hay que saber que tiene toda la verdad; ambas
partes tienen que ceder. Les recomiendo leer su libro Conversaciones
conmigo mismo (Planeta, 2010).
Fácil no será sentarse,
sobre todo cuando líderes de las diferentes partes se han descalificado,
insultado… Pero por encima están los intereses de las mayorías, por encima está
el bien común. Hay que hacer política de la buena, como recomienda el papa
Francisco en su encíclica Fratelli Tutti.
En situaciones
conflictivas, como las que tenemos en Venezuela hoy, el papel de los líderes es
muy importante. Y vuelvo con Mandela: “Los buenos líderes se dan perfecta
cuenta de que la eliminación de tensiones en la sociedad, sean de la naturaleza
que sean, sitúa a los pensadores creativos en el centro de la escena al
plantear un entorno ideal para que los hombres y mujeres con visión de futuro
influyan en la sociedad. Los extremistas, en cambio, encuentran motivación en
la tensión y la sospecha mutua (nuevamente, en Conversaciones… página
398). ¿Qué líderes estamos necesitando en Venezuela?
Nadie dice que sea
fácil sentarse con el diferente, pero tampoco imposible. Llegar a acuerdos es
una habilidad social muy importante, y los que tienen responsabilidad en las
decisiones de un país, la necesitan. Si hay que buscar ayuda, se busca, pero
los acuerdos son necesarios, por el bien común.
23-04-21
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